Pachi, tata Jack
Cergio Prudencio y el autor de El legado indígena. |
Ramón Rocha Monroy (El Ojo de Vidrio)
Jack habla como un predicador, fue el apunte preciso de
Cergio Prudencio, el artífice de la traducción, la cesión de derechos y amigo
personal de Jack Weatherford, autor del libro El legado indígena (Fondo
Cultural del Banco Central de Bolivia, 2014), que fue presentado en La Paz,
Sucre, Potosí y Santa Cruz.
En efecto, Jack es sentencioso cuando dice: “Gracias,
gracias, gracias. ¿Qué le dio Bolivia al mundo? Todo, todo, todo. ¿Qué le dio
el mundo a Bolivia? Nada, nada, nada”.
En Sucre hubo un acto especial en la Casa de la Libertad -cuyo
director, Mario Linares, es una persona entrañablemente simpática- donde se habló
en castellano y quechua, idioma que el consejero de la Fundación, Orlando Pozo,
puso de relieve al presentar el libro.
Minutos antes, Verónica Arciénega, una guía de la Casa de la
Libertad, presentó el libro en un discurso impecable por su capacidad de
síntesis, su dicción, la precisión de su lectura y el remate con una frase en
quechua, que resonó en el recinto donde nació la República.
“Quizás hoy el más grande ejemplo del aporte indígena al
orden social sea el sistema federal de Estados Unidos, cuyo origen y
disposiciones, fueron inspirados en la Liga Iroquesa que reunía a cinco grandes
naciones indígenas de América del Norte, organizadas con principios de
inclusión y democracia. ¿Cuánta gente conoce de este hecho?...”.
Cuando le tocó hablar a Jack, fue presentado en el idioma
vernacular como el Tata Jack Weatherford y entonces aprendió una palabra nueva:
“Pachi, pachi, pachi… gracias, gracias, gracias”.
El libro escrito por este prestigioso antropólogo es un
alegato vigoroso sobre el aporte de los indios de este continente al desarrollo
del capitalismo que, en los libros de historia universal escrita por autores
europeos se suele atribuir al Renacimiento de la cultura grecolatina, como si
después de la oscura Edad Media Europa, por sus propias fuerzas, hubiera dado
el gran salto científico y tecnológico que marcó la modernidad.
Weatherford muestra que el capitalismo creció no sólo con el
oro y la plata ingentes que salieron del Nuevo Mundo sino también con otros
productos que revolucionaron la alimentación y la gastronomía europea.
En La Paz, el escritor Félix Layme Pairumani presentó el
libro y desarrolló unos conceptos dignos de Franz Tamayo. A su turno, Marcelo
Zabalaga, presidente del Banco Central, dijo que El legado indígena es un libro
aleccionador, porque muestra la enorme, variada e ignorada contribución del
Nuevo Mundo al desarrollo de Occidente, que hoy se prolonga en la sangría de
150 millones de inmigrantes que el mundo pobre forma para enriquecer más al
mundo rico.
Luego Zabalaga se refirió, entre otros productos que aportó
esta parte del mundo al resto, al tomate, sin el cual no se podría hacer la
lasaña ni el spaghetti italiano; la cochinilla, que sirve para dar un tinte
indeleble a los tejidos; el algodón americano, que provocó la revolución
industrial en Inglaterra y llegó a significar más del 50% de las exportaciones
del imperio al mundo; la papa, sin la cual no se haría la tortilla española ni
el fish`n potatoes, plato típico del Reino Unido; el maíz, el cacahuate, los
frijoles, la yuca, la batata, el chocolate, el achiote y el ají en sus
múltiples especies, que fueron aportes claros a la cocina y la gastronomía
occidentales.
De vuelta a Sucre, Weatherford recordó en su discurso que mientras los
indígenas de América perfeccionaban una cultura de paz y una medicina avanzada, el capitalismo en
Occidente propició la carrera armamentista, la bomba atómica y el abuso en la
explotación de los recursos naturales y de los seres humanos.
Así ocurre con los grandes filósofos políticos, que
menosprecian a indios y negros, como Hegel, para quien indios y negros son
biológicamente inferiores e incapaces de entender una estructura tan compleja
como el Estado moderno.
La presentación en la Casa de Moneda de Potosí se realizó el
pasado jueves… y a propósito, esta institución acaba de presentar otro libro
que de seguro le interesará mucho a Jack Weatherford.
Se trata de La falsificación de la moneda por Francisco
Gómez de la Rocha, basado en estudios de fuentes primarias que prueban hasta
qué punto la moneda de plata potosina era un instrumento de pago en todo el
mundo, pero a raíz de la baja subrepticia en la ley de la plata, los ricos comerciantes
ya no la quisieron aceptar como instrumento de pago y sólo recibían lingotes,
por lo que el rey Felipe II envió a Potosí a un visitador que mandó a la horca
a las autoridades de la Casa de Moneda.
Las opiniones de OJO DE VIDRIO me gustan, es más me encantan,...
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