sábado, 7 de mayo de 2016

Cómic

Epopeya II, a sanar nuestras heridas

Un impecable trabajo de guionistas y dibujantes paraguayos y bolivianos, da pie a un estupendo cómic sobre la Guerra del Chaco. 


Mariana Ruiz

“Villamontes, Julio de 1935:
—Mire Ud. dónde lo vuelvo a ver— le dice un oficial paraguayo a uno boliviano.
—Usted me confunde capitán. Esta es la primera vez que lo veo y que conste que soy un fisonomista—contesta el boliviano, desconcertado.
—Lo vi aquí mismito, en Villamontes, el 14 de junio pasado.
— ¿El día del cese al fuego?
—Sí, hace un mes. Lo vi en la mira de mi fusil”.

(El obsequio. Guion de Javier Viveros, dibujo de Salvador Pomar)

Epopeya Binacional, la Guerra del Chaco vista por historietistas bolivianos y paraguayos, surge a la luz como el primer compendio de este género, donde los artistas del noveno arte examinan el conflicto desde ambas perspectivas. Con 22 episodios unitarios, el cómic presenta el trabajo en colaboración de una treintena de guionistas y dibujantes de ambas nacionalidades.
Este proyecto pudo ver la luz gracias a las redes sociales, contando con la pre-venta de los ejemplares mucho antes de terminar la tarea. Es, por lo tanto, un trabajo que se formó a pulso, bajo el auspicio de todos los interesados: dibujantes, guionistas, coloristas y lectores de ambas fronteras: bolivianos, bolivianas, paraguayos y paraguayas. Una historieta que hace historia, de y para nosotros.

Una simbiosis enriquecedora
Al decir del boliviano Joaquín Cuevas: “La historieta suele reunir a dos artistas trabajando en forma simbiótica, uno en el guion y el otro en el dibujo. Tratar el tema de una guerra entre dos países, con artistas de ambos lados trabajando en esta simbiosis, es un experimento interesante y enriquecedor, y es a la vez una especie de declaración respecto al deseo de nuevas generaciones de cerrar esas heridas”. Este texto conforma la contratapa del libro, y resume admirablemente su posición. 
La Guerra del Chaco, (1932-1935), conflicto que enlutó a ambos países; permanece como un hito en Bolivia. Fue en este “infierno verde” donde entendimos que, bajo distintas lenguas, regiones y situaciones se escondía una misma realidad de opresión, y donde se gestó nuestra revolución nacional.
Pocas veces este momento histórico y bélico fue retratado en colaboración con nuestros hermanos paraguayos. Como bien indica Andrés Colmán en su prólogo a Epopeya Binacional, una nota aparte merece el fructífero intercambio narrativo de Augusto Roa Bastos con su tocayo boliviano, Augusto Céspedes. Roa Bastos realiza un homenaje al cuento boliviano El pozo en el capítulo “Misión” de su novela Hijo de Hombre, capítulo que inspiró, a su vez, la película Los choferes del Chaco o La sed, del argentino Lucas Demare.
Epopeya Binacional tiene un antecedente en Paraguay, primero con 16 episodios coleccionables publicados en el diario Última Hora, en 2013, guionizados por Javier Viveros y dibujados por Enzo Pertile y Juan Moreno. La segunda parte, sin embargo, con 20 episodios adicionales, no tuvo el apoyo ni de la prensa ni de editoriales locales. Es así que Viveros se lanzó a las redes sociales, ofreciendo Epopeya- la guerra del Chaco en historietas al público en pre-venta, garantizando así cubrir los costos de imprenta y permitiendo que los autores recibieran por su trabajo un porcentaje mayor al habitual. El éxito de esta iniciativa, y el fan club que se creó en Facebook, permitieron el nacimiento de este segundo proyecto, esta vez, con la colaboración de artistas bolivianos.

Voy a contarte mi historia
La propuesta de episodios unitarios, contados desde la perspectiva de ambos países, se propuso online a ambos mercados. El equipo, que incluye a cuatro historietistas mujeres, pasó luego a proponer una puesta en escena, un ambiente y muchas historias.
El éxito en las redes sociales no se hizo esperar, los ejemplares necesarios para cubrir el costo de imprenta se lograron en unos cuantos meses y el resultado es de una factura impecable: 200 páginas a todo color, en gran formato, con historias de gran calibre. (Casi todas de alto mérito, ya sea la dupla Zalles-Siles en El amuleto e Infierno Verde; o la colaboración entre autores binacionales como El obsequio con guion del paraguayo Javier Viveros y nuestro dibujante Salvador Pomar; las historias de puro corte paraguayo tienen también mucha fuerza, como la patada voladora inicial de la dupla Kike Espinoza y Roberto Goiriz: Un carpintero en la Guerra del Chaco). 
Asimismo, cada episodio cuenta con una introducción, entre ellas, un impecable resumen de lo que significa la guerra para muchos, en palabras de Blas Brítez:
“Cosas que pudieron ser y que no han sido. La vida está llena de esas cosas. En el campo de batalla, con más razón. […] La decisión del ser humano sobre su propio destino suele ser, en la guerra, la decisión del ser humano sobre el destino del otro. Ese otro que nos devuelve la mirada del abismo y en la que, finalmente, también nosotros podemos reconocernos como posibles verdugos, como posibles víctimas”.

Donde mis pies se detuvieron
Sin embargo, la presentación de Epopeya II al público paceño ha tenido sus obstáculos. Los ejemplares, enviados con carácter de urgencia para la presentación, no pudieron franquear aduana. Aunque suene increíble, el arancel aduanero no libera del IVA de importación a las historietas, ya que no son consideradas libros.
Como explicó Joaquín Cuevas en su cuenta de Facebook: “Quienes redactaron el reglamento de la Ley del libro -que libera de este arancel a todos los libros- no incluyeron un anexo especificando la subpartida correspondiente a la historieta (subpartida 49.011010000: horóscopos, fotonovelas, tiras cómicas e historietas), una partida viejísima, de la época en la que las revistas de historietas tenían el mismo valor cultural que los horóscopos”. Un obstáculo que impidió al público acceder a los libros el día de la presentación.

Urge solucionar este vacío, de la mano con la Cámara del Libro. No es posible que, tras todo el esfuerzo puesto en su realización, estos ejemplares queden fuera de nuestro alcance, o suban a un precio mucho mayor que el subvencionado en pre-venta. 

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