Ni Dios, ni patrón, ni marido
Un libro recupera las lúcidas y agudas lecciones que dictó en el año 1921 la revolucionaria feminista soviética Alexandra Kollontay.
Nicolás
G. Recoaro
¿Qué diría Alexandra Kollontay del Gobierno de Vladimir Putin? ¿Cómo
tomaría las políticas represivas que lleva adelante el Estado ruso contra las
minorías sexuales? ¿Qué diría de la persecución que sufrieron las integrantes
del colectivo feminista-punk Pussy Riot?
¿Y qué pensaría de la realidad cotidiana de femicidios, violencia de
género y abortos clandestinos que impera en buena parte del planeta? ¿Cómo
tomaría la discriminación, la desigualdad salarial y tantas otras expresiones
de la doble opresión que sufren las mujeres en pleno siglo XXI?
Quizá las respuestas a estas preguntas, y también a muchas más, puedan
encontrase en Catorce conferencias en la
Universidad Sverdlov de Leningrado, el libro que compila las magistrales lecciones
dictadas en 1921 por la legendaria revolucionaria bolchevique, que ha sido recientemente
publicado por la editorial argentina Cienflores.
Feminista avant la lettre, polemista
filosa, niña bien de familia noble devenida en agitadora de barricada, compinche
de Lenin y Rosa de Luxemburgo, promotora del “amor libre”, dirigente
destacadísima y por demás crítica en los albores de la Revolución Bolchevique,
autora de las obras de ficción El amor de
las abejas proletarias y La
bolchevique enamorada, primera embajadora de la historia e intelectual de
alto vuelo.
Tranquilamente, la vida de Alexandra Kollontay podría haber inspirado
varios capítulos de alguna novela firmada por Tolstoi o Máximo Gorki.
Los textos recuperados en Catorce
conferencias… están inscriptos en el momento en que la joven revolución
había logrado con muchas dificultades poner las bases para la igualdad entre
hombres y mujeres, liberalizando las relaciones familiares y las sexuales.
En este marco, Kollontay impulsó campañas de difusión y debates
públicos para dar a conocer el reconocimiento de estos derechos: “porque el
proceso revolucionario ha hecho despertar a la mujer en Rusia del sueño de la
‘bella durmiente del bosque’ que ha durado siglos”.
Muy poco tiempo después, Kollontay enfrentó a los popes del Partido
Comunista, porque minimizaban el hecho de que la liberación femenina
contribuiría al triunfo de la revolución, del que no era sólo una secuela
necesaria.
Kollontay proporcionó a la desinhibición sexual una dimensión política.
Lamentablemente, su erotismo emancipatorio fue finalmente cercenado por la
contraofensiva encabezada por las medidas familiar-conservadoras impulsadas por
Stalin.
Quizá, como afirma la historiadora Graciela Tejero Coni en la
introducción del libro: “La pérdida y retroceso en las conquistas de las
mujeres en los países que hicieron su revolución, preanunciaron el proceso
restaurador capitalista, y se constituyeron en su demoledor antecedente”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario