Ver (en el cine) a Saramago
Un repaso a los cuatro filmes adaptados sobre novelas y cuentos del Premio Nobel portugués.
José Luis Exeni
Cuaderno de Lanzarote, 9 de enero, 1996: “La suerte está echada… he cedido los
derechos para la adaptación cinematográfica de La balsa de piedra. Tantas gotas de agua vienen cayendo sobre esta
piedra que acabaron haciéndole un agujero por donde veo hundírseme la antigua
decisión de no permitir que mis libros sean llevados al cine”.
Con estas palabras, el escritor portugués José Saramago, escéptico,
abría una puerta desconocida: ver, y no solo leer, su obra.
La resistencia de Saramago a permitir adaptaciones
cinematográficas de sus novelas tenía un fuerte argumento: a diferencia de la
teatralización -aseguraba en una entrevista- el cine “entra en competencia con
la novela”. Se refería a su obra Memorial
del convento, que fue llevada a escena en la ópera Blimunda. José ni se imaginaba la sola posibilidad de verla en el
cine. Hasta que cedió. El resultado son cuatro películas disparejas.
Balsa
¿Filmar un libro? ¿Adaptarlo? ¿O realizar, más bien, una
interpretación libre? La experiencia inaugural del recorrido desde la obra
escrita de Saramago hasta su conversión en película se produjo con La balsa de piedra. Tras “devorar en
días” la novela, el director francés Georges Sluizer se impuso la misión de
llevarla al cine. Tenía dos motivos: el “tono mágico” de la obra, que le había
impresionado, y su cercanía con las posiciones políticas de Saramago, que
interpelaban a Europa.
La metáfora es radical: ir hacia el sur. Una grieta
abierta a lo largo de los Pirineos provoca la separación de toda la Península
Ibérica que, convertida en isla flotante, abandona Europa. “Tiene esto que ver
-explicó el escritor años más tarde- con la interminable cuestión
colonizadores/colonizados, la dicotomía y la antinomia norte/sur”. Contar tal
historia en una película era un desafío mayor. A Sluizer le sobraba ímpetu, le
faltaron recursos.
Luego de varios esfuerzos por conseguir financiamiento, La balsa de piedra, hablada en español, llegó al cine cuatro años después de que
Saramago recibiera el Nobel. Así vimos en pantalla el viaje de los seis
personajes retratados en la novela. Pero el director se había limitado a
“filmar el libro”. Así, la primera adaptación de Saramago al cine fue más bien
deslucida. “Escribí un libro, Georges no me traicionó porque encontró el alma”,
sostuvo un elegante José en el estreno de la película.
Ceguera
Ciegos. ¿Qué pasaría si de pronto, uno tras otro, quedásemos
todos ciegos? En su espléndido Ensayo
sobre la ceguera, Saramago traza un escenario perturbador mostrando las
consecuencias de una ceguera blanca “en un mundo que, en lo fundamental, está
organizado por y para el sentido de la vista”.
Pero su interpelación/metáfora es más terrible: “estamos
ciegos con los ojos que tenemos –asegura-; quizás nuestros ojos vean, pero
nuestra razón está ciega”.
¿Filmar la ceguera de la razón? “Tengo que decirles que,
hasta hoy -confesó el escritor en un taller-, mi agente literario ha recibido
cerca de veinte propuestas para llevar el Ensayo…
al cine. Todas rechazadas”.
Hasta que, de la mano de un productor canadiense, llegó el
director brasileño Fernando Meirelles, que traía Ciudad de Dios como antecedente. La película se filmó el año 2007 y
llegó a cartelera un año después. Era tan intensa que requirió más de diez
versiones de montaje.
Aunque la película, titulada Blindness y hablada en inglés,
resultó sin duda mejor lograda que La
balsa de piedra, el director siguió la línea de fidelidad con el libro. Y
claro que era difícil -en palabras del crítico Joao Monteiro- “intentar pasar al telón situaciones que sólo
funcionan en literatura”.
En la proyección privada, emocionado, José le dijo a
Fernando: “estoy tan feliz por haber visto este filme, como estaba cuando lo
había escrito”.
Embargo
La tercera película sobre la obra de Saramago no se basó
en una novela, sino en un cuento: Embargo,
incluido en Casi un objeto. Esta vez
la adaptación cinematográfica estuvo a cargo de un director portugués: António
Ferreira.
El resultado es una película más bien modesta pero
inteligente, que combina la historia negra con el absurdo. Un filme que sin
apegarse a la letra del cuento, bien lo narra/retrata.
El relato es breve pero intenso: un embargo de los países
productores de petróleo provoca escasez de gasolina. En medio de esa crisis, el
personaje principal: Nuno, atrapado en su coche que cobra vida, intenta vender
una innovadora máquina para la producción de zapatos.
Hay importantes diferencias entre el cuento de Saramago y
el guión adaptado de la película (a cargo de Tiago Sousa). Es la distancia que
garantiza una comedia a tono con la obra del autor.
La película Embargo,
muy poco conocida en nuestro medio, fue estrenada en septiembre de 2010, tres
meses después de la partida de José Saramago. No sabemos cuál sería la reacción
del escritor portugués luego de ver el filme ni qué le diría a su compatriota
Ferreira. Pero queda como testimonio en imágenes de una intensa alegoría del
Nobel: “la ocupación de un hombre por su automóvil”.
Enemigo
En El hombre
duplicado, Saramago plantea un tema recurrente en su obra: la identidad, el
otro. Tertuliano Máximo Afonso, profesor de historia, descubre a sus 38 años
que en la misma ciudad vive Antonio Claro, actor de cine, y que ambos son
idénticos.
“Sus universos paralelos se funden y estalla la
tragedia”, comenta José. Pero la pregunta no es tanto quién es el otro, sino
quiénes somos nosotros. “El caos es un orden por descifrar”.
Enemy es el título de la película en la que el director
canadiense Denis Villeneuve interpreta la novela de Saramago. El resultado es
espléndido. “Con El hombre duplicado lo tuve clarísimo
desde el principio. Se trataba de una historia muy extraña y representaba algo
muy diferente a mi trabajo previo. Quería ponerme en peligro”, comentó Villeneuve. Y qué manera de ponerse en peligro con una
película que transita diversas paranoias. Un thriller de terror en forma.
A diferencia de los anteriores filmes que reprodujeron o
adaptaron libros del escritor portugués, Enemy
es una versión libre. Saramago no llegó a ver el guión ni menos la película
estrenada en 2013, pero su esposa Pilar sintetiza así el resultado: “quizás no
encuentren el libro, pero José está dentro de este filme”.
El reto no es menor, como lo expresa el director: “a
veces tienes que resumir 50 páginas en una sola imagen”. Como la araña del
final, que desafía todo.
Pilar
¿Ver, en el cine, a Saramago? Es grato hacerlo, aunque
las cuatro películas muestren que mientras más se distancian de la obra del
escritor, mejor el resultado. Y es que, como bien dice Monteiro, “existen
muchas formas de filmar un libro, pero muy pocas formas de filmar un autor”.
Como sea, lo que ninguna persona debiera dejar de ver es José y Pilar, ese entrañable documental que,
como en El viaje del elefante, celebrando
la vida, nos enseña que “siempre llegamos al sitio donde nos esperan”.
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