La imagen en la poesía de Vicente Huidobro
Fragmento del prólogo a la segunda edición del libro Vicente Huidobro: hambre de espacio y sed de cielo, de Eduardo Mitre, que acaba de publicar la editorial cruceña El País.
Eduardo Mitre
Si la imagen en la poesía de Vicente Huidobro no es el único
tópico de este ensayo, es al menos el foco central del mismo.
En principio, nuestro enfoque se limitaba a la obra
comprendida entre El espejo de agua
(1916) y Poemas árticos (1918). Sin
embargo, el tema de la imagen me condujo a sus libros anteriores y
posteriores, llevándome a abarcar la
totalidad su obra.
Con todo, las referencias a Altazor (1931), el poema capital de Huidobro, son marginales por la
simple razón de que este monumental poema ha sido ya objeto de varios y lúcidos
estudios por parte de varios críticos 1.
Por razones parecidas, no me extiendo en la explicación de
la teoría creacionista; en verdad, casi nada nuevo queda por decir sobre ella,
pues en sus principios más válidos pertenece al acervo común del arte moderno.
De todos modos, en la exposición sucinta de los manifiestos del poeta destaca
los puntos centrales que conforman su estética, sin descuidar aquellos que la
distancian de movimientos como el futurismo y el surrealismo.
En estrecha relación con la imagen se desarrolla el capítulo
denominado “El poema: figuración del espacio”, ya que la disposición espacial
de los versos genera, por efectos de contigüidad, numerosas imágenes o
metáforas. Por ello, dedico un capítulo a Ecuatorial (1918), poema que resume magistralmente la
etapa de la poesía espacial de Huidobro.
En el análisis de la imagen he adoptado las distinciones
retóricas entre comparación, metáfora e imagen, se debe a razones meramente
metodológicas o expositivas; de ahí que a menudo utilice los términos imagen y
metáfora indistintamente. En suma, sin renunciar a la discusión teórica, al
cotejo o simple muestrario de las lecturas ya registradas sobre la obra de
Huidobro, este ensayo se propone dar una lectura realizada fundamentalmente
desde la imaginería del poeta.
Esta segunda edición comporta respecto de la primera, publicada
en 1981 por la editorial Monte Ávila de Caracas, varios cambios: enmiendas en
la redacción, modificaciones en su estructura y adiciones importantes.
Así, he suprimido el breve capítulo “La dialéctica del
espacio”, incorporando parte del mismo en el capítulo “Una poesía del aire”, y
he añadido otro capítulo relativo a la imagen en la obra narrativa y teatral
del poeta. Asimismo, se incorporan otros puntos de vista críticos, tomados de
ensayos sobre la obra del poeta, publicados con posterioridad a esa primera
edición, los cuales enriquecen ostensiblemente la lectura que aquí se ofrece.
Otra adición esencial: al ensayo le sigue ahora una antología
de la poesía de Huidobro, que muestra la originalidad de su genio, y con la
cual el lector puede acompasar su lectura. La breve antología se inicia con El espejo de agua, y la culmina El paso del retorno, un poema que
constituye un testimonio vibrante de la experiencia del regreso y una suerte de
autobiografía vital y estética del gran poeta.
1 Me refiero en
especial al ensayo de Guillermo Sucre: Huidobro; altura y caída. La
máscara, la transparencia (Caracas: Monte
Avila, 1975); al de Saúl Yurkiévich: “Vicente Huidobro: el alto azor”, en Fundadores de la nueva poesía
latinoamericana (Barcelona: Barral
Editores, 1971); asimismo a Altazor
de René de Costa en Huidobro: Los
oficios de un poeta. Traducción de
Guillermo Sheridan. (México: Fondo de Cultura Económica, 1984), y al iluminador
ensayo de Octavio Paz Decir sin decir: Altazor
(Vicente Huidobro), Convergencias (Barcelona: Seix Barral, 1991).
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