El estudio de las revistas literarias I
El autor reseña dos revistas que se dedicaron a recopilar el trabajo de las publicaciones literarias del siglo XX.
Omar Rocha Velasco
Aunque existen muchos estudios sobre
revistas literarias en Hispanoamérica, éstas no son consideradas como un objeto
de estudio privilegiado por centros de investigación o profesores
universitarios; es evidente que las miradas se han dirigido a los libros, pues
gozan de mayor prestigio.
Uno de los aspectos que influye de
manera determinante para que las revistas literarias no sean estudiadas, es que
el acceso a ellas es dificultoso ya que su archivo y clasificación no está en
las mejores condiciones en los centros documentales.
Un estudio precursor que reconoce la
importancia de las revistas para revisitar la literatura hispanoamericana es el
que emprendió Boyd G. Carter y que derivó en dos publicaciones: Las revistas
literarias de Hispanoamérica (1959)
e Historia de la literatura
hispanoamericana a través de sus revistas (1968), ambas impresas en México.
Estos textos son citados como
antecedente necesario para cualquier estudio sobre el tema; se trata de una
revisión de miles de publicaciones periódicas, de las que se escogieron las más
importantes y luego se realizaron estudios sobre literatura, crítica, historia,
arte y lengua.
Carter tiene un criterio amplio de lo
que son las revistas literarias, para él, dentro de esta categoría se inscriben
las revistas mismas, los suplementos, las hojas literarias y los volantes de
carácter mucho más efímero, reconoce que estos documentos tienen alto valor
histórico y estético. El texto añade bibliografías e índices y una
clasificación por países en orden alfabético.
Después de esta contribución pionera
se han multiplicado los estudios y el señalamiento de la importancia de las
revistas literarias como vía sistemática y creciente de desarrollo de las
letras en la región, una muestra de ello es el volumen LXX de la Revista Iberoamericana dedicada a
revistas literarias (2004).
Se trata de una compilación de
artículos de distintas procedencias hecha por Jorge Schwartz y Roxana Patiño.
Lo que hacen los compiladores en la introducción es señalar la importancia del
estudio de las revistas literarias y culturales para repensar los problemas
fundamentales del latinoamericanismo y para mostrar su complejidad o
heterogeneidad; esta publicación intenta remediar el hecho de que los estudios
particulares sobre revistas literarias no se han integrado a los problemas
importantes:
“En otras
palabras: estudiar las revistas como ‘objeto’ ha traído el problemático
beneficio de la especificidad pero el perjuicio de la falta de integración con
una complejidad discursiva que produce los múltiples y a veces contradictorios
sentidos de una época literaria y cultural”. (p. 647)
La concepción que los autores
mencionados tienen de las revistas literarias y culturales, es que éstas permiten ver “el sentido inmediato de la
literatura y de la cultura” en un momento dado, por tanto, permiten explorar
zonas de “cruce” de ideologías y proyectos (culturales y literarios) previos a
su consolidación. Retoman la idea de Beatriz Sarlo quien señala que las
revistas literarias son “laboratorios de ideas” o “bancos de prueba” donde lo
que se experimenta se consolida o fracasa posteriormente.
En esta publicación se hace un
esfuerzo por contar con colaboradores provenientes de distintos ámbitos del
conocimiento o distintos campos discursivos, así, participan, además de
especialistas en crítica literaria, historiadores, cientistas sociales, políticos
y artistas. Por otro lado, se plantea el ingreso de revistas brasileñas al
ámbito literario latinoamericano, por lo que encontramos varios artículos de
ese país, algo poco frecuente.
Otra publicación importante fue la realizada por
Saúl Sosnowsky (1999), es una compilación de 39 ponencias que intentan mostrar
lo que fue el siglo XX latinoamericano a través de sus revistas. La premisa
inicial se relaciona con los planteamientos de Schwartz y Patiño, pues se
intenta revalorizar la revista como fuente de estudio para acercarse a la
complejidad de procesos históricos, políticos, artísticos y culturales que
encierra el siglo XX latinoamericano.
En palabras de Sosnowsky: “el propósito central de esta publicación es ‘detectar
los principales núcleos de los debates culturales’ que volvieron a las revistas
en ‘tribunas del pensamiento’, en las que quedaron las huellas de ‘posiciones
estéticas e ideológicas que conforman una parte integral del legado’ del siglo
XX”. (p.12).
Uno de los hilos conductores del texto es el
vínculo de las vanguardias latinoamericanas y los proyectos políticos, la
pregunta es ¿en qué medida existen puntos comunes y puntos de distanciamiento
de ambos ámbitos? Los textos, en general, señalan que las vanguardias surgen en
momentos de tensión política y cultural que derivaron en formas heterogéneas
plasmadas en la pluralidad de las revistas literarias.
El análisis de algunos artículos muestra que
revistas tan importantes como Sur en
Argentina, El boletín Titikaka en
Perú, Contemporáneo en México y Orígenes en Cuba, no solo permiten
pensar la relación del centro cultural y la periferia, sino también las
relaciones entre nacionalismo y universalismo. Estas revistas muestran cómo se
dieron los grupos intelectuales y cómo éstos se constituyeron en “polos
irradiadores” de cultura, estableciendo una compleja relación con los estados nacionales.
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