Santiago García en La Paz
Un especialista en historieta llega a La Paz. Gran oportunidad, sostiene el autor de esta nota, para reflexionar sobre la situación del género en el país.
Jorge
Siles
La
historieta nacional tiene motivos para celebrar; sin exageraciones. Llega para
la Feria Internacional del Libro de La Paz nada menos que Santiago García, periodista,
traductor, crítico, guionista y teórico de la historieta.
Español
radicado en Baltimore, EEUU, García ha sido ganador en el importante Salón del
Cómic de Barcelona del Premio a la Divulgación el 2011 y del Premio a la Mejor
Obra Española de 2014 por Las Meninas
con guion suyo y dibujos de Javier Olivares, otro conocido por estas tierras
gracias a su paso por el Festival Viñetas con Altura.
Además,
García es autor de varios otros títulos en compañía de artistas de la talla de
David Rubín. Ha escrito y editado algunas de las obras de referencia más
importantes de los últimos años (Panorama,
Súper Cómic y La novela gráfica)
y lleva un blog interesantísimo llamado Mandorla (santiagogarciablog.blogspot.com),
donde cuelga noticias, reseñas y ensayos que no tienen desperdicio alguno.
Tener
a una de las voces más autorizadas, en nuestro idioma, en historieta en el
marco de la Feria del Libro invita al optimismo ya que estamos frente a la
posibilidad de establecer un antes y un después en nuestro levemente
revitalizado movimiento de historieta local.
¿Y
por qué sería tan importante seguir de cerca las actividades que realizará este
autor en La Paz? Bueno, Santiago ha escrito ensayos, artículos, críticas y
reflexiones acerca de un medio que en nuestro país, así como en muchas partes
del mundo es considerado por una gran cantidad de personas como algo inferior,
meramente infantil o un producto del submundo cultural, situación que
afortunadamente y gracias al trabajo de gente como él, va disminuyendo.
La
historieta cuenta hoy por hoy de manera manifiesta con una madurez y riqueza
cultural que le dan un prestigio equiparable al del cine o la literatura, esto
gracias a obras ambiciosas e innovadoras que han captado la atención de propios
y extraños.
En
esto basa García una de sus declaraciones más importantes: “se puede hablar de
cómic sin excusas ni intentando explicar toda su historia”, sosteniendo que ya
quedaron atrás los tiempos de defender el cómic como medio, como arte. Y es
verdad, aunque resulta que acá seguimos con el mismo tema: mientras en otras
latitudes se habla de la evolución de la historieta “de cine de los pobres a
literatura contemporánea”, aquí se sigue usando la primera parte de la frase
anterior para explicar de lo que se trata. Y justamente esa perspectiva alejada
de la autocompasión y la necesidad de justificación le vendría muy bien a los
autores locales que se hallan activos en cuanto a producción.
No
es que quiera ponerle una responsabilidad sobre los hombros a Santiago, pero
podría depender de él y de su visión que los autores locales adopten una nueva
forma de encarar el oficio y surja un punto de inflexión en esta joven historia
de la historieta boliviana.
En
esta feria del libro los interesados tienen la posibilidad de aprender y
embeberse de su experiencia e indiscutible conocimiento del tema, por ejemplo,
en uno de sus libros se incluyen, bajo su labor de editor, ensayos que versan
sobre la autobiografía, la sexualidad, la reinvención de los superhéroes, el
manga, el noir… en fin, elementos de la cultura que pueden ser abordados desde
la historieta, temas que abren un abanico de posibilidades que a veces se le
escapan al autor a la hora de enfrentar la hoja en blanco.
En
una entrevista, García subraya que es necesario “insertar el cómic en los
debates intelectuales o artísticos del escenario cultural general” porque “no
hay arte que avance en la sociedad sin que vaya acompañado de un discurso”. Estas
afirmaciones nos dan las pautas de la importancia de escuchar lo que tiene que
decir.
El
espectro de su trabajo teórico cubre mayormente a gente que realiza historietas
o está involucrada con su producción, pero también de manera atractiva a los
lectores casuales no familiarizados con la historieta por lo que perderse la
oportunidad de acercarse a su discurso sería un lamentable error.
Respecto
a la actualidad del panorama general de la historieta, apunta de forma
acertada: “sería interesante que autores, editores e incluso distribuidoras
tuviéramos la capacidad de hacer análisis generales y trazar estrategias para
desarrollar a largo plazo. A veces parece que vamos haciendo la guerra por
nuestra cuenta en lugar de unir esfuerzos y ayudarnos para llegar más al
público”.
También
señala la importancia de la crítica y la teorización sobre la historieta, campo
en el que han sido fructíferos los franco-belgas y norteamericanos y ahora
también España que tiene conformada una Asociación de Críticos y Divulgadores
del Cómic a la par de un congreso donde se habla de temas que atañen al
quehacer del historietista.
De
especial cuidado sería este punto, ya que existe en nuestro medio un congreso
de historieta, mismo que puede ser pieza fundamental del movimiento si se usa
tal plataforma de manera asertiva.
En
un pasado congreso se identificó al guion como el punto más débil del autor
nacional promedio, por lo que la llegada de profesionales del área se
constituye en cita ineludible para aquellos que se tomen en serio la creación
de historietas.
García
dictará un taller de guion y su visión acerca de lo que es el guion es
simplemente fascinante: “…porque un tebeo (historieta) no es poner en imágenes
un guion, el guión es parte del trabajo que hay que hacer para realizar el
tebeo. Tú vas a leer un cómic y vas a leer el dibujo, no vas a leer el guion.
El guion no existe. Lo que han leído es cómo el dibujante ha hecho el guion. El
problema es que hay muchas obras en que sí se puede distinguir el guion del
dibujo y eso es lo malo”.
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