Homenaje
de Cochabamba a
Adolfo Cáceres Romero
Texto leído la semana pasada durante un acto especial en la Feria Internacional del Libro de Cochabamba.
Gastón
Cornejo Bascopé
Me
concede un verdadero honor el escritor y maestro Adolfo Cáceres Romero para tener
presencia en la noble tribuna que festeja su homenaje y en la feliz ocasión en
que Cochabamba a través de la Cámara del Libro lo distingue como a una figura
literaria sobresaliente.
Gran
comentario se puede lograr de su proficua labor de escritor y experto en el
arte de la palabra. Profesor de lenguaje y literatura, egresado de la Normal
Superior Católica de Cochabamba y especializado en Uruguay y España. Catedrático
y decano de la Facultad de Humanidades de la UMSS.
Su
obra es reconocida en múltiples instituciones: Premio Nacional de la universidad
de Oruro, Premio Municipal de Literatura en Cochabamba, Premio Franz Tamayo en
La Paz, Premio Nacional de Novela Macelo Quiroga Santa Cruz, entre muchas otras
distinciones.
Numerosas
obras de su productividad creativa han sido premiadas por organismos de
importancia, traducidas y comentadas. Enumeremos las principales: La mansión de los elegidos y Las víctimas (con entrañables
protagonistas) , La saga del esclavo
(gran novela histórica que cuestiona a Castelli y al Ejército Auxiliar del Río
de La Plata), Octubre negro, El charanguista de Boquerón, El
último Khipukamayu, Galar, Copajira, Los golpes, La hora de los
ángeles, Entre ángeles y golpes, Cinco noches de boda, El despertar de la bella durmiente, La Guerra del Agua y El puente de los suicidas, cuentos y
novelas de enorme importancia literaria.
Especial
mención merecen los cuatro tomos de la Nueva
historia de la literatura boliviana, esforzado trabajo donde relieva sobre
todo el enfoque del tema marítimo a
propósito de los poetas cantores del mar cautivo. La inmensa obra se
complementa con el Diccionario de
la literatura boliviana”, el Manual práctico de redacción con nueve reediciones, y las antologías
Poesía boliviana del siglo XX, Poesía quechua en Bolivia, Poesía quechua del Tawantinsuyu, Narrativa quechua del Tawantinsuyu y Ollantay.
En
suma, su viaje de nauta infatigable de constante superación alcanzó horizontes
de jerarquía académica, docencia, escritura, investigación, producción
literaria. Adolfo
Cáceres induce a los jóvenes escritores a profundizar la esencia de los mitos
ancestrales; mitos que emergen de nuestras montañas y de los llanos amazónicos.
Prepara una antología de cuentos extraordinarios de Bolivia, partiendo de esos mitos
insertados en cuentos aymaras, quechuas y tupi-guaraníes, y una antología de
escritores bolivianos del exterior, de real importancia.
Para
la valoración de la intelectualidad y la juventud boliviana que debe conocer su
obra, importa remarcar que, muchos libros suyos tienen múltiples reediciones y han
sido traducidos a ediciones bilingües de español-francés, así como a alemán,
inglés, noruego, sueco, holandés,
japonés y también a lenguas originarias de Bolivia.
En
lo personal, nos une lazos de profunda afectividad familiar. Como médico familiar
suyo, evoco una crisis de salud que amenazó la valiosa existencia de nuestro
homenajeado. Cuánta valiosa producción no habría existido; gracias a Dios
superó la dolencia casi fatal con estoicismo y prosiguió su obra creativa. Albricias
para la cultura nacional.
Hago
pública la profunda admiración que siempre despertó en mí su dedicación absoluta
de escritor sencillo y humilde, pero magnífico, distinguido y noble en el
horizonte de los escritores de Cochabamba.
Su
labor diaria de trabajo incesante, sin límite de horario ni descanso físico, su
entrega espiritual a su familia como solícito esposo, padre responsable,
selecto educador en magisterio cognitivo pleno de cálida ternura.
En
el registro personal de las biografías respetables, Adolfo Cáceres Romero ocupa
un lugar principal; tiene en mi mente y en mi corazón la imagen exclusiva de un
hombre de bien, de un intelectual destacado en la contemporaneidad de los valores
nacionales.
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