domingo, 3 de abril de 2016

Poesía

La poesía se traslada a La Paz y Oruro

El III Festival Internacional del Poesía de Bolivia se efectuará entre el 25 y 30 de este mes en diferentes espacios de ambas urbes. Habrá ocho autores invitados y se presentarán antologías y libros individuales. Conozcamos a fondo a los vates invitados.



Martín Zelaya Sánchez

En un ensayo publicado hace pocos meses en LetraSiete, Edwin Guzmán escribió: “El poeta es la más imprevisible de las criaturas. Para muchos, una de las más prescindibles; para pocos, una de las más esenciales. En realidad es una aparición, un golpe de dados, una condición azarosa que revela lo insólito de lo gravitante, lo real de lo virtual y el espíritu de la materia”.
Pues bien, siete de estas criaturas esenciales -claro está- siete de estos “aparecidos” serán los invitados especiales del III Festival Internacional de Poesía de Bolivia que por gestiones de Benjamín Chávez (director) y del propio Edwin Guzmán (subdirector) se efectuará entre el 25 y 30 de este mes en La Paz y Oruro.
Cinco años después de la última versión -más vale tarde que nunca- esta destacable iniciativa, que en sus dos primeras versiones supo concentrar a vates de la talla del uruguayo Roberto Echavarren, los argentinos Arturo Carrera y Jorge Boccanera, la chilena Carmen Berenguer, y los bolivianos Jesús Urzagasti o Héctor Borda Leaño, ambos homenajeados, reaparece con una serie de lecturas, presentaciones de libros, coloquios y, claro está, la oportunidad de que los lectores compartan de cerca con escritores de reconocida trayectoria.
Esta tercera versión, que está dedicada a Rubén Vargas -cofundador y coorganizador de los festivales en 2010 y 2011-, contará con la presencia, de los bolivianos Álvaro Díez Astete, Mónica Velásquez y Milenka Torrico, cubriendo así tres generaciones, tres amplios y diferentes registros, estros e impulsos poéticos. De afuera llegarán Leticia Herrera de México, Martín Zúñiga de Perú, Erik Varas de Chile, Francisco Hugo Rivella de Argentina  y Marcos Canteli de España.
“El Festival Internacional de Poesía en Bolivia, busca un intercambio de experiencias y propuestas poéticas entre autores nacionales y extranjeros, posibilitando el acercamiento de estudiantes, autores jóvenes y público en general a las propuestas contemporáneas de escritura que se están desarrollando en el mundo y cuyo conocimiento suele estar restringido al círculo de especialistas”, comenta Benjamín Chávez, el principal impulsor  del evento desde que en 2008 Fernando Rendón, director del legendario Festival Internacional de Poesía de Medellín le instó a crear un encuentro poético de alcance internacional, pero convocado y con sede en Bolivia.
Para dejar huella -más allá de la impronta imborrable de la buena poesía- en esta ocasión, el festival no solo editará una antología, como en las versiones anteriores, sino que además publicará un libro de cada poeta participante, así como una selección de poemas de los autores bolivianos que participaron en las anteriores versiones.
“La antología -señala Chávez- se edita por convenio con Plural Editores, los poemarios de los invitados extranjeros gracias a la editorial 3600 y la muestra de poetas bolivianos, saldrán bajo el sello Caletita de México”.

Siete poetas, uno por uno

1 Leticia Herrera (México)

El escritor y periodista boliviano Alfonso Gumucio Dragron escribió en escritoresyperiodistas.com: “un breve poema de tres versos tan sencillos como misteriosos fue la llave para descubrir la poesía fresca y crujiente al oído como el pan recién salido del horno, de Leticia Herrera. Su título es tan breve como infinito, Soledad, y dice así: “ayer me fui a cortar el pelo / necesitaba que alguien me tocara / auxilio”.
Nacida en Monterrey, en 1960, ha publicado los poemarios: Pago por ver (1984), Canto del águila (1985), Poemas para llorar (1993), Caracol de tierra (1996), Vivir es imposible (2000), Hace falta que llueva (2002), Poemas incompletos. 1984-2006 (2006), Solo digan que fui (2011) y Celebración del vértigo (aforismos, 2011). Disfrutemos uno de sus poemas.

Se rompió el tiempo en dos

cuando imposible es seguir jugando
me corto las uñas y los dedos
descoso la túnica de mi canto
y amorosamente me voy de ti

hay cuevas donde el eco muere
agujeros de pena deslavada
carcinomas de la tierra
heridas de la naturaleza
remansos de terror y sílabas rotas
no quiero vivir aquí
adiós   te quiero   adiós


2 Marcos Cantelli (España)

Nacido en Bimenes, Asturias en 1974, obtuvo el Premio de Poesía Ciudad de Burgos en 2005, ha publicado los siguientes libros de poesía: Reunión (1999), enjambre (2003), su sombrío (2005), catálogo de incesantes (2008), es brizna (2011) y cons ti tu ci ón (2015). También ha publicado el libro de ensayos Del parpadeo: 7 poéticas (2014).

Poema de su sombrío

establece morada en su sombrío, un lugar a punto de memoria —mero linimento de aguas azuladas de suyo transparentes conque pura oquedad

magisterio: que la escritura sana
cuando incorpora sombras


Sobre este poeta, Pablo López Carballo escribió: “Cada paso es una huella, una estela en transformación. Cada paso un animal diferente, una huella diferente; diferente desde sí y más aún desde los otros. La poesía como HUELLA, como tránsito, es el testimonio del estar vivo, de haber sido otro y del SER por encima de todo. Así es la obra poética de Marcos Canteli, consolidada ya, que no quiere decir repetitiva, ni tampoco en declive, sino OBRA con voz formada en crecimiento, ¿hacia dónde? Hacia todos lados y hacia sí mismo”.

3 Erik Varas (Chile)

Acerca de De contrabando uno de los principales trabajos de Erick Varas, escribió el crítico Pablo Lacroix: “es un poemario que trabaja la escritura bajo tres perspectivas cruciales; la experiencia del autor con el entorno, con su pasado y con su labor literaria. Podemos observar, que el gesto poético se entrelaza en gran parte con las correferencias de autores guía, como son Baudelaire, Antonio Cisneros, Burroughs, Auster, Luis Badilla, Roberto Bolaño, Pablo de Rokha y Martin Sheen, elementos intertextuales que dirigen la lectura, la complementan y potencian”.
Varas, Chillán (Chile), 1978, es Premio Ceres a las artes regionales del Biobío en la categoría de poesía  y el primer lugar en  el concurso Historias de  Nuestra Tierra. Ha publicado los poemarios De contrabando (2013). Es Director- Editor de La Mosquita Muerta Ediciones, primera editorial infantil del Biobío.

Perdidos en Traklpoy

Para entonces no teníamos más de veinte años
y lejos de la familia, lejos de esa irrealidad,
soñar era una experiencia posible para no perdernos
mientras buscábamos la salida de emergencia.
comenzamos con visitas diarias a fuentes de soda por Orompello, 
y  todo establecimiento sospechoso por Los Carrera,  
a cines estrafalarios de galerías antiguas
o esas largas caminatas sin sentido para engañar el hambre y la sed.
toda porfía a lo habitual era nuestro hogar,
hogar, templo y tumba.
nuestro error no fue la fe que pusimos en ello
sino el sentido de ruina en la  búsqueda:
doctrina habitaba en la vergüenza
también, pánico voluptuoso
y la poesía era una lejana vibración adentrándose
una hendidura,
la  irreversibilidad de un sueño recurrente
siempre en la misma dirección:
palomas devoradas por cuervos blancos.


4 Mónica Velásquez (Bolivia)

Poeta y crítica literaria nacida en La Paz en 1972. Según consigna Elías Blanco, estudió literatura en la UMSA (1996) y tiene un doctorado en literatura hispánica otorgado por el Colegio de México de aquella nación (2004).
A modo de sintetizar si bibliografía, Marcelo Villena traza una certera síntesis de su creatividad: “la obra poética de Mónica Velásquez destaca sin duda entre las que con mayor rigor y coherencia se ha desplegado en la poesía boliviana de los últimos quince años. Tres nombres para un lugar (1995), Fronteras de doble filo (1998), El viento de los náufragos (2005), Hija de Medea (2008) y La sed donde bebes (2011) trazan hasta ahora cuatro momentos de una trayectoria; una trayectoria que, por otra parte, Velásquez ha sabido alternar con una reflexión crítica cuya singularidad se aprecia sobre todo en el libro titulado Demoníaco afán. Lecturas de poesía latinoamericana (2010)”.

Hechicera

I.
Apenas abrí los ojos, ahí estaban ellos, los muertos
ignorantes todavía de su propio morir,
o los otros, los viejos amantes de la muerte
en cuyo mirar la vida era siempre más aguda;
unos adelantan la despedida de sus cuerpos
y andan sus palabras buscando mensajeros del después,
otros ya agotados equivocan las sendas del no retorno
y se refugian refunfuñando en muecas que da miedo ver
suelen venir a recostarse a mi sombra
con olor a pena reciente y madera encerada.
Mi mano, que ya les conoce el modo,
toma con prisa el dictado de lo pendiente.
Hay heridas hondas –me dicen– necesitadas de decirse.
Es el frío el que inaugura mis ojos,
el frío de los muertos que me visitan.


5 Álvaro Díez Astete (Bolivia)

Poeta y novelista, de profesión antropólogo, nacido en La Paz en 1949. Escribió la novela Devoración (1983) y los libros de poesía Viejo vino, cielo errante (1981); Abismo (1988); Cuerpo presente (1989); Púrpura profunda (1993); Homo demens (2000); Sonetos bizarros y otros poemas (2003); Escritura poética elemental (obras completas, 2003).
La argentina Verónica Ardanaz escribe: “Una parte de la obra de Díez Astete se hermana al surrealismo criollo, americano, de Molina, Pellegrini, Madariaga y Orozco, quienes habían deseado: “la encarnación de un mito de la poesía, que perdura y le da un sentido muy especial a la tarea del poeta, porque no se trata de una escuela literaria, sino de una concepción total del hombre y el universo”, un vivir poéticamente el mundo. “Como el amor, la poesía es la persecución de un secreto imposible. Oprimidos por la cultura, las ideas recibidas y su propio terror, los hombres, generalmente, se las ingenian para ahogar esa levadura salvaje. Pero su esplendor rescata en el hombre su naturaleza abisal. Palabra a palabra va dando la forma del deseo y, cuando rescata un destello de ese sol enterrado bajo la razón y la lógica de toda la violencia del mundo, se siente que ha cumplido su designio”.

Verbos

Amar volar
verbos de la poesía
volar amar volar
olor de tu cuerpo desnudo
amar volar amar
poesía de los verbos
volar amar
desnudo cuerpo de tu olor.


6 Francisco Hugo Rivella (Argentina)

Nació en Rosario de la Frontera, Salta, Argentina, en 1948. Tiene una extensa obra poética literaria y musical. Obtuvo más de 12 premios de poesía en Argentina, España, México, Ecuador y Guatemala. Publicó Caballos en la lluvia (2001), Zona de otros días (2006), Yo, el toro (2008), Centro de tormentas (2010), PUTAS (2011), Ojo astillado (2013), Piedra del ángel (2012), Espinas en los ojos (2014), Antología personal (2014).

Vuelve

Desnudo,
sin nada encima,
ni corbata, ni espuelas, ni saco, ni piloto,
sólo la luz de un fósforo quemándole la frente
y el poeta yaciendo 
como una beata en un prostíbulo.

En las uñas,
un tigre pregunta por su nombre.
Inyectados los ojos de sangre y de zarpazos
pregunta por la mujer que desnucó sus sueños,
que le entró con los dientes por la yugular

y lo escupió despacio en un rincón del cuarto.


7 Martín Zúñiga (Perú)

Nacido en Cusco en 1978, fue merecedor de los premios de Poesía Joven Martín García Ramos, Premio Internacional de Poesía Ángel Martínez Baigorri y el Premio Bienal Cope de Poesía, además de ser finalista de este último en la edición 2015.
Ha publicado los poemarios Gavia (2009), Pequeño estudio sobre la muerte (2010) y Cover (2011), además de la antología de poesía joven de Arequipa Rastros/Rostros (2011), entre otros.

p r o l e g ó m e n o s p a r a n o h a c e r n a d a.

convengamos que la verdad, que es llana, divina y simple, y habita entre
los dioses, es elusiva y estratificada. por ello, a veces sin quererlo del todo,
le vamos a la contra. porque necesitamos movernos. porque de noche como
escarabajos ciegos juntamos con nuestras patas el alba. no piensan, están
ahí, no saben hacer otra cosa. nuestra barca carece de timón, viaja con
el viento que sopla en las regiones inferiores de la muerte. no es extraño
que matemos el tiempo desnudos en nuestras habitaciones, mirándonos en
el espejo. Mientras en los campanarios dan todas las horas menos cinco.
nuestro callejero no hacer nada, vive y se suelta por la variedad de la
noche. gastamos saliva en soldar los retazos de nuestra mirada. deseamos
ver llegar a los fantasmas en las serpientes gargantas doradas de los gallos.
pero antes de comenzar y mudarnos es bueno pagar a la tierra. ofrendar.

A cerca de su poemario Gavia, el poeta chileno Héctor Hernández Montecinos, escribió en la web casadelaliteratura.gob.pe “no solo nos propone un viaje (…) sino que en el mismo libro se va construyendo esta embarcación que nos lleva a bordear las extrañas zonas del lenguaje donde los mares y las islas aparecen y desparecen como si fueran parte de una misma ilusión. Gavia es un libro de amor, amor en el sentido más amplio, en un sentido panteísta, puro, casi místico. Los lugares, los amigos, la familia, la propia historia es un paisaje junto a los animales, las casas, el cielo, los objetos y el mar, el mar como escenario y como temple interno. (…) Uno de los libros que describen las nuevas sensibilidades de este tiempo y que hace de la poesía una brújula y un astrolabio en esta gran noche del mundo”

8 Milenka Torrico (Bolivia)

Milenka Torrico Camacho nació en Cochabamba, Bolivia, en 1987. En 2009 publicó su poemario Preview con la editorial Yerba Mala Cartonera. En 2010 ganó el primer y segundo lugar en el concurso de poesía Blanca Wiethüchter. Actualmente estudia literatura en la Universidad Mayor de San Andrés.

Nunca serás Justine
nunca oirás el crujir de tus huesos
no sangrará tu boquita
no abrirán tu espalda a mordiscos
nunca sentirás la asfixia de estar boca abajo
no caerás de rodillas
no golpearán  tu rostro contra el suelo
a ti
te darán un beso
te invitarán un helado
te llevarán a casa
y plantada allí con tus intenciones
te consumirás en ese llanto que no exacerba
ningún deseo violento de tomarte.


En una nota del diario El Mundo de España, se lee: “el crítico Víctor Hugo Díaz incluye los versos de Torrico en una corriente renovadora que se manifiesta más cercana a la calle y a la ciudad, una poesía, dice, que no se queda en los libros o en el arte de la palabra y produce imágenes visibles ligadas a lo real cotidiano en apariencia pero que convocan los cambios sociales que se producen en el país”.

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