sábado, 3 de octubre de 2015

Artículo

El nuevo canon poético pasa por Bolivia

Una antología reúne 40 de los 354 poetas seleccionados por 200 especialistas del ámbito hispánico, nacidos entre 1970 y 1985.



Ricard Bellveser 

Es un hecho extraño, pero el modelo dominante de estética poética de la poesía hispánica en español, tan apenas ha tenido variantes en el último medio siglo.
La influencia de la generación del 50, o generación del medio siglo, sigue siendo un fuerte modelo de canon. A la estética derivada de la anterior se le llamó “nueva sentimentalidad”, “neo romanticismo”, y de otras formas, hasta que hizo fortuna la expresión “poesía de la experiencia” aunque no quede muy claro qué podría ser una poesía que no proviniese de la experiencia.
Ante este canon dominante, a finales del siglo XX surgió una alternativa que se denominó “poesía de la diferencia” que pretendía desmarcarse del paradigma anterior y ofrecía otro, que a su vez quería hacer justicia a la obra de muchos excelentes poetas a los que “la experiencia” había silenciado o minusvalorado.
Ciertamente en la historia de la literatura en español, siempre ha habido un canon ortodoxo que marcaba qué poetas eran los más importantes desde los siglos XVII y XVIII hasta ahora, de Cervantes y Quevedo a nuestros días, canon que apenas nadie había discutido hasta la aparición del Grupo de la diferencia.
El poeta granadino Antonio Enrique se atrevió a proponer un “canon heterodoxo”, o lo que es lo mismo, una historia de la literatura en español, contada de otra manera, con otros autores de referencia, con otros poemas como modelos, una historia en paralelo a -digámoslo así- la historia de la literatura oficialmente aceptada, y ese nuevo canon revolucionó la perspectiva general.
En prosa, se había producido un hecho crucial que fue el “boom” latinoamericano, que cambió todos los modelos y creó un canon nuevo que obligó a nuevos planteamientos, “boom” que encabezó García Márquez y al que siguieron todos los demás, Onetti, Cortázar, etc., en una explosión literaria que aún dura, y que supuso un cambio radical en el modo de contar y en el modo de decir. De aquel “boom”, por razones que han sido cientos de veces explicadas, quedó fuera Bolivia, que no pudo incorporar a ninguno de sus narradores.
Ahora se ha planteado un nuevo canon poético para la poesía escrita en español, un canon superador de los “enfrentamientos” estéticos entre los grupos de la experiencia y la diferencia, entre los autores ortodoxos y los heterodoxos, un canon a su vez que reúna a todos los poetas en español, vivan en el país que vivan, y que con amplitud de miras, a ese nuevo canon la profesora de la Universidad de Granada (España), Remedios Sánchez García, lo ha llamado “canon abierto” y lo ha formulado en un volumen de 500 páginas, publicado por la prestigiosa editorial Visor (Madrid, 2015), titulado El canon abierto: última poesía en español que reúne autores nacidos en la horquilla de años que va de 1970 a 1985, por tanto autores ultimísimos. La selección de poemas se le ha encargado al profesor Anthony I. Geist.
Se trata de un primer intento de cercar un criterio global de todo el ámbito lingüístico, y en esta ocasión Bolivia no se ha quedado fuera sino que está representada por Gabriel Chávez Casazola.
Hay poetas de quince países. Un poeta lo ponen Costa Rica, Perú, R. Dominicana, Venezuela, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico y como ya he dicho, Bolivia. Dos poetas ponen El Salvador, Argentina y Ecuador; tres poetas, Chile; cuatro Colombia; seis México y 14 España, esto último en un manifiesto desequilibrio difícil de justificar sino es directamente injustificable.
De todos modos hacer una selección de poetas, una antología poética en español, lleva consigo no tener el reconocimiento de nadie, pues los que han sido antologados están convencidos de que están ahí por sus méritos, luego su inclusión no es sino un acto de justicia, pero sí las iras de los miles y miles con los que no se ha contado, aunque para evitar peligrosas subjetividades, la antóloga Remedios Sánchez ha recurrido al procedimiento de la “antología comparada”, esto es, preparó una encuesta y se la formuló a 200 críticos, estudiosos e investigadores, españoles, europeos, norteamericanos e hispanoamericanos, los cuales expresaron sus preferencias. Resultado de esta consulta, se elaboró un listado de 354 nombres de poetas que, recuérdese, debían cumplir como dos únicas condiciones, el haber nacido entre 1970 y 1985 y el escribir en español. De esos 354 se seleccionaron los 40 que conforman el libro.
La antología se estructura en dos partes, una primera en la que Sánchez expresa sus criterios de búsqueda de un criterio global de creación poéticas entre estos autores, lo que conduce al posible establecimiento de algunas estéticas dominantes que la autora califica de “poesía panhispánica”, y una segunda parte que la forma los poemas escogidos por Anthony I. Geist de la obra de los poetas elegidos.

En definitiva, un primer intento de fijar un canon, en esta ocasión “abierto”, de la poesía más joven en lengua española, que nos sugiere por dónde van las cosas y hacia dónde se dirige la mirada lírica de los jóvenes poetas panhispánicos del siglo XXI.

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