Mello y Suárez, hermanos de sangre amazónica
Crónica del homenaje al poeta boliviano Nicomedes Suárez y de la llegada de su amigo y compañero de ruta, Thiago de Mello.
Paura
Rodríguez Leytón
Su
silueta se perdió en los claroscursos de la tarde que ya acababa, se fue con la
llovizna, bajo un amplio paraguas al lado de su amigo el poeta Adam Méndez, que
viajó a Bolivia para verlo.
Así
desapareció en medio de los árboles del Urubó, avanzando lentamente hacia el
final del jueves, que cayó feriado por ser 1 de mayo. La tarde se había
entregado propicia para la lectura de poemas. Él leyó algunos de los suyos,
pidió disculpas por no ponerse de pie, porque le tiene mucho respeto a la
poesía; luego, estuvo atento a la lectura de los otros.
Dos
días antes, Thiago de Mello, el poeta brasileño autor de Los estatutos del hombre y amigo cercano de Pablo Neruda, había
llegado a Santa Cruz de la Sierra, después de un largo viaje que lo sacó de la
profundidad del Amazonas.
A
sus 88 años, llevados por él con soltura y elegancia, hizo un aventurado
recorrido de más de 300 kilómetros desde su pueblo natal y donde vive ahora:
Barreirinha, hasta Manaus, para poder partir recién hacia Bolivia.
“Vengo
con mucho amor”, anunció al presentarse al público que asistió a las
conferencias sobre la Amazonia, organizadas por la Universidad Privada de Santa
Cruz; así Mello habló de uno de los temas fundamentales de su vida: la defensa
de la Amazonia y fue su palabra poética la que dio inicio a una serie de
reflexiones sobre este vasto ecosistema constantemente amenazado, en el que él
creció y al que le ha dedicado cinco libros de su reconocida obra literaria.
El
tono de su voz sonó suave y al mismo tiempo enérgico, así atrapó al público: “…Si prestas atención, vas a escuchar un
urgente clamor que crece, es la floresta pidiendo socorro, la mata pidiendo
ayuda, la floresta es nuestra casa, es tu casa, cuida de ella con amor…”,
dijo pausadamente.
Su
atuendo blanco, realzaba su figura delgada y su piel trigueña. Así habló
Thiago, de lo que más ama: los árboles, los pájaros, los ríos, el aire puro y
la gente que vive en la selva amazónica. Así contó que después de haber vivido
fuera de Brasil por muchos años, volvió a Barreirinha y allí se quedó, ya por
décadas y desde allí no ha dejado de ser un activista social y ecológico cuya
arma es la palabra: su discurso de paz.
Mello
compartió la mesa con expertos en temas de la Amazonia, es así que se pudo
contar con una visión completa de lo que significa este territorio, no solo en
términos geográficos o ecológicos, sino históricos y literarios.
Pero
Mello, no solo llegó a Bolivia para hablar de la Amazonia, él aclaró que a lo
que vino fundamentalmente fue a homenajear a su amigo Nicomedes Suárez, el
poeta beniano, mejor dicho, en esencia amazónico que, recibió la distinción
Honorífica al Mérito Literario de la Universidad Privada de Santa Cruz y
presentó la segunda edición de su libro Recetario
amazónico de Dios, una impecable y bella edición de Editorial 3600.
Así,
se hizo visible una hermandad tácita entre dos hombres nacieron junto a las
aguas de los serpenteantes ríos amazónicos y crecieron alimentados por el
vegetal olor del humus.
La
literatura de Suárez fue reconocida en el ámbito académico. Una obra de toda
una vida que quizá comenzó cuando a sus ocho años aprendió a nadar, antes que
aprender a leer, en una inundación que cubrió la estancia donde vivía en Santa Ana
de Yacuma; como lo recuerda en una entrevista que le hizo la escritora y
periodista Magela Baudoin: “Aunque para mis padres seguramente fue una
catástrofe, para mí era un viaje a la aventura, a experiencias peligrosas y
épicas”.
Aventura
que continúa y que ha hecho que Nicomedes sea autor de una singular obra en la
que mantiene viva la memoria de sus primeros años. Obra acompañada por Kristine
Cummings, su esposa, con la que transita ya cuatro décadas. Y así, creó Loén un
territorio imaginario, una puerta de retorno hacia la geografía de su
infancia.
A
sus 11 años sus padres lo mandaron a estudiar a Buenos Aires y comenzó un largo
periplo que gran parte de su vida lo tuvo alejado de su tierra natal. Por
Inglaterra, España, Estados Unidos. Sus 12 libros en los que recrea la selva,
lo han convertido en uno de los más importantes exponentes de la literatura
amazónica.
Hace
unos años volvió a Bolivia y vive discretamente en Santa Cruz, junto a
Kristine. Mucha gente no sabe que es uno de los escritores vivos más
importantes del país. Sin embargo, el propio Jorge Luis Borges, en 1983 escribió
sobre él: “Afirmar que Nicomedes Suárez es un escritor mítico genuino no es un
elogio baladí. Concebir de los sueños, mitificar, es cualidad primordial de un
verdadero escritor. Otra es trascender la mera ingenuidad, crear, como él lo
hace, con la imaginación”.
Thiago
de Mello vino a hablar sobre Nicomedes y orgulloso contó de un memorable
encuentro de poesía que hubo en los 90 en Barreirinha, en el que uno de los
invitados especiales fue Nicomedes. Contó que su poesía todavía se sigue
leyendo y los niños en el colegio, lo citan y dicen sus poemas. Así habló
Thiago de Mello, con pausa y con amor por este poeta boliviano.
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