sábado, 25 de abril de 2015

Cafetín con gramófono

Boletín del Conjunto Nuevos Horizontes (II)


El autor continúa con su reseña histórica y descriptiva del impreso del grupo Nuevos Horizontes.



Omar Rocha Velasco

El Boletín del Conjunto Teatral Nuevos Horizontes se publicó en Tupiza entre julio de 1956 y agosto de 1961, los responsables fueron Cecilio del Callejo, secretario de redacción y Arturo Martínez, secretario administrativo.
Como órgano de difusión este boletín sirvió para dar a conocer las actividades del grupo, publicar obras de teatro, interactuar con la comunidad de forma directa, hablar sobre el “teatro en el mundo”, publicitar y recibir noticias del ámbito cultural en Bolivia, sin embargo, es muy importante preguntarse sobre cuál era la concepción de teatro que tenían, qué era lo que propugnaban como arte y cómo se manifestaba eso en las páginas de ese boletín, que el mismo Liber Forti imprimía en su linotipia y que llegó a 50 números en cinco años. Aquí algunas ideas al respecto.
Creían en la universalidad del teatro y del arte en general, la idea fuerza era que a través del teatro se podía lograr un cierto acercamiento entre los seres humanos. Se esforzaron mucho por llegar a los niños y a los jóvenes (el boletín muestra un recorrido que da a conocer los afanes por visitar colegios, por organizar grupos, por presentar y discutir obras en espacios estudiantiles, etc.), si ellos vivían y se educaban en esas “formas universales” que solo el teatro podía otorgar, las cosas podían cambiar.
Un recuadro aparecía cada cierto tiempo en el boletín, recordando al público y a los responsables para quienes trabajaban: “[trabajamos] para esa humanidad futura que palpita a nuestro lado: los niños (…)”.
La concepción del estatuto universal del teatro hizo que el boletín recoja en sus páginas obras, reseñas, reflexiones y noticias de diversa índole y procedencia; un claro ejemplo de concretización de estas ideas acerca del teatro está en un recuerdo que Liber Forti relata a Juan Manuel Fajardo en una de las pocas entrevistas que dio:
“(…) te doy un dato, un muchacho cordobés Pablo Jiménez, que hizo el Primer Festival Internacional de Teatro en Caracas, preparó una obra de Ionesco, y se vino de gira por las minas de Bolivia, y qué crees, me dice: ‘El mejor público para Ionesco, son los mineros bolivianos, sí, el teatro del absurdo; encuentran un punto común y se cagan de la risa, se ríen de las situaciones absurdas que plantea la obra; se ríen, no se mortifican, es el niño, la ingenuidad del niño, la pureza del alma y lo recalcitrante del análisis del problema’. Obras que se dicen para ‘entendidos’, provocan espontáneas reacciones”.
Ionesco en las minas, he ahí un ejemplo de la concreción de la idea general de la universalidad del teatro.
Una de las rúbricas que guió el accionar del grupo Nuevos Horizontes fue “por el arte y la cultura para el pueblo”, en efecto, esta concepción se alejaba insistentemente del arte “elitista” y para elegidos.
Si se había optado por “hacer” teatro había que hacerlo con y junto a obreros, empleados y estudiantes. La idea era que no se podía ser indiferente ante los problemas sociales que aquejaban a Bolivia y el mundo. El teatro se concebía como una especie de “caja de resonancia” en la que se recogía y se amplificaba “el drama, ternura y esperanza del pueblo”.
Por eso era una expresión artística fundamental. En el boletín número cinco esta idea se expresa a través del artículo “El arte es el pan del alma”, firmado por R. González Pacheco: “[el arte] es el sueño sin el cual no hay vida humilde que aliente. Nace del desinterés y solo pueden gozarlo los desinteresados. (…) Y parar la obra, plantarla. Y si el burgués no la paga, que no la pague. Que nuestro salario no es de sucios y hediondos pesos, sino de ideal y de ensueño. ¡Abajo el burgués!”.
El arte era una forma de ejercer la libertad propia del ser humano, esa libertad que se perdía por acción del Estado, la burguesía y el fascismo. Las formas de organización tenían que ver con  la asamblea, la reunión, la resolución consensuada. El posicionamiento político era el del anarquismo, como corriente de pensamiento y métodos organizativos, que busca el cambio social.
La idea era luchar, difundir y “enamorar” a la gente de la libertad, quienes promueven esa libertad son los anarquistas a través del teatro. En este marco, uno de los aspectos fundamentales del boletín fue dar a conocer la labor realizada por Liber Forti, asesor cultural de la Federación de Mineros de Bolivia, parte fundamental de la Central Obrera Boliviana.
El empeño mayor en esos años fue lograr que cada sindicato minero tenga su radioemisora y, además, lograr que se cree y consolide el Sindicato de Trabajadores del Arte, también afiliado a la COB. El sindicato era la única forma de organización que expresaba lo que el pueblo -en este caso los mineros- quería.
Este boletín (y la revista Horizontes que merecerá otro espacio en esta columna) es el testimonio de uno de los gestos más auténticos del arte en Bolivia. Sin mayores aspavientos es uno de los pocos casos en los que la distancia entre lo que se piensa, dice y hace es mínima, algo muy difícil de conseguir.
Termino con unas palabras de Lupe Cajías, estudiosa del grupo Nuevos Horizontes, que da testimonio de una visita a Tupiza: “Quedan las últimas huellas de la casa, el piso de ladrillo maltratado y los empapelados rotos. Tiene dos patios y al fondo la famosa sala La caverna. Con su piso de piedra conservaba en 1992 los últimos vestigios de afiches y un letrero enmohecido, casi cincuentenario: ‘Nuevos Horizontes de Tupiza presenta El zoológico de cristal, de T. Williams’ (abajo casi roto y no se descifran las borrosas letras). Al lado oeste, un letrero roto, en el cual solo se distingue la palabra ‘Horizontes’ en rojo y amarillo (…)”.

Este fragmento hace que sea inevitable hablar de la ruina y su doble función simbólica: en efecto, por un lado la ruina es resto, imagen de lo ido y lo perdido; sin embargo, por otro lado, es edificación y por tanto esperanza. El que edifica cumple, la ruina es un vestigio de edificación, un atisbo de grandeza, de posibilidad y horizonte.

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