Indígenas homosexuales
Comentario del libro de Edson Hurtado: ‘un acercamiento a la cosmovisión sobre diversidades sexuales de siete pueblos originarios de Bolivia”.
Mariana
Ruiz
Edson
Hurtado ha realizado una labor periodística extraordinaria: no sólo se ha
desplazado por el país buscando las historias de personas homosexuales en su
lugar de origen, sino que ha llegado, de alguna manera, a la esencia de su
marginalidad: ser indígena; ser pobre; vivir en una comunidad alejada donde
todos se conocen y aun así reconocerse diverso sexualmente requiere de algo más
que valor, requiere de muchísimo coraje.
Las
consecuencias además son bastante peligrosas: en más de un caso los chicotazos,
los azotes y la persecución derivan en el linchamiento del estigmatizad@ como
“diferente”. Las acusaciones de corrupción venida de afuera, (porque en el seno
de la comunidad no se aceptan ese tipo de expresiones), son un elemento común
en todas las etnias que describe el libro. Sin embargo, los casos particulares
son distintos. ¿Qué se puede hacer si dos personas se aman?
Los
testimonios están escritos en un lenguaje poético, con una mirada amorosa, de
profunda aceptación. Es el gran mérito de Hurtado: poder transmitir esa
comprensión a través incluso de las propias dudas de los protagonistas. Así, el
caso de un afroboliviano que prefiere vestirse de mujer para bailar la saya,
que encuentra con el sorpresivo apoyo de sus compañeros; el muchacho moxeño que
escoge ponerse tipoi o el quechua que desea llevar pollera logran explicarle su
decisión: cómo se animaron a aceptarse y manifestarse como lo que sentían ser, mujeres
en el cuerpo de un hombre.
El
amor entre hombres o entre mujeres también está retratado, aunque las
obligaciones de casarse y tener hijos pesen como imposiciones imposibles de
ignorar. Los mineros de Oruro y las abuelas del Chaco recuerdan con idénticas lágrimas
en los ojos sus amores de juventud. O son las madres las que perdonan y
aceptan, aunque las hijas no se hayan casado y vivan junto a su compañera de
vida como si fueran amigas nada más.
Sin
embargo, casi ninguna de estas historias de vida tiene un final feliz, las
condiciones materiales y sociales no acompañan a quienes piensan o sienten
distinto. Hay palizas, persecuciones, la posibilidad de al menos una muerte (en
lo profundo de la selva ¿cómo saberlo?), recriminaciones y abandonos.
Hay
muy poca información. Ahí radica el principal mérito de esta obra, que habla
para todos y nos comunica que existen diversos modos de ser, diversos modos de
amar, y que ninguno es malo de por sí.
Felicitamos
a Edson por lograr un libro muy necesario, que ahonda sobre la manera en que
construimos nuestras identidades y nuestras relaciones con aquell@s que
pensamos como diferentes.
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