domingo, 27 de noviembre de 2016

Etc.

Los escritores estadounidenses y Trump


Simplemente eso… qué piensan y escriben algunos autores y artistas sobre el futuro presidente de EEUU.



Carlos Decker-Molina 

Las últimas semanas de octubre y las primeras de noviembre, Estocolmo se llenó de escritores y cineastas. Unos llegaron antes de las elecciones estadounidenses y otros después, como es el caso de Francis Ford Coppola que habló con la prensa justo el 9 de noviembre.
Coppola llegó a recibir el premio a su “obra total” de cineasta y a inaugurar el Festival de Cine de Estocolmo. “Conozco un poco a Trump, fuimos a la misma escuela militar. Trump era solo un muchacho menor que yo. Fue envido a la escuela militar a los 13 años, venía de una familia rica, algo incorrecto debió haber hecho. Su elección me ha sorprendido tanto como a ustedes”.
Digamos que el cineasta fue más diplomático que Jamaica Kincaid con la que me crucé en el cóctel de inauguración del Festival de Literatura de Estocolmo y dijo a un grupo: “no voy a decir jamás su nombre. Felizmente no tengo arsénico en casa”.
En el mismo Festival estaba Don DeLillo, aunque menos visible en los pasillos, cafetería y salones de estar. En una entrevista con el diario más importante de Suecia confesó que el asesinato de John F. Kennedy lo impulsó a ser escritor. Americana, es su gran obra que, con Trump en la Casa Blanca, recupera actualidad. “No intentó justificar la violencia de la campaña electoral de Trump”, dijo y explicó que muchos estadounidenses tienen una herencia de violencia que nace en la conquista de oeste.
En mayo de este año más de un centenar de literatos, artistas e intelectuales estadounidenses suscribieron una carta abierta en la que no solo se oponían a la campaña electoral de Trump, sino que además pretendían alertar del peligro de elegir a un hombre con él. Releer el alegato hoy después que eligieron al “peligro”, es doblemente inquietante: “Porque, como escritores, somos particularmente conscientes de las muchas maneras en que el lenguaje puede ser objeto de abuso en nombre del poder”.
En otros párrafos el texto de la “inteligencia” estadounidense dice: “Porque la historia de América, a pesar de los periodos de nativismo y de intolerancia, desde el primer momento ha sido un gran experimento que busca la unidad de personas de orígenes diferentes, no enfrentados unos contra otros (…) Porque la historia de la dictadura es la historia de la manipulación y división, de la demagogia y la mentira”.
Junot Díaz (La maravillosa vida breve de Oscar Wao) escribió: “El fenómeno Trump tiene su explicación en la intersección de una serie de hechos: La crisis económica, es más fácil culpar a los inmigrantes, a los que caracterizó, además, como violadores, asesinos y cabrones. Es el reflejo de la creencia de la supremacía blanca que se siente cada vez más amenazada política y económicamente”.
Según Jonathan Franzen (Las correcciones, Libertad, Puridad), Trump representa y padece esa enajenación que genera el exceso de figuración. La enfermedad empeorará (de llegar a la Casa Blanca)”. Richard Ford (Canadá) que estuvo en la capital sueca en la Feria del Libro dijo que “(Trump)… es una encarnación monstruosa de la indiferencia de los americanos con respecto a la política”.
Una semana después del triunfo del multimillonario, Ford escribió en un diario sueco un “mea culpa”, dijo que él por su silencio y su falta de interés en descubrir quién es Trump es uno de los culpables de su elección.
Margaret Artwood lo describió como el típico alfa-macho en cuyo interior se esconde la flaqueza del cobarde. “Trump es el tipo de hombre que en la escuela se comporta como un matón, pero tan pronto como alguien lo empuja, empieza gimotear”. Algo de lo que dijo Artwood hubo en la campaña en la que arrojó insultos a mansalva como bravucón de barrio.
Nos faltaría espacio para citar a todos los escritores y artistas que se expresaron sobre Trump; termino con una cita de Stephen King: “Estoy muy decepcionado de mi país. Trump es popular debido a que a la gente le gusta tener un mundo en el que nadie ponga en duda que el americano blanco está en la parte superior de la jerarquía”.
Alguien dijo que la “ignorancia es atrevida”, pues ese atrevimiento ha llegado a la Casa Blanca.

Sin duda hay más razones para que lo hayan elegido, quizá algunas de ellas figuran en el libro de George Packer titulado El desmoronamiento. Treinta años de declive americano. Voy por la página 108 de cerca de 600. Packer, escribe para The New Yorker y ha obtenido varios premios, entre ellos el National Book Award justamente por El desmoronamiento. Les prometo una reseña. 

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