lunes, 1 de agosto de 2016

La pelusa que cae del ombligo

Los Rubiecitos



Crítica de una obra teatral recientemente escenificada en La Paz.


Omar Rocha Velasco

La “movida teatral” en la ciudad de La Paz ofrece, semana tras semana, obras que circulan fuera del circuito de los espacios oficiales o administrados por el Estado.
Ciertamente, aunque no con la enjundia necesaria, existen espacios independientes que acogen, por temporadas muy breves o presentaciones únicas, obras dignas de expectación y memoria, es el caso de Los Rubiecitos, a continuación algunas notas acerca de ella
La dirección y dramaturgia estuvieron a cargo de Laura Derpic, sin embargo es importante destacar que un grupo grande de personas trabajaron en la obra. Al margen de los actores (Franz BaltazarFernando García CormickEva JarriauAgustín ScaliseMiguel Ángel Vigna) encontramos que hubo una diseñadora de vestuario (Florencia López), un diseñador de escenografía (Esteban Siderakis), una diseñadora de luces (Rocío Caliri), una ilustradora (Sonia Basch), una fotógrafa (Martina Estelí García), dos músicos (Esteban SebastianiAntonio Zimmerman), dos diseñadores gráficos (Sonia BaschFernando Viñas), una asistente de dirección (Martina Estelí García) y dos personas que se encargaron del casting junto a la directora (Paula BaróMartina García).
Aunque algunos nombres se repiten, destaco esta ficha artístico/técnica, porque habitualmente en nuestro medio todos estos roles los asume el director y, en el mejor de los casos, uno que otro colaborador.
El Oso (Pancho) y el Enano (Fermín), es decir las letras O y E, escapan del libro Alma de niño y se van a conocer el mar. Los rubiecitos, dos niños que aparecen en la portada del libro, y el soldadito -un colorado de Bolivia- los van a buscar y tratan de reinstaurar el orden; en efecto, las dos letras desbandadas produjeron caos y desestabilización en el sistema, es decir, han descompletado el libro y su propuesta.

Varias razones hacen de ésta una excelente obra, aquí algunas de ellas:
·                    Una muy buena actuación: los actores, tres argentinos, un boliviano y una francesa, asumen perfectamente sus personajes, ninguno desentona, no existe alguno que destaque más que otro, trabajan armónicamente. Las dificultades lingüísticas, las más esperadas y evidentes, fueron superadas sin hacer ruido en el conjunto. No es fácil recrear un mundo infantil para adultos con varias complejidades, el Oso y el Enano son rebeldes y temerosos, niños y adultos, cansados y vivarachos. Los rubiecitos son parecidos pero diferentes, malos e ingenuos, una enamorada del oso y el otro celoso.
·                    Mucho humor, algo siempre refrescante en Bolivia y más todavía si ese humor es crítico y corrosivo, sin limitarse a sacar risas por sacarlas.
·                    Muchas generaciones nos hemos alfabetizado con el libro Alma de niño de la afamada profesora Gladys Rivero Nogales. Los rubiecitos cuestiona las propuestas pedagógicas, discursivas e ideológicas del libro. Por ejemplo, esa visión patriotera y culposa de la pérdida del mar. La obra se presenta como una piedra molestosa en los zapatos de esas visiones tradicionales de los libros de texto que (de)formaron generaciones y generaciones a partir del aterrador cuarteto: familia, escuela, patria, religión. En otras palabras, cae un ícono de la educación boliviana.
·                    Utilización de recursos tecnológicos sin que sea algo forzado, más bien contribuyendo a una excelente propuesta estética y escenográfica, una mezcla de mundo adulto y mundo niño, de años 80 y 60, de libro borroneado y tachado, un enclave entre ficción y realidad.
·                    El texto está muy bien construido, recoge fragmentos del libro Alma de niño paródicamente; plantea juegos de palabras -los guiños locales no son absolutamente incompresibles-; es juguetón y humorístico; incluye fragmentos de otros textos (algo de Alcides Arguedas, comentó la directora), pero sin desvanecer el mundo-libro al que nos invita: “cómo pica la pucacapa”.

Ya lo dije, una obra digna de expectación y memoria. 

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