sábado, 24 de octubre de 2015

Semblanza

Adolfo Cáceres Romero, tras las
huellas de la literatura boliviana

Perfil del escritor orureño, uno de los homenajeados en la FIL Cochabamba.


Martín Zelaya Sánchez

Si de resumir la trayectoria académica y profesional de Adolfo Cáceres Romero se trata, habría que decir que fue profesor de colegio y docente universitario de lenguaje y literatura, que obtuvo posgrados de especialización en Uruguay y España, y que además fue director del colegio Jesús Lara, decano de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) de Cochabamba e investigador  emérito del Instituto de Investigaciones de la misma.
Ahora, si el tema es hablar de su producción literaria, hay que decir que es novelista, cuentista y ensayista con varios relatos traducidos al inglés, alemán, noruego, holandés, japonés y croata.
Pero ante todo destaca -consideramos- como historiador de la literatura boliviana, como un incansable recuperador de nombres y títulos, tendencias y estilos, hitos y épocas que conforman el decurso de las letras en Bolivia. Todo esto a través de su valiosa serie de libros de Nueva historia de la literatura boliviana, que a la fecha tiene cuatro volúmenes, y de su no menos útil Diccionario de la literatura boliviana.
Pero sigamos. Para conocer a este polígrafo orureño también hay que decir que, debido a su notable trayectoria, fue premiado en innumerables ocasiones. Entre otras distinciones recibió el Premio Nacional de Cuento UTO (Oruro, 1967), el Premio Municipal de Literatura (Cochabamba, 1967), el Premio Franz Tamayo (La Paz, 1982), la Gran Orden Boliviana de la Educación (La Paz, 1990), y la Medalla “Libro de Oro” (Cochabamba, 1999).

Su impronta
Cáceres es un hábil cuentista y novelista que maneja un lenguaje elegante y minucioso y se decanta por temas que reflejan la realidad de la sociedad boliviana, sobre todo de la que fue afectada por las dictaduras de los años 60 y 70.
En sus novelas se percibe un notable despliegue de datos e información, lo que refleja su vocación de investigador e historiador.
De su obra en general, señala el crítico Samuel Arriarán: “la narrativa de Adolfo Cáceres Romero se caracteriza por no contar historias literales sino de imaginación sensorial; es decir, más que una narrativa basada en la transmisión de ideas explicativas o conceptos, se trata de una forma literaria basada en la expresión de estados de ánimo y de sentimientos.
En lugar de imágenes que expliquen cosas de una manera concreta, son símbolos que el lector puede sentir y comprender de otra manera”.
Sobre su novela La saga del esclavo, Gastón Cornejo Bascopé escribe: “Dos líneas paralelas de encantador relato nos conducen a la imaginación sublimada de los hechos materiales, al acontecer humano de los protagonistas en sus vaivenes de grandeza y de maldad, la tormenta de los actos delictivos, la introspección íntima, la conciencia transformadora y la vibración religiosa de la purificación”.
Acerca del libro de relatos Cinco noches de boda, Víctor Montoya opina: “A tiempo de moverse con soltura en un territorio sensual y explosivo, donde convergen las descargas eróticas y el fulgor de las pasiones, Cáceres Romero nos acerca a temas narrados con verisimilitud, recreando a personajes que se cruzan en las rutas de la realidad y la ficción, con un estilo sencillo pero elegante, propio de un autor capaz de elevar a potencia literaria una situación cotidiana, sin más recursos que el verbo y la imaginación”.
Si de lo que se trata es de decirlo en pocas palabras, simplemente queda señalar que pocos como don Adolfo merecen el tributo que la Cámara Departamental del Libro de Cochabamba le otorgó en la IX Feria Internacional del Libro. Enhorabuena.

Bibliografía
Novela: La mansión de los elegidos (1973), Las víctimas (1978), La saga del esclavo (2006), Octubre negro (2007) y El charanguista del boquerón (2009).
Cuento: Galar (1968), Copajira (1975), Los golpes (1983), La hora de los ángeles (1987), Entre ángeles y golpes (2001), Cinco noches de boda (2009), El despertar de la bella durmiente (2009) y El puente de los suicidas (2015).
Ensayo: Nueva historia de la literatura boliviana (tomos I, II, III y IV, 1987-2011) y  Diccionario de la literatura boliviana (2009).
Antologías: Poésie bolivienne du XX siecle. Antología de la poesía boliviana en español y francés (1986), Poésie quechua en Bolivie. Antología trilingüe español, quechua, francés (1990), Poesía quechua del Tawantinsuyo (2000).
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Gaby Vallejo, ua escritora para los más jóvenes

Sobre la otra homenajeada den la Feria del Libro de Cochabamba, Gaby Vallejo, encontramos una interesante semblanza a cargo de Isabel Mesa.  
“Vallejo tiene una prolífica obra literaria dedicada a los niños y a los jóvenes; una veintena de libros que muestran su relación con el país y un compromiso con sus problemas. Varias de sus historias rescatan las raíces de los pueblos indígenas y sus protagonistas son niños valientes que dan a conocer a los lectores sus saberes. La más conocida y todavía de lectura vigente, es su novela infantil Juvenal Nina (1981) en la que un niño viaja junto al dios Wiracocha al pasado para conocer la cultura aymara”.
“Wara y el sudor del sol (1986) sigue la línea de Juvenal Nina, pues es precisamente un cuento basado en una leyenda que sostiene que dentro del lago Titicaca se encuentra el tesoro de los incas. Wara, una niña aymara, cae en las profundidades del lago donde se encuentra con un yatiri que es el guardián de este tesoro y que espera al pueblo elegido para entregárselo. Es un cuento que anticipa el sentir de lo que más tarde será la bandera de las dos reformas educativas próximas: el rescate de las lenguas y de la raza indígena”.
Gaby Vallejo Canedo nació en Cochabamba en 1941. Es profesora de literatura y lenguaje, y licenciada en ciencias de la educación. Es diplomada en literaturas hispanoamericanas, (Caro y Cuervo en Bogotá) e hizo una pasantía en literatura infantil en la Internationale Judengbibliotek de Munich.
Fue docente durante 18 años en la Universidad Mayor de San Simón, encargada de Bibliotecas Populares y del Centro de Documentación de Literatura Infantil del Centro Portales durante 16 años. Fue fundadora del Taller de Experiencias Pedagógicas y de la biblioteca infantil Th'uruchapitas.


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