jueves, 22 de mayo de 2014

Nota de apertura

Biblioteca Plurinacional: Reeditan ocho libros fundamentales


Cuatro novelas, dos crónicas noveladas y dos libros de ensayos, que no se reeditaron durante décadas, conforman la colección de textos que buscan brindar una lectura sociológica, política y literaria de la Bolivia de inicios del siglo pasado.


Martín Zelaya Sánchez

Del Oriente: las crónicas noveladas de la Santa Cruz de la Sierra de inicios del siglo pasado, ciudad incipiente, sociedad en gestación (Tierra adentro, de Enrique Finot); y de la explotación del caucho y el drama rural del llano aislado y olvidado (Siringa, de Juan Coímbra).
Para la reflexión, la introspección y la re-visión integral de la Bolivia de hoy, ligada siempre a la Bolivia del pasado: Creación de la pedagogía nacional, de Franz Tamayo y Ensayos escogidos, de Carlos Medinaceli.
La ficción como elemento catalizador y canalizador de dos aspectos socio-históricos clave de la Bolivia republicana: La casa solariega, de Armando Chirveches y Chaco, de Luis Toro.
Un recorrido gastronómico y, de paso, geográfico y sociológico por las ciudades capitales del país en los años 30: Lo que se come en Bolivia, de Luis Téllez Herrero. Y una “joya” redescubierta: un libro de un boliviano que vendió más de 300.000 ejemplares en varios países de Europa: El valle del sol, de Diómedes de Pereyra.
Ocho libros, ocho rescates, ocho propuestas de (re)lectura, creemos, fundamentales en el actual contexto político social boliviano… pero ante todo, ocho grandes pretextos para sumergirse en obras literarias bolivianas de indudable valor documental, testimonial, intelectual y estético, y que en su mayoría se encontraban agotadas e inhallables durante décadas.
Se trata de la Biblioteca Plurinacional, un proyecto del Ministerio de Culturas que, en su serie Reediciones y antologías, se lanzará en su conjunto –el primer tomo, Chaco, se presentó previamente en octubre pasado- en la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz que abre hoy sus puertas.

Antecedentes
La investigación, selección, edición y diseño de las obras estuvo a cargo de un equipo consultor compuesto por literatos, periodistas y sociólogos cuya propuesta fue aprobada y avalada por Culturas.
“Tras la exitosa experiencia de las 15 novelas fundamentales de Bolivia -señala parte de la argumentación escrita presentada por el equipo- queda clara la necesidad de rescatar textos esenciales escritos a lo largo de la historia de nuestro país y que por diversas razones no están al alcance de la ciudadanía, para leerlos desde las particularidades del presente”.
“El objetivo –se lee en el texto- es colaborar a que el Estado active y posicione un sistema formal e institucionalizado de producción bibliográfica cuyos productos sean distribuidos en colegios, universidades, bibliotecas y otros espacios en los cuales sean accesibles a la ciudadanía en su conjunto”.
Fernando Barrientos, Alfonso Hinojosa, Marco Montellano y Martín Zelaya, los consultores, contrataron a su vez a ocho destacados literatos, escritores y profesionales en ciencias sociales para prologar los libros.
“Como los ocho primeros textos de la Biblioteca Plurinacional –se espera que el Ministerio dé vía libre a la continuidad del proyecto tanto en la serie Reediciones y antologías como en la de Entrevistas- son de la primera mitad del siglo XX, y brindan un variado y completo retrato del país y de los bolivianos de entonces, consideramos oportuno que la lectura e interpretación que aparece en la introducción de cada tomo sea efectuada por especialistas jóvenes (casi todos menores de 40 años) para que así también sea apreciable la relación-valoración generacional en el conjunto del trabajo”, señala un texto emitido por el equipo.
Es así que el staff de prologuistas está integrado por Benjamín Chávez, Emma Villazón, Omar Rocha, Juan Pablo Piñeiro, Wilmer Urrelo, Ximena Soruco, Sebastián Antezana y Maximiliano Barrientos.
¿Por qué estas obras?, ¿cuál es su valor, importancia y aporte?, ¿qué esperar de ellas?, ¿por cuál empezar…? Esperemos que estas y otras interrogantes queden bien resueltas por los propios prologuistas en breves extractos de sus trabajos introductorios que se detallan en estas páginas.
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Lo que se come en Bolivia

Luis Téllez Herrero
Prólogo: Benjamín Chávez

Estamos frente a un libro raro en más de un sentido. Lo que se come en Bolivia es una rareza bibliográfica que además posee rareza en su contenido y, por si fuera poco, se lo debemos a la pluma de un escritor virtuoso, poseedor de una rara habilidad comunicativa en sus escritos.
Es evidente que la riqueza de este libro está en su atrayente forma narrativa que organiza el relato a través de un viaje por siete de los nueve departamentos del país (faltan Beni y Pando) con el único objeto de conocer y degustar la diversidad culinaria de las regiones visitadas.

Siringa

Juan Coímbra
Prólogo: Emma Villazón

A primera vista, Siringa es el relato de un viaje que parte desde Santa Cruz de la Sierra a los siringales benianos, narrado por una voz distante, que poco a poco se revela como un “nosotros”, conformado por unos jóvenes que han sido contratados para trabajar allí como siringueros, aquellos que rasgan la corteza de la siringa para extraer el látex.
Sin que haya un orden predeterminado, los discursos se entretejen difuminando la aventura de los protagonistas, para dar cabida al afán principal del texto: hacer una memoria sobre la explotación del caucho en Beni.
Es una memoria valiosa para leer hoy a la Amazonía, para recordar sus mitos, para paladear su lenguaje, para comprenderla como una región que desborda las fronteras, y que sigue siendo, al parecer, como dice Coímbra de Moxos: una “tierra siempre en fuga”, inconquistable.

Tierra adentro

Enrique Finot
Prólogo: Maximiliano Barrientos

Hace 67 años Enrique Finot escribió una novela en la que dramatiza la imposibilidad de los regresos, si entendemos a estos como el reencuentro con la tierra que se dejó -y con los afectos, y con las historias que quedaron a medias.
Desde las primeras páginas Tierra adentro se posiciona como una novela de contrastes: por un lado la alta cultura y el cosmopolitismo del que llega, y por el otro la intensidad de un lugar donde la sangre aún no se ha domesticado y la naturaleza y el paisaje adquieren condición de metáfora.
Si bien es cierto que la novela trata de la confrontación de dos miradas, la tradicional y la cosmopolita, y también trata de un periodo particular de la historia política cruceña cuyas repercusiones se pueden sentir hasta nuestros días, Tierra adentro es antes que nada una historia de amor. O para ser más precisos, de la posibilidad de recuperar el amor perdido.

El valle del sol

Diómedes de Pereyra
Prólogo: Omar Rocha

La novela revive la famosa leyenda de El Dorado, ese lugar idealizado, jamás descubierto y que promete eternas riquezas a sus descubridores. Existen muchos testimonios y crónicas coloniales que hablan de la búsqueda de El Dorado, casi todos los intentos terminaron en rotundos fracasos conocidos como “malas entradas”, en este caso se da un giro a ese final trágico.
La narración también recoge el gesto de contar viajes llenos de aventuras hacia los confines más recónditos de la tierra (Julio Verne, por ejemplo), viajes llenos de riesgos y misterio en los que interviene un elemento fantástico que conduce al desenlace.
La historia es fascinante, atrapa a los lectores, los lleva por ese mundo selvático y enigmático poco asociado a los incas, revive la imaginación de lugares paradisíacos que nunca fueron descubiertos y que ofrecen inmensas riquezas.

La creación de la pedagogía nacional

Franz Tamayo
Prólogo: Juan Pablo Piñeiro

En La creación de la pedagogía nacional Tamayo parte señalando que todo lo que se enseña en Bolivia no es acorde con la realidad del país, él habla de nación. Propone reflexionar en la creación de una pedagogía propia que pueda representarnos y optimizar nuestras cualidades. Para Tamayo es necesario descifrar el carácter nacional, para poder crear su pedagogía. Este carácter nacional lo encuentra en el indio, en la energía del indio. Considera que es el que más aporta al país y el que menos recibe.
Para entender a mayor cabalidad La creación de la pedagogía nacional es necesario comprender el contexto temporal en la que fue escrita, y evitar juzgar ciertas ideas que a la luz de nuestro tiempo podrían considerarse verdaderos exabruptos. Por eso si queremos traer a Tamayo hasta nuestro días debemos filtrar estas ideas, o por lo menos señalarlas como síntomas del contexto.

Ensayos escogidos

Carlos Medinaceli
Prólogo: Ximena Soruco

Carlos Medinaceli -y su sociedad- está atravesado por la dislocación acelerada de dos mundos: el mundo quechua y el de la más antigua aristocracia colonial, aquella asentada en Sucre, causada por la articulación de la economía boliviana al mercado mundial capitalista, vía exportación de materias primas (plata, estaño, quina, goma), desde la segunda mitad del siglo XIX.
Medinaceli no es solamente el primer intelectual boliviano que afirma con vigor el mundo cholo de las ciudades como fuente de la nueva sociedad y de la nacionalidad, sino que también respira un conocimiento y sensibilidad de su tierra, de la provincia y su gente, quizá sólo comparable a la del también chuquisaqueño Jaime Mendoza.

La casa solariega

Armando Chirveches
Prólogo: Sebastián Antezana

Mientras La casa solariega es una novela dedicada a presentar un retrato ferozmente crítico de la sociedad boliviana de la época, en La candidatura de Rojas (del mismo autor) la crítica y el retrato de costumbres se encuentran matizados por coloridos y jocosos giros narrativos que se echan algo en falta en su narrativa posterior.
El gran logro de la presente reedición de La casa solariega es el de ofrecernos un vistazo privilegiado de las conductas políticas, económicas y culturales que nos regían antes de las dos grandes rupturas que Bolivia vivió el siglo pasado: la Guerra del Chaco y la Revolución Nacional.
Mediante esta reedición encontramos una Bolivia distinta y al mismo tiempo todavía cercana, en la que podemos reconocernos y buscar algunos de los gérmenes que hoy se han vuelto nuestro sustrato, algunas de las primeras huellas de lo que hoy son los edificios de la narrativa y la identidad boliviana.

Chaco

Luis Toro
Prólogo: Wilmer Urrelo

El sexo (y su consecuencia periférica: la tristeza) junto al tedio son las claves para comprender esta novela, estos tres elementos son al final un acto desesperado del autor para contar la historia de una guerra que agarró a nuestros abuelos por las espaldas.

Ese el pecado de Chaco, esa su “incorrección política”: mostrar a nuestros abuelos tal y como fueron en la guerra, sin los adornos propios de la literatura cómoda, revolucionaria y nacionalista. 

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