jueves, 25 de septiembre de 2014

Cafetín con gramófono

El Cosmopolita Ilustrado (II)

Segunda y última parte de la reseña y descripción de esta revista cruceña del siglo XIX.



Omar Rocha Velasco

El mayor impulsor de El Cosmopolita Ilustrado fue Manuel Lascano Velasco, pintor y grabadista muy destacado en su época, por esta razón la revista cruceña incluye en cada uno de sus números un “grabado” hecho por este artista.
La técnica consistía en burilear la imagen en un trozo de madera -dando lugar a un dibujo muy sofisticado de trazo grueso- y luego traspasarla cuidadosamente al papel. Cada grabado iba acompañado de un texto descriptivo y proporcionaba información detallada, quién era la persona que aparecía, la historia del lugar, fechas, nombres, datos, etc. Estas imágenes fueron la huella de El Cosmopolita Ilustrado, una “originalidad” de la que muy pocas publicaciones bolivianas gozaron.
Los grabados y textos de Lascano constituyen una fuente primordial para reconstruir la historia de Santa Cruz del siglo XIX, allí se dieron a conocer costumbres, tradiciones y, sobre todo, datos acerca de cómo se fueron edificando algunos hitos de la ciudad como el caso de la Plaza de la Concordia:
“El jeneral Juan José Pérez, de gloriosa memoria, fué el primero que ordenó é hizo ejecutar el nivelamiento de la entonces irrisoria Plaza, así como la construcción del elegante enverjado de cal y ladrillo que la circunvala. Vino enseguida el igualmente finado Jeneral Juan Mariano Mujia, y procedió al ornato y embellecimiento de la obra de su antecesor: pusiéronse los bancos que hoi escisten, y él mismo, en persona, plantó y sembró los árboles y flores que la adornan”.  [sic.] 
Otro de los temas de estos grabados era el homenaje patrio, El Cosmopolita Ilustrado nació un 6 de agosto de 1887 en recuerdo del día de fundación de Bolivia, la imagen para ese primer número fue la de Simón Bolívar de pie, arriba de la cumbre del Cerro Rico de Potosí, el Libertador porta el estandarte de la libertad en una mano “y con la otra muestra al mundo su obra coronada por el más completo y feliz éxito. – Allí, á lo lejos, se vé á Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia y el Perú.− ¡Cinco naciones que él arrancara de las garras del León hispano para darles libertad!” [sic.]
Este gesto fue constante durante los 35 números de la revista, Lascano, un patriota empedernido, homenajeó a José Miguel de Velasco (ex Presidente de Bolivia y abuelo suyo), Ovidio Suárez (que obsequió el reloj que “adornaría nuestra futura Catedral”), Pedro Blanco (segundo presidente de Bolivia), Andrés de Santa Cruz, etc.
La revista también dio a conocer mediante sus grabados reuniones memorables de la época y costumbres de la región, uno de los casos más exquisitos es la descripción del juego del cabrito:
“Todos rodean al venturoso jinete que se llevaba el chivo y, tirón de aquí, tirón de allá, empujando á este, arrimando un soberbio riendazo á aquel, arrancando las barbas á ese otro, rasgando la camisa al de más allá, y todo abundantemente salpimentado con profusión de epigramas, alusiones, ajos y cebollas, cada cual auna sus esfuerzos á los de su partidito para conseguir quitar el chivo y llevárselo consigo…” [sic.]  
Las imágenes propuestas por Lascano no fueron solamente de Santa Cruz, esa era una de las formas de entender el cosmopolitismo expresado en el título de la revista. Así, la revista da a conocer también espacios destacados de otras partes de Bolivia: La plaza 25 de mayo y el manicomio Pacheco en Sucre, la Plaza 16 de Julio, la alameda y el Palacio de Gobierno en La Paz de Ayacucho, etc. 

Esta publicación y sus grabados fueron el inicio del concepto de “Publicación periódica Ilustrada” en Bolivia. Esto implica ir más allá de los motivos ornamentales como bandas, letras, o viñetas estandarizadas. En general las imprentas estaban equipadas con material tipográfico consistente en esas viñetas ornamentales o pequeñas ilustraciones que acompañaban a los textos; el lenguaje visual de El Cosmopolita Ilustrado abrió una nueva página en las revistas literarias y culturales bolivianas, pues no se piensa solamente en las funciones decorativas.

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