La tabla, la calle, la ciudad
El Espacio Simón I. Patiño, en el marco de su proyecto de apoyo a las artes y culturas en formación, Muéstrame tu arte, aupiciará la exposición “La tabla, la calle, la ciudad”, que busca reflejar la esencia y motivaciones del movimiento skater paceño, una práctica cada vez más habitual y que combina las dinámicas artísticas con las destrezas deportivas.
José
Luis Sáenz Núñez
Todo
comenzó a partir de una pregunta: ¿Qué significa hoy en día la práctica del skate? Y más específicamente, ¿qué
significa ésta en el contexto de la ciudad de La Paz?
El
skate llega a las calles paceñas a partir
de la década de los 90, como movimiento y como práctica colectiva, pues ya años
antes hubo algunos pocos aficionados que se subían a las tablas como hobby y en
solitario.
Pero
fue en la década final del siglo pasado que skaters
como Fred Lewy, Milton Arellano, Alfredo Coloma, Winer Solórzano y Leo
Oviedo, entre otros, protagonizaron las primeras “olas del skate” en esta hoyada;
olas que generaron, en ese entonces, un movimiento esporádico y muy reducido en
número, pero que a pesar de todas las limitaciones continuó deslizándose en las
empinadas calles de esta ciudad; y lo hace hasta el día de hoy.
Estos
skaters pioneros llegaron a
contribuir de distintas maneras a la creación de un movimiento ligado a esta
práctica. Con el tiempo, más y más personas integraron este grupo, y una cierta
comunidad skater comenzó a ser
constituida, y a formar una identidad acorde a la especificidad paceña: su
topografía, clima y las características de la urbe y su gente.
Desde
un principio las posibilidades de acceso al skate
en esta ciudad han sido muy limitadas y limitantes: desde la obtención de los accesorios
necesarios para su práctica (tabla, ejes, zapatillas, etc., la gran mayoría
importados), hasta el acceso a espacios dedicados específicamente a este
propósito. A pesar de ello, el skate
paceño ha ido evolucionando y se ha expandido de manera considerable. Las particularidades
del contexto han generado diferentes reacciones e iniciativas culturales, artístico-creativas,
e incluso arquitectónicas de la parte los practicantes.
Los
skaters están construyendo una
cultura propia que poco a poco va consolidando diferentes logros, que van desde
la documentación de su propio movimiento (películas, documentales, etc.), hasta
la construcción de sus propios espacios (parques de skate, mobiliario urbano, etc.), pasando por la adaptación y
personalización de los implementos: tablas, ropa y zapatillas.
A
pesar de ser hoy en día un deporte aceptado en diferentes circuitos a nivel
mundial, el skate no termina de
definirse ni como práctica deportiva, ni como arte (aunque está claro que tiene
un poco de ambos), ni como otra actividad perteneciente a algún género específico.
“El skate simplemente es lo que es.
Es indefinido”, comenta Alfredo Coloma, uno de los paceños precursores de esta
práctica.
Aun
así muchos de los principios de su práctica se comparten en todo el mundo, y su
condición de indefinición se impone. Es así que en La Paz, el skate es apropiado y amoldado según el
ritmo, la lógica y la cultura propia de la ciudad y esto hace que sea una
práctica comprometida con el desarrollo de la misma.
En
resumen: el skatebording en esta
ciudad todavía es relativamente reducido, pero ya tiene su propia identidad;
una identidad que, definitivamente, gira en torno a la plaza Abaroa en el
corazón de Sopocachi, el punto central e icónico de los skaters. Casi todos los días en la tarde o en la noche, no importa
la época del año, siempre hay al menos una persona o dos con su tabla,
practicando incansable una y otra vez en este enorme área verde con espacios
ideales para la práctica; y a veces son grupos medianos o grandes los que copan
sus amplios corredores y pasajes, que hacen las veces de circuitos.
La exposición
Alejandro
Mendoza y mi persona, como miembros de la comunidad skater de La Paz, consideramos muy necesario buscar un espacio en
el cual mostrar la producción creativa que el movimiento protagoniza y genera, es
así que se postuló a la convocatoria “Muéstranos tu arte”, iniciativa del
Espacio Simón I. Patiño de apoyo e incentivo a diferentes expresiones
artísticas y culturales urbanas, y que nos dio la posibilidad de llevar nuestra motivación y actividad a un
nivel de reflexión y difusión de cara a un formato de muestra artística.
Con
la curaduría de Alfredo Coloma, decidimos recopilar la mayor cantidad de documentos
y obras producidas por y para el skate
paceño. La muestra -con videos, documentales, fotografías y tablas
personalizadas: talladas y pintadas por los practicantes- abrirá sus puertas entre
el 24 de noviembre y el 22 de diciembre en el anexo del Espacio Simón I. Patiño
ubicado en la zona de Sopocachi de La Paz. Además de la exposición de imágenes
y audiovisuales, se llevarán a cabo tres conversatorios que tratarán las siguientes
temáticas en torno a la práctica del skate:
·
Identidad,
integración, implicación y comunidad (25.11.16
/ 19.30)
·
Pensar y habitar
el espacio urbano (1.12.16 / 19:30)
·
Posibilidades
en el dominio de la creación (15.12.16 /19:30)
Por
primera vez los skaters trasladaremos
nuestra experiencia a una sala de exposición y propondremos nuestras tablas y
nuestra vocación como objeto de cuestionamiento e introspección en relación con
la ciudad.
Como
estudiante de arquitectura y del espacio urbano, alguna vez escuché decir que “caminando
se hace ciudad”, como skater puedo
afirmar que “deslizarse sobre una tabla, es hacer ciudad”.
--
Muéstrame tu arte
El
Espacio Simón I. Patiño lleva ya varios años apostando por el proyecto
Muéstranos tu arte, una convocatoria de fomento y difusión a las expresiones
culturales, dirigido a creadores jóvenes que empiezan a construir su
trayectoria.
La
propuesta está dirigida a los gestores y creadores en las áreas de: fotografía,
artes plásticas y visuales, teatro de pequeño formato, música, además de
presentación de libros, historietas, revistas, y cortometrajes. Cada año se
difunde la convocatoria, se reciben las postulaciones y un equipo de
especialistas elige a los ganadores a quienes el Espacio Patiño auspicia,
asesora e incentiva en la organización de exposiciones, coloquios y
presentaciones de sus proyectos. Uno de los ganadores este año fue el colectivo
skate paceño, cuya muestra central se
conformará de esta manera:
Fotografías:
José
Luis Sáenz (La Paz)
Alfredo
Coloma (La Paz)
Milton
Arellano (La Paz)
Trabajos
en tablas:
Alejandro
Mendoza (La Paz)
José
Castro (Quito, Ecuador)
Diego
Aliaga (Cochabamba)
Salvador
Salinas (La Paz)
--
Un poco de historia y contexto
El
skateboarding está relacionado con la
cultura callejera, aunque su práctica es cada vez más diversa e incluso
profesionalizada. Un reportaje de la American Sports Data estimó el número de skaters es de 13,5 millones en todo el
mundo; de estos el 80 % tiene edades inferiores a los 18 años, y el 74 % son
hombres.
La
práctica se concibe esencialmente como una forma de expresión personal, ya que
casi cada skater tiene su estilo y
técnicas propias. En solitario o en grupo, toman los espacios urbanos de forma
“subversiva” debido a que por lo general no poseen áreas específicas y propias
para su práctica, y por eso hasta mediados de los 90 en no pocos lugares los
jóvenes portadores de su tabla eran vistos como antisociales o incluso
potenciales criminales.
A
principios del siglo XXI, el skateboarding
era uno deportes más atractivos y frescos en EEUU y parte de Europa, pero en
los últimos años el aumento de popularidad del patinaje en línea (rollerblanding) y la bicicleta de
motocross (BMX) han atentado contra la supremacía de las tablas con ruedas
tradicionales. De todas maneras, los especialistas están seguros de su repunte
y perdurabilidad.
Para
hablar de sus inicios, hay que decir que el surfing
es el padre biológico de este deporte-arte eminentemente estadounidense. Esta
conexión dio al skateboarding una
dirección que influyó e influye aún en diferentes aspectos, desde maniobras y
estilo, hasta moda y actitud.
Desde
finales de los 50 e inicio de los 60, la música surf americana y las películas
fueron su gran contexto de consolidación. Los jóvenes comenzaron a buscar
formas de recrear la sensación de remontar una ola en tierra. Pronto
experimentaron con diseños semejantes a la tabla de surf. El primer skateboard comercial, el Roller Derby,
batió records de venta en los almacenes en 1959.
En
1963, la fábrica de skateboards
Makaha, formó un equipo de expertos para promocionar su producto. Hoy, los
equipos que viajan patrocinados por los fabricantes son el elemento principal
de la comercialización de la industria, pero de lejos, la esencia y espíritu
son las tribus urbanas o los skaters
solitarios que recorren las calles y parques de sus ciudades, anónima pero
genuinamente. (Con datos de www.detribusurbanas.com y
todas-las-tribus-urbanas.blogspot.com).
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