La poesía volvió a tomar Santa Cruz
Crónica de la tercera Semana de la Poesía, de sus invitados nacionales e internacionales, de sus actividades, debates y entretelones.
Paura
Rodríguez Leytón
La
ciudad de Santa Cruz fue escenario de la Semana de la Poesía 2016, en su
tercera versión. Se desarrolló entre el 7 y el 11 de marzo y generó un
entusiasta movimiento en torno a la poesía, no solo como la palabra hecha para
ser leída y oída, sino también como un espacio de reflexión y como una
expresión íntimamente relacionada con las otras artes.
Con
un programa pensado en llegar a diversos públicos y escenarios, este evento
arrancó con el ciclo “La poesía en el cine” destinado a compartir filmes en los
que la poesía es la protagonista.
Películas
como Il Postino, La sociedad de los poetas muertos, El lado oscuro del corazón y Cyrano
conmovieron a estudiantes del colegio Internacional de la Sierra que sumados a
un público variopinto se sentaron a dialogar, después de cada proyección, con
los poetas Pablo Carbone, Oscar Gutiérrez y Patricia Gutiérrez, y con el
crítico Juan Murillo.
La
ilusión de enamorar con la palabra, o el temblor de impotencia ante rígidas
estructuras, o la extraña maravilla que puede generar un mundo onírico, esos y
otros temas se tocaron y debatieron como una especie de preámbulo de lo que
continuaría después.
Para
el miércoles 9 ya habían llegado a la ciudad los poetas Piedad Bonnett
(Colombia); Omar Lara (Chile); Javier Bozalongo (España) y María Soledad
Quiroga de La Paz. Por la tarde, Lara y Bozalongo, recorrieron la ciudad hacia
séptimo anillo de radial 17 y medio, al oeste. De golpe tuvieron ante sus ojos
una cara más cruda de la realidad cruceña, los barrios periféricos y sus
continuos problemas sociales. Llegaron hasta la Aldea Infantil SOS, y allí se
reunieron con la Red de Jóvenes y con estudiantes del colegio Hermann Gmeiner.
Con sencillez, ambos autores hablaron de la importancia de la poesía y de la
lectura en la vida de cada persona.
Los
jóvenes escucharon atentamente, algunos confesaron que nunca habían visto a
nadie tan importante y otros apuntaron algunos datos y nombres para buscar
luego más información en Google y hasta hubo una muchacha que decidió compartir
los versos que había compuesto pensando en la realidad boliviana. La tarde
terminó feliz, con una foto de grupo cubierta de vegetación.
Por
la noche, Bonnett y Bozalongo leyeron en la mesa inaugural de poesía. Cada uno
entabló con el público una mágica sintonía a través de la lectura de sus
poemas. La mayoría de los textos leídos por Bozalongo forman parte de su libro Las raíces aéreas, recientemente
publicado en Ecuador, por el Ángel Editor. Con una lectura pausada, el autor y
editor español se acercó a los lectores.
Le
siguió Bonnett, que para la noche había elegido una breve antología personal de
poemas de distintos libros y algunos inéditos, para estos últimos hizo una
breve introducción, y así alcanzó el momento más conmovedor de la noche, pues esos
versos fueron escritos para su hijo Daniel, que se suicidó en 2011, víctima de
una enfermedad mental. Con gran firmeza y valentía, sin perder ni un ápice de
ternura, Piedad, leyó cada poema desgarrado.
El
jueves por la tarde, Bonnett y María Soledad Quiroga visitaron la Biblioteca
Municipal, donde fueron recibidas por Willam Rojas, el director de la Red
Municipal de Bibliotecas de Santa Cruz de la Sierra. Allí en el salón, un grupo
de estudiantes de secundaria compartieron con las autoras. Escucharon sus
poemas, supieron por ellas que la substancia de la escritura es la propia vida
y que muchas veces esta puede ser dura, como en el caso de Piedad, con la
muerte de su hijo o la infancia y sus grandes temores.
Quiroga
también habló del tema; recordó la muerte de su padre Marcelo Quiroga Santa
Cruz en el golpe de estado de 1980 y la incertidumbre que aún provoca el no
haber encontrado sus restos, y habló de la muerte de su madre que le inspiró
escribir su más reciente libro de poemas A
tu borde. Asimismo habló de lo pequeño como el motivo principal de su
inspiración. Ambas autoras, al final de la tarde aseguraron que la poesía, no
importa cuál fuere el tema, les da felicidad.
La
noche del jueves fue de dos poetas bolivianos. Blanca Elena Paz, quien leyó
varios poemas inéditos y Gustavo Cárdenas que, con una voz algo pausada y algo
agitada, mantuvo en vilo al público que atento siguió su lectura, casi sin
respiración.
Después
vino la reflexión: un debate de altura, en el que Bonnet, Bozalongo y Lara
moderados por el poeta Gabriel Chávez Casazola abordaron el amplio tema de la
“Poesía latinoamericana en el siglo XXI”.
Se
habló de diversidad de voces, de posibles grupos o escuelas que rigen los
estilos, se habló del compromiso social de la poesía, de los circuitos de difusión,
de la necesidad de hacer redes para difundir la palabra. Se habló de esos y
otros temas y una pregunta que nació del público cerró la noche. “¿Por qué no
hay figuras como Neruda, Benedetti, por qué no hay poetas que todo el mundo
conozca y recite”.
Los
autores coincidieron en que si los padres y los maestros leyeran poemas en voz
alta a los niños, seguro que grandes figuras como las citadas emergerían en el
imaginario colectivo. La Semana tuvo también otra respuesta: la poeta Alejandra
Barbery dio un taller de poesía a un grupo de niños.
Este
debate y la noche inaugural transcurrieron en el Centro Cultural Simón I.
Patino, entidad que desde hace tres años auspicia y hace posible materializar
el sueño de dedicar una semana a la poesía. La noche de clausura se realizó en
la Alianza Francesa, entidad que coauspició, junto con la CRE, el evento.
En
la clausura leyeron sus poemas Gary Daher y Omar Lara. Luego de una formidable
lectura de ambos, Daher cumplió el encargo de la Cámara Departamental del Libro
de Santa Cruz, de entregar una presea de reconocimiento a Lara por “su valiosa
labor de difusión de la poesía latinoamericana”.
Daher
destacó el ininterrumpido aporte de Lara, al publicar la revista Trilce durante más de 50 años. Luego fue
recibida en su calidad de poeta boliviana, María Soledad Quiroga, en la
biblioteca “Víctor Hugo”.
No
podían faltar los jóvenes, así que los miembros del taller de poesía
“Poetangas” dirigido por Gustavo Cárdenas y Juan Murillo nombraron miembros del
taller a los poetas invitados a la Semana. También estuvieron presentes las
editoriales La Hoguera y Plural que tuvieron un espacio para vender los títulos
de su catálogo de poesía boliviana.
Así
fue la tercera Semana de la Poesía en Santa Cruz. La primera fue en 2014 y
recibió como invitados internacionales a Xavier Oquendo (Ecuador) y Fernando
Van De Wyngard (Chile), además de la presencia de la poetas bolivianas Mónica
Velázquez y Vilma Tapia. En 2015, estuvo el argentino Hugo Mujica, que presentó
En el hueco de la mano, una antología
de su poesía editada en Bolivia por 3600. También formó parte del programa, el
poeta colombiano Felipe García Quintero. Los poetas bolivianos participantes de
la Semana fueron Matilde Casazola, Adriana Lanza, Paola Senseve, Óscar Barbery,
Aníbal Crespo y se sumaron a esta aventura músicos como Erick Cuevas, quien
lleva acompañando las veladas poéticas de dos versiones del evento con sus
magistrales interpretaciones de jazz. Así, este sueño, imaginado hace tres
años, va tomando cuerpo, gracias al entusiasmo de los amigos poetas y artistas,
el público y las entidades auspiciadoras.
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