sábado, 10 de enero de 2015

De arte y artistas

Raúl G. Prada. Una retrospectiva


Reseña de vida y obra del prestigioso artista plástico cochabambino, a propósito de una reciente exposición.



Pedro Querejazu Leytón 

El Museo Nacional de Arte ha venido realizando en los últimos años una serie de exposiciones retrospectivas de los más destacados artistas plásticos del país. Estas en general han sido acompañadas por catálogos bien diseñados e impresos, que en conjunto se van convirtiendo en bibliografía referencial sobre el arte del siglo XX en Bolivia.
Buena parte de esta tarea se debe al empeño e interés personal de José Bedoya Sáenz, curador de arte contemporáneo de esa entidad, con el respaldo de todo el equipo profesional que allí trabaja.
Probablemente la más importante de todas esas retrospectivas en el último tiempo ha sido la dedicada a la obra de Raúl G. Prada, que se realizó en las salas de exposición temporal del Museo entre el 1º y el 26 de octubre del año recién pasado.
Fue en este caso un esfuerzo compartido entre el Centro Cultural de la Fundación Simón I. Patiño, en Cochabamba, dirigido por Elizabeth Torres, y el Museo Nacional de Arte, con el respaldo de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, en La Paz.
De hecho, se exhibió primero en Cochabamba, en el Palacio Portales, entre el 18 y el 31 de agosto pasado. La retrospectiva de Prada ha sido muy importante tanto por la relevancia del artista y de su arte, por la cantidad y calidad de las obras que se reunieron para la exposición, como por la gran importancia que tuvo como formador de varias generaciones de artistas cochabambinos y por su contribución a la definición de una escuela regional de arte.
Raúl González Prada nació en Cochabamba en 1900 y falleció en esa ciudad en 1988. Fue más conocido, por decisión propia, como: Raúl G. Prada. Estudió pintura en su ciudad natal con Avelino Nogales (Potosí, 1869 - Cochabamba, 1948) que, tras haber estudiado arte en Argentina y Francia, se instaló en esa ciudad en 1900 y ejerció y enseñó el arte por varias décadas.
Es posible que en su etapa de formación Prada coincidiera con Cecilio Guzmán de Rojas (1901-1950) que estudió arte con Nogales durante el año 1919. Raúl Prada se destacó a lo largo de su vida por la pintura de paisaje, el retrato y la formación de nuevas generaciones de artistas.
El estilo de Prada fue el de la figuración realista. Su arte estuvo inspirado en el Impresionismo, no tanto por la manera de utilizar la pintura para sugerir efectos, sino por su trabajo al aire libre, por su manejo del color de manera brillante y expresiva y por resaltar la luminosidad del cielo y del paisaje, tan característicos de los valles altos y las montañas en el país.
Podría decirse que Prada fue a la pintura boliviana lo que a la fotografía fue Rodolfo Torrico Zamudio (su coterráneo y coetáneo). El artista se muestra a través de su producción paisajística como un contemplador de la naturaleza y de los grupos humanos insertos en el paisaje.
Mostró predilección por los contraluces, los reflejos del agua de ríos y lagunas, y la iluminación contrastada y casi rasante de los amaneceres y atardeceres de los valles o el aire límpido y diáfano de las montañas. Mostró una particular predilección por la vegetación como tema paisajístico, especialmente los grandes árboles.
El pintor viajó por el país y fuera de él, realizando apuntes y pinturas de paisaje rural y urbano, así como retratos de allegados y por encargo. En su obra se aprecian correspondencias temáticas, formales y estilísticas con la producción de otros artistas contemporáneos como Karl Dreyer, Víctor Chvatal, Mario Yllanes, Manuel Fuentes Lira, Gil Coímbra, Mario Unzueta, Cecilio Guzmán de Rojas, David Crespo Gastelú, Teófilo Loayza y otros.
Su paisaje es rigurosamente descriptivo y fiel, pero por otra parte realizó temas costumbristas de fiestas tradicionales rurales, en las que se aprecia la tónica tanto del indigenismo como del imperante estilo Deco Art, característicos de las décadas de 1930 y 1940 en el país y la región sudamericana.
En la muestra se pudieron apreciar los paisajes de los valles y de los pueblos de Cochabamba, del altiplano, el lago Titicaca, y los valles yungas de la región y la ciudad de La Paz, otros lugares como Puno, Cusco, Machu Pichu, así como de las tierras bajas de Bolivia.
Parte de ese itinerario incluyó el teatro de operaciones del ejército boliviano durante la Guerra del Chaco, donde fue invitado por el Gobierno en 1934; de ese momento se conservan dibujos de extraordinaria calidad y dramatismo de los combatientes de ambos bandos, así como acuarelas realizadas en el sitio que muestran el paisaje de grandes extensiones y el dramatismo del bosque bajo y seco del Chaco boreal.
El papel de Prada como formador de artistas ha sido fundamental para el país. Fue uno de los organizadores de la creación de la Escuela de Artes Plásticas de Cochabamba en 1948, y fue su director por el lapso de 30 años, desde su fundación en 1948. Hoy la escuela lleva su nombre en su homenaje.
En gran parte que se le debe a Prada el establecimiento de lo que se conoce como “Escuela cochabambina” de pintura y de paisaje. Algunos artistas renombrados que fueron formados por él, entre muchos, son: Fernando Rodríguez Casas y Gonzalo Rivero.


No hay comentarios:

Publicar un comentario