Anudando palabras
Reseña de Quipus, el más reciente libro del autor beniano Homero Carvalho.
Elvira Espejo
¿Quién desató los nudos de Homero? Fue alguien que, con
mucho cuidado y paciencia, le contó algo de los chinus también. Como resultado, Homero comenzó a anudar los chinus en su memoria, para contarlos hoy
en este texto que el lector(a) tiene en sus manos como un quipu blanco de ideas
anudadas, palabras anudadas y axayus
atrapados, todo en este memorial de un quipu blanco escrito.
Al mismo tiempo, Homero, nos habla de otros tipos de quipus
muy distintos: cómo en un quipu negro se dilatan las tenebrosidades del pasado
con sus historias mucho más oscuras.
Nos lleva a imaginar el intenso color del sufrimiento y la
fuerza de nuestros antepasados, quienes manejaban historias anudadas en sus
hilos de distintos colores: el rojo para los guerreros, para ch’allar con la sangre; el amarillo para
la riqueza; el blanco para los ritos sagrados, y otros nudos distintos, desde
el amanecer y el atardecer…
Nos deja entender cómo, desde el nudo de los quipus, nace el
ser humano, y desde allí, de la persona a la comunidad, de la comunidad a un
pueblo y de ese pueblo a una nación.
En todo ello, el quipucamayoc,
que cuenta los nudos en su poder, transfiere la información de una persona a
otra persona, de una comunidad a un pueblo. Maneja la fuerza y el sentimiento;
en sus nudos tiene el poder de unir a todos los pensamientos. Por tanto,
procede así, de la imagen a un nudo, de un nudo a un ayllu, y de ahí a todo su
entorno.
Este es un trabajo que retrocede al pasado, que va desde la
comodidad de la ciudad actual a sus barrios, y de sus barrios a sus familias,
donde los nudos por fin se desatan, con recuerdos del pasado y en esta memoria,
Homero nos lo cuenta con mucha paciencia.
Nos habla de los nudos de aquel momento, cuando Homero habló
con Filomeno Thola Sisa, quien narra con mucho detalle de los chinus o nudos de los quipus. Luego
Homero tomó estos nudos de hilo para convertirlos en los nudos de la poesía,
algo no visto antes en Bolivia, algo único en nuestros tiempos.
Nos ayuda a unir el pasado con el presente y el futuro. Con
estos sueños anudados te hace retroceder al pasado, y del nudo de las tierras
remotas, nos hace pasar a los humanos y de los humanos, a aquellos anudados a
la tierra por el espacio y el tiempo.
La cuerda no te suelta, ya sea de lo lejos a lo más cercano,
de la memoria a los recuerdos, donde nadie puede olvidar las palabras de los
nudos… de los nudos a la imagen, de la imagen al aliento. De los colores te
hacen recordar a las fiestas, con sus cantos y bailes, donde la voz del viento
te trae noticias de la llegada y la partida que anuncia siempre el ichhu.
Te hace reanudar los alientos del campo, las wak´as sagradas que no desatan sus nudos
para que los sueños siempre nos cuenten. Te hace tocar dentro de tus
pensamientos y sentimientos estas experiencias anudadas para siempre. Vuelves a
hablar en las fiestas y el baile. Los hilos sueltos de la vida empiezan a
anudarse. Ves los miles de colores que se festejan en el altiplano, esperando
el nuevo anudado de los dioses andinos, con los alientos que nos pasan don
Filomeno y Homero.
Homero anuda las palabras, con unas teclas frente a una
pantalla, nudos y nudos en un papel.
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