El nuevo canon poético pasa por Bolivia
Una antología reúne 40 de los 354 poetas seleccionados por 200 especialistas del ámbito hispánico, nacidos entre 1970 y 1985.
Ricard Bellveser
Es un hecho extraño, pero el modelo dominante
de estética poética de la poesía hispánica en español, tan apenas ha tenido
variantes en el último medio siglo.
La influencia de la generación del 50, o generación
del medio siglo, sigue siendo un fuerte modelo de canon. A la estética derivada
de la anterior se le llamó “nueva sentimentalidad”, “neo romanticismo”, y de
otras formas, hasta que hizo fortuna la expresión “poesía de la experiencia” aunque
no quede muy claro qué podría ser una poesía que no proviniese de la
experiencia.
Ante este canon dominante, a finales del siglo
XX surgió una alternativa que se denominó “poesía de la diferencia” que pretendía
desmarcarse del paradigma anterior y ofrecía otro, que a su vez quería hacer
justicia a la obra de muchos excelentes poetas a los que “la experiencia” había
silenciado o minusvalorado.
Ciertamente en la historia de la literatura en
español, siempre ha habido un canon ortodoxo que marcaba qué poetas eran los más
importantes desde los siglos XVII y XVIII hasta ahora, de Cervantes y Quevedo a
nuestros días, canon que apenas nadie había discutido hasta la aparición del Grupo
de la diferencia.
El poeta granadino Antonio Enrique se atrevió
a proponer un “canon heterodoxo”, o lo que es lo mismo, una historia de la literatura
en español, contada de otra manera, con otros autores de referencia, con otros
poemas como modelos, una historia en paralelo a -digámoslo así- la historia de la
literatura oficialmente aceptada, y ese nuevo canon revolucionó la perspectiva
general.
En prosa, se había producido un hecho crucial
que fue el “boom” latinoamericano, que cambió todos los modelos y creó un canon
nuevo que obligó a nuevos planteamientos, “boom” que encabezó García Márquez y
al que siguieron todos los demás, Onetti, Cortázar, etc., en una explosión literaria
que aún dura, y que supuso un cambio radical en el modo de contar y en el modo
de decir. De aquel “boom”, por razones que han sido cientos de veces
explicadas, quedó fuera Bolivia, que no pudo incorporar a ninguno de sus
narradores.
Ahora se ha planteado un nuevo canon poético
para la poesía escrita en español, un canon superador de los “enfrentamientos”
estéticos entre los grupos de la experiencia y la diferencia, entre los autores
ortodoxos y los heterodoxos, un canon a su vez que reúna a todos los poetas en
español, vivan en el país que vivan, y que con amplitud de miras, a ese nuevo
canon la profesora de la
Universidad de Granada (España), Remedios Sánchez García, lo ha
llamado “canon abierto” y lo ha formulado en un volumen de 500 páginas,
publicado por la prestigiosa editorial Visor (Madrid, 2015), titulado El canon abierto: última poesía en español
que reúne autores nacidos en la horquilla de años que va de 1970 a 1985, por tanto
autores ultimísimos. La selección de poemas se le ha encargado al profesor
Anthony I. Geist.
Se trata de un primer intento de cercar un
criterio global de todo el ámbito lingüístico, y en esta ocasión Bolivia no se
ha quedado fuera sino que está representada por Gabriel Chávez Casazola.
Hay poetas de quince países. Un poeta lo ponen
Costa Rica, Perú, R. Dominicana, Venezuela, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico y
como ya he dicho, Bolivia. Dos poetas ponen El Salvador, Argentina y Ecuador;
tres poetas, Chile; cuatro Colombia; seis México y 14 España, esto último en un
manifiesto desequilibrio difícil de justificar sino es directamente injustificable.
De todos modos hacer una selección de poetas,
una antología poética en español, lleva consigo no tener el reconocimiento de
nadie, pues los que han sido antologados están convencidos de que están ahí por
sus méritos, luego su inclusión no es sino un acto de justicia, pero sí las
iras de los miles y miles con los que no se ha contado, aunque para evitar
peligrosas subjetividades, la antóloga Remedios Sánchez ha recurrido al procedimiento
de la “antología comparada”, esto es, preparó una encuesta y se la formuló a 200
críticos, estudiosos e investigadores, españoles, europeos, norteamericanos e
hispanoamericanos, los cuales expresaron sus preferencias. Resultado de esta
consulta, se elaboró un listado de 354 nombres de poetas que, recuérdese, debían
cumplir como dos únicas condiciones, el haber nacido entre 1970 y 1985 y el
escribir en español. De esos 354 se seleccionaron los 40 que conforman el
libro.
La antología se estructura en dos partes, una
primera en la que Sánchez expresa sus criterios de búsqueda de un criterio
global de creación poéticas entre estos autores, lo que conduce al posible
establecimiento de algunas estéticas dominantes que la autora califica de
“poesía panhispánica”, y una segunda parte que la forma los poemas escogidos por
Anthony I. Geist de la obra de los poetas elegidos.
En definitiva, un primer intento de fijar un
canon, en esta ocasión “abierto”, de la poesía más joven en lengua española,
que nos sugiere por dónde van las cosas y hacia dónde se dirige la mirada
lírica de los jóvenes poetas panhispánicos del siglo XXI.
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