Cómo ser una chica Manson
Un trip iniciático que deviene en expedición al lado más oscuro de los ideales hippies. Las chicas es la prima novela de la estadounidense Emma Cline, en la cual recrea los crímenes del clan comandado por Charles Manson.
Nicolás
G. Recoaro
El
sueño está a punto de terminar. De transformarse en una verdadera pesadilla. California.
Tórrido verano del 69. Evie, una adolescente bastante solitaria y algo
insegura, se fascina con un grupo de chicas libertarias y desprejuiciadas que
conoce por casualidad en un parque. Las chicas pasan sus días en un rancho comunitario
liderado por Russel, un gurú mesiánico, manipulador y músico frustrado.
La
joven Evie decide sumarse al grupo. Se sumerge en un espiral de fraternidad, amor
libre, LSD y otras dosis desparejas de paranoia y violencia. Las chicas, primera novela de la
estadounidense Emma Cline (Sonoma, 1989), es un trip iniciático que deviene en expedición
al lado más oscuro del Summer of Love.
Un libro que hace foco en los años de “paz y amor”, pero también en el
territorio fronterizo, donde se gestaba el costado turbulento que manchó con
sangre a los ideales hippies.
De
prosa elegante y por demás inteligente, Cline se inspiró en los crímenes de la
familia Manson para escribir su ópera prima. Episodios clave de la crónica
negra americana. El más célebre fue el de la actriz Sharon Tate, la pareja del
director Roman Polanski, en agosto del 69. Pero en su novela, Cline no hace
foco en la figura psicótica de Charles Manson, el pater familias demoniaco, sino en algo mucho más turbio: las
“angelicales” chicas que cometieron los asesinatos, y que ni siquiera perdieron
las sonrisas y su mirada provocativa durante el juicio que las condenó a cadena
perpetua.
Esas
adolescentes “extrañas y salvajes como esas flores que se abren con un
estallido fulgurante una vez cada cinco años, con esa provocación escandalosa y
turbadora que era casi lo mismo que la belleza”. En el fondo, Las chicas es una novela que bucea con
sutileza perturbadora en el mundo adolescente, pero que también golpea duro y
parejo a los valores de la sociedad americana: del New Age al consumismo, sin
olvidar las miserias del Flower Power.
Emma Cline es licenciada en bellas artes, y cursó un máster
en escritura creativa en la Universidad de Columbia. Trabajó como lectora para la revista The New Yorker y ha publicado cuentos en las prestigiosas Tin House y The
Paris Review. En 2014, con su relato Marion
obtuvo el Plimpton Prize. Las
chicas es un best seller desde que llegó a las librerías hace pocos meses.
Los derechos de traducción se vendieron a 35 países y el productor Scott Rudin
(Closer, Red social y Las horas)
está trabajando en una adaptación para la pantalla grande. Cline prefiere
mantenerse al margen del proyecto cinematográfico y del runrún editorial. Está
preparando un libro de cuentos y una novela. Tiene firmado un jugoso contrato
por dos millones de dólares con la editorial Penguin.
Hace pocas semanas, una periodista le preguntó sobre los
motivos que la llevaron a escribir una novela sobre la familia Manson, y la
joven aclaró que en realidad “quería escribir un libro basado en un crimen,
pero el crimen en sí es lo menos importante, esa es la violencia más obvia, el
desafío era exponer otros momento psicológicos de violencia cotidiana, de
vergüenza, humillación y traición. Aunque en el fondo, el corazón de esta historia
es la amistad”.
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