sábado, 3 de octubre de 2015

Entrevista

Maximiliano Barrientos, fascinado por el fuego

El escritor cruceño tiene un libro de cuentos nuevo: Una casa en llamas, que ya circula en Argentina y pronto tendrá una edición boliviana.



María José Ferrel 

Pocos meses después de haber lanzado La desaparición del paisaje, una novela que tuvo numerosas reseñas positivas en España, Maximiliano Barrientos ya tiene un nuevo libro, esta vez de cuentos: Una casa en llamas, editado hace pocos días por la bonaerense Eterna Cadencia
Si bien la editorial lo distribuirá solo en Argentina y España, no ocurrirá lo mismo que con La desaparición… que no llegó nunca a las librerías del país, pues Una casa en llamas tendrá una coedición para Bolivia que editorial El Cuervo presentará en algunas semanas.
El libro tiene seis cuentos en los que el escritor vuelve a la imagen del fuego como una constante disparadora de historias que “se sumergen en las grietas más profundas y oscuras de personajes sumidos en la soledad y el alcohol, o que intentan sobrevivir a viejos amores: cómo se vive con un recuerdo doloroso, con los fantasmas del pasado, con la locura o el abandono”, según se puede leer en la contratapa del libro.
En este diálogo Barrientos explica el lento proceso que vivió para la publicación final de este libro que tuvo muchas versiones y fue trabajado en intervalos entre 2010, finales de 2013 y principios de 2014.
“Pudo haber tenido 30 cuentos, pero al final decidí que serían solo seis porque eran los más representativos del conjunto y porque así también limitaba el margen de error”, adelantó el escritor cruceño que recientemente terminó de escribir una novela que ya está en proceso de edición.

- El libro se llama Una casa en llamas. Vuelves al fuego, a incendiar todo. ¿Es esta, de pronto, una imagen constante en la obra? ¿Tienen todos los cuentos del libro ésta atmósfera, y qué representa?
- El fuego es una presencia constante, está en cuatro de los seis relatos. No me atrevo, sin embargo, a establecer ninguna interpretación. Desde La desaparición del paisaje, y en estos cuentos de una forma mucho más explícita, ha habido una preocupación por retratar la violencia, una fascinación, por decirlo de algún modo. Esta representación de la violencia no se establece ni como denuncia ni tampoco busca volverla glamur. Hay una tercera vía que me cuesta explicar porque no la tengo clara, y es por eso que creo que es una fascinación, la misma que algunas personas sienten cuando ven algo que se está quemando y no pueden retirar la vista por más que sus propias vidas dependan de ello (si pudiera explicarla escribiría un ensayo, pero yo no soy ensayista. Escribo ficción porque no sé muy bien por dónde me estoy moviendo, porque tengo vislumbres parciales del lugar sobre el que escribo, no certezas). 

- Ya pasaron varios años desde tu primer libro de cuentos (Los daños, 2007). ¿Puedes contarme si en este tiempo ha cambiado y en qué tu manera de encarar el proceso de escritura?
- No creo que haya cambiado mucho. Escribo cuando tengo una historia que contar. Cuando no, hago otra cosa: tomo apuntes, trabajo el material acumulado, leo. No siento esa obligación por escribir a diario. Edito mucho, eso sí, todos los días, durante horas y horas. Escribo rápido pero me paso años trabajando los textos, esa es una manía que disfruto.

- Siempre te has movido entre relatos y novelas breves. ¿Se puede decir que lo tuyo son en todo caso las narraciones de corto o mediano aliento?
- Bueno, no sé si novelas tan breves… La desaparición del paisaje tiene casi 270 páginas. Si hacemos una analogía con los luchadores de MMA podríamos decir que se mueve dentro de la división wélter (77 kilos). Y Hoteles, con menos de 130 páginas, estaría en la división gallo (61 kilos). Como BJ Penn, puedo decir que peleé en al menos dos categorías diferentes.

- ¿Cómo, en qué circunstancias te sientes más cómodo a la hora de escribir? ¿Desde dónde escribe Maximiliano Barrientos?
- Algunas historias se agotan en diez o veinte páginas, otras requieren cien o doscientas. Para mí eso es lo que determina que escriba una novela o un cuento. Más allá de cómo me siento más cómodo, pasa por qué distancia necesito para contar lo que tengo que contar. Hay que ser honestos. Estirar un cuento solo para tener una nouvelle que pueda ser más fácilmente publicable me parece una falta de respeto con un género que ha tenido cultores excepcionales como Carver y Ribeyro. 

- Tus relatos tienen ciertas temáticas y categorías que dialogan entre sí. Me refiero al cine y la música que se ven constantemente permeados en tu obra…
- La música y el cine incidieron en la respiración de la prosa y en la preocupación por narrar desde imágenes y desde situaciones concretas, nunca abstractas. Creo en la poesía de los hechos y espero que eso se note en mis ficciones. La música y el cine no están presentes como guiños o citas a ciertas películas o a ciertos discos, sino como un modo de contar y como una cadencia. Odio esa literatura que hace de las referencias culturales gratuitas una marca de estilo.
Los Vila Matas y los Fresán me cansan. Los suyos son libros narcisistas que se han dedicado a explotar el carisma del escritor y del artista, lo que me parece frívolo y pomposo, una forma soterrada de egolatría.

- Para seguir con literatura, cine y música, ¿cuáles son actualmente tus intereses en estos tres campos… qué estás leyendo, escuchando y viendo?
- Siempre estoy leyendo bastante, trato de estar actualizado, especialmente con los escritores que escriben en español, aunque me tomo mi tiempo para hacerlo, no corro inmediatamente tras la primera novedad que sale. Y siempre trato de pagar mis deudas con algunos clásicos que no leí en su momento. Leo por placer, no tengo reparos en abandonar libros, salvo cuando la novela es tan mala que a veces sigo leyéndola por el placer de putear contra el autor.
Con respecto a la música, me quedé con algunos viejos héroes a los que regreso una y otra vez; ya no me interesa escuchar ninguna novedad. Bruce Springsteen, Townes Van Zandt, Neil Young, Gladys Moreno, el Camba Sota, Miles Davis, John Coltrane, Art Pepper, Godspeed You! Black Emperor, Hermética, Motorhead, Megadeth, Pearl Jam…

- ¿En qué proyectos te encuentras trabajando?
- Estoy en el proceso de edición de una nueva novela que terminé de escribir hace unos meses.


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