domingo, 5 de abril de 2015

Libros

Ni Dios, ni patrón, ni marido


Un libro recupera las lúcidas y agudas lecciones que dictó en el año 1921 la revolucionaria feminista soviética Alexandra Kollontay.     



Nicolás G. Recoaro

¿Qué diría Alexandra Kollontay del Gobierno de Vladimir Putin? ¿Cómo tomaría las políticas represivas que lleva adelante el Estado ruso contra las minorías sexuales? ¿Qué diría de la persecución que sufrieron las integrantes del colectivo feminista-punk Pussy Riot?
¿Y qué pensaría de la realidad cotidiana de femicidios, violencia de género y abortos clandestinos que impera en buena parte del planeta? ¿Cómo tomaría la discriminación, la desigualdad salarial y tantas otras expresiones de la doble opresión que sufren las mujeres en pleno siglo XXI?
Quizá las respuestas a estas preguntas, y también a muchas más, puedan encontrase en Catorce conferencias en la Universidad Sverdlov de Leningrado, el libro que compila las magistrales lecciones dictadas en 1921 por la legendaria revolucionaria bolchevique, que ha sido recientemente publicado por la editorial argentina Cienflores.
Feminista avant la lettre, polemista filosa, niña bien de familia noble devenida en agitadora de barricada, compinche de Lenin y Rosa de Luxemburgo, promotora del “amor libre”, dirigente destacadísima y por demás crítica en los albores de la Revolución Bolchevique, autora de las obras de ficción El amor de las abejas proletarias y La bolchevique enamorada, primera embajadora de la historia e intelectual de alto vuelo.
Tranquilamente, la vida de Alexandra Kollontay podría haber inspirado varios capítulos de alguna novela firmada por Tolstoi o Máximo Gorki.
Los textos recuperados en Catorce conferencias… están inscriptos en el momento en que la joven revolución había logrado con muchas dificultades poner las bases para la igualdad entre hombres y mujeres, liberalizando las relaciones familiares y las sexuales.
En este marco, Kollontay impulsó campañas de difusión y debates públicos para dar a conocer el reconocimiento de estos derechos: “porque el proceso revolucionario ha hecho despertar a la mujer en Rusia del sueño de la ‘bella durmiente del bosque’ que ha durado siglos”.
Muy poco tiempo después, Kollontay enfrentó a los popes del Partido Comunista, porque minimizaban el hecho de que la liberación femenina contribuiría al triunfo de la revolución, del que no era sólo una secuela necesaria.
Kollontay proporcionó a la desinhibición sexual una dimensión política. Lamentablemente, su erotismo emancipatorio fue finalmente cercenado por la contraofensiva encabezada por las medidas familiar-conservadoras impulsadas por Stalin.
Quizá, como afirma la historiadora Graciela Tejero Coni en la introducción del libro: “La pérdida y retroceso en las conquistas de las mujeres en los países que hicieron su revolución, preanunciaron el proceso restaurador capitalista, y se constituyeron en su demoledor antecedente”.  



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