Santa Cruz en verso, rima y buen ritmo
Una de las lecturas del Encuentro de Poesía. (Fotografías: Daniela Peterito Salas) |
¿Es Santa Cruz de la Sierra hoy en día la “capital poética”
de Bolivia e incluso de América, como algunos autores proponen? A partir del
Encuentro de Poesía en la Ciudad de los Anillos, que realzó la Feria del Libro,
una media docena de vates reflexionan al respecto.
Martín Zelaya Sánchez
Corría 1965 cuando un grupo de poetas, artistas y
arquitectos chilenos, argentinos y franceses decidió emprender una caravana
rumbo a Santa Cruz de la Sierra, para ellos, simbólica y espiritualmente, la
capital poética de América.
Corre el frío otoño de 2014 y durante la XV Feria
Internacional del Libro de Santa Cruz, casi una treintena de vates bolivianos y
de varios países de la región convergen en el I Encuentro de Poesía en la
Ciudad de los Anillos.
En las céntricas calles, cafés y boliches y en el enorme
campo ferial cruceño, atiborrados como pocas veces de poetas, narradores,
literatos y lectores, hay un tema de conversación que se impone: la literatura,
en general, la poesía, en específico, y el movimiento poético camba, en
concreto.
Así, no resulta tan jalada de los cabellos la aseveración -en
sentido figurativo, claro,- de más de uno de que hoy por hoy Santa Cruz es el
emporio de la poesía en Bolivia.
Homero Carvalho, poeta, narrador, y especialista en
antologías y compilaciones poéticas, considera que hay al menos cuatro hechos
palpables que reafirman esta idea: en los últimos cinco años surgieron muchos
poetas y poetisas jóvenes, de la mano de estos se consolidaron colectivos
poéticos, cada vez es más común la difusión de poesía en plataformas virtuales
y en libros artesanales autogestionados y la implementación de diplomados o
cursos de literatura en diferentes universidades.
Coinciden con él, aunque con diferentes matices, los poetas
radicados en Santa Cruz, Pablo Osorio, Gary Daher, Paola Senseve, y un par de
escritores de otras ciudades -Cecilia Romero, de Cochabamba y Alex Aillón, de
Sucre-, que participaron en el encuentro. Pero antes de entrar en detalle, es
importante rastrear un curioso antecedente de esta idea de “capitalidad
poética”. En su libro El espíritu de la
palabra (El País – Prosa, 2014), Gigia Talarico señala:
“Esta obra es consecuencia de la travesía que dio origen al
poema épico Amereida, de la que
participan el maestro Alberto Cruz, el poeta Godofredo Iommi, el poeta
francés Michel des Guy, el poeta inglés
Jonathan Boulding, el escultor Claudio Girola, el pintor Jorge Pérez Román, el
poeta panameño Edison Simons, y el escultor francés Henry Tronqouy. El objetivo
era llegar a Santa Cruz de la Sierra, a la que de acuerdo al trazado de los
ejes de América, establecidos por ellos mismos, consideran el centro del
continente. Durante la travesía, en Santiago del Estero, Argentina, declararon
a Santa Cruz de la Sierra capital poética de América, por la hipotética razón
de que en ella se produce la intersección del cruce de la Cruz del Sur
invertida”.
Dos referentes
Sean reales-tangibles, histórico-románticas,
poético-simbólicas… parecen haber muchas razones para, cuando menos, asumir que
la producción, lectura y promoción de versos está en boga en la tierra de Raúl
Otero Reich.
De todas maneras, Carvalho dice que este auge, aunque
ligeramente en menor proporción, también se vive en El Alto. “Como en los dos
últimos años vivo entre Santa Cruz y La Paz, he podido asistir activamente al
surgimiento de dos interesantes movidas poéticas, en El Alto hay varios
colectivos como Albor, Trono y Wayna Tambo, que entre otras actividades,
organizan veladas poéticas, talleres e incluso editan sus propias antologías”.
Al hablar de lo que se hace en la urbe cruceña, Carvalho
hace una diferenciación básica: “Mientras en El Alto, la actividad es más
grupal, de noveles colectivos que lanzan sus propuestas, en Santa Cruz se pueden
identificar a grandes protagonistas, impulsores”.
Es así que menciona a Claudia Vaca y a Oscar “Puky”
Gutiérrez como dos referentes, la primera como gestora de talleres, lecturas y
bibliotecas barriales, cuya enorme capacidad de convocatoria dio paso a la
generalización de este tipo de actividades literarias y poéticas en específico,
y el segundo como pilar del movimiento de la “plazuela Callejas”, donde cada
último jueves de mes se efectúan veladas cada vez más concurridas y
prestigiosas, tanto así que el pasado 29 de mayo estuvo como invitado de lujo
nada menos que Ernesto Cardenal, el vate nicaragüense, que llegó para la Feria
del Libro.
“A partir de estos movimientos -cuenta Homero- surgió el
grupo Poetas Bolivianos, a la cabeza de Daniel Pérez, Joaquín Terrazas y
Valeria Sandy, quienes fueron más allá de las lecturas y talleres y empezaron a
publicar fanzines y poemarios artesanales”.
De todas maneras, el autor de Santo vituperio, afirma que hay un pilar más que sostiene al
pujante boom de la poesía camba: el
académico: “Desde que Magela Baudoin creó un diplomado literario en la
Universidad Privada de Santa Cruz -que se centra en poesía y que cada vez tiene
más alumnos- empezaron a surgir movimientos en diferentes universidades, clubes
de lectura y editoriales artesanales”.
Finalmente, y admitiendo que si bien la cantidad no va de la
mano de la calidad, en cuanto a producción poética se trata, Homero responde: ¿cuál
es la diferencia entre la poesía que se hace en Santa Cruz y la del resto del
país?
“Los autores cruceños, o que viven en esta ciudad tienen un
registro más intimista, romántico… tienden al verso libre y el poema largo,
mientras que, por ejemplo, en El Alto, aún está muy enraizado el compromiso
social, la certeza de que se puede cambiar el destino del país”.
Mito y rito
La poeta chileno-boliviana Gigia Talarico publicó en meses
pasados cuatro artículos en la revista argentina Prosa -que luego fueron
recogidos en el libro El espíritu de la
palabra- en los que sigue el rastro del legendario grupo La Santa Hermandad
de la Orquídea, un colectivo de intelectuales que persiguió desde los años 40,
la utopía de “poetizar” América Latina.
Así, luego de una precursora expedición por la Amazonia,
sentaron una tradición de viajes y actividades artísticas integradoras que en
1965 desembocaron en la designación de Santa Cruz como capital poética de
América, y poco después en la fundación, en Chile, de la Ciudad Abierta de
Ritoque.
En una conversación con Talarico, Alberto Cruz, uno de los
sobrevivientes de aquellas gestas, señala: “La poesía para nosotros era la
palabra, teníamos que nombrar las cosas, lo que no había pasado por la palabra
poética no tenía autoridad. Godo (Godofredo Iommi) realizaba sus actividades o
peripecias poéticas y nosotros nos sentábamos a resolverlas (…) lo que él decía
nos confirmaba el oficio de arquitectos mediante la palabra…”.
Capital poética, emporio de la poesía o, simplemente, una
ciudad en la que cada vez se produce (¿y se lee?) más versos… lo cierto es que
al menos hoy en día hay muchos albañiles y más de un arquitecto que trabaja
arduamente con la palabra como materia prima.
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Poetas opinan, proponen, interpretan
Paola Senseve (poeta cruceña)
“Creo que en Santa Cruz se está gestando un movimiento
artístico amplio, en términos generales. Hablamos de un departamento grande, en
población y economía, por lo que el hecho que la producción artística crezca,
es algo lógico.
En poesía se evidencia este fenómeno y tiene especial
repercusión gracias a gestores entusiastas que han visibilizado tanto a
autores, como a lectores de poesía. Por lo cual el panorama es alentador y
positivo, porque hay mucho movimiento y este movimiento se está logrando
mantener en el tiempo.
Sin embargo me parece que aún estamos saldando deudas que
nos falta sacudir los modelos y generar propuestas consistentes, porque de otra
manera estamos simplemente expandiendo un eco.
Debido a esta efervescencia poética, tal vez me atrevo a
decir que los lectores de poesía son más protagonistas de este momento que los
mismos poetas. Tendríamos que poder poner como foco de análisis, estudio y
debate a género, ha sido romantizado hasta convertirse en
"intocable".
Cecilia Romero (poeta cochabambina)
Sobre el planteamiento de que Santa Cruz es la capital
poética de Bolivia, como poeta boliviana puedo decir que la poesía no es
geográfica como forma de abarcar su universo y entenderlo, es un oficio de vida
que surge desapegado de regiones específicas, creo que no se debería ahondar
tanto en este tópico porque se puede caer en una falsa discusión, creo que lo
importante es ver qué tipo de poesía se escribe, cuál es la pulsión y la pasión
con que se encara… conocer las nuevas voces me parece más interesante como
ejercicio exploratorio y caro permanecer leyendo a grandes poetas de la región
como Nicomedes Suarez y Gustavo Cárdenas.
Carlos Aldazábal (poeta argentino)
“Esta visita a Santa Cruz fue muy positiva para mí. No sólo
por la posibilidad de editar en Bolivia (con la editorial cochabambina Kipus)
mi libro Piedra al pecho, sino
también por el encuentro con amigos entrañables, como Gabriel Chávez y Paura
Rodríguez, poetas a los que conozco y admiro hace mucho”.
“También por el hallazgo de grandes talentos de la poesía
boliviana, como el maestro Nicomedes Suárez Araúz, o el intenso Gustavo
Cárdenas. En ellos dos sintetizo y nombro las variadas y profundas formas de la
poesía boliviana que tuve la suerte de conocer y escuchar en estos días: una
poesía vigorosa, vital, diversa, que merece, ciertamente, ser conocida dentro y
fuera del país”.
René Figueroa (poeta salvadoreño)
“Fue muy gratificante participar en un encuentro
internacional de poesía dentro del marco de una Feria Internacional del Libro.
Considero que la organización fue excelente, el trato recibido fue el mejor, y
la forma en que se balanceó la participación de los poetas internacionales con
los poetas bolivianos fue muy bien pensada, de tal manera que la presencia
internacional, a pesar de que la relación en cantidad era de 4 a 1 (nacionales
vs internacionales), no se vio minimizada”.
“El ambiente poético
fue de mucha camaradería, pude escuchar excelente voces poéticas cruceñas y de
otras partes de Bolivia, y a varios de los poetas que pude tratar más de cerca
me los llevo en el corazón, como amigos, además de colegas. Destacaría la voz
de Alex Aillón, de Gary Daher, Paura Rodriguez, Puky Gutiérrez y por supuesto,
de mi amigo, y quedé muy impresionado con la poética y la trova de Matilde
Casazola.
Lucas Viriato (poeta brasileño)
“Mi experiencia en el Encuentro no podría haber sido mejor.
El pueblo de Santa Cruz nos recibió con los brazos abiertos. Fue la oportunidad
ideal para reencontrar poetas que ya conocía y también para hacer nuevos
amigos, y conocer nuevas poéticas”.
“El ambiente poético de la ciudad y del país me parece que
ya está caminando a todo vapor, con sus propias piernas. Eso se nota por el
interés del público y también por los grandes espacios que los periódicos
dieron por varios días a la poesía… ¡cosa impensable en mi país!”.
“Creo que el camino de la poesía, de la literatura y de las
artes debe seguir siempre libre y auténtico, sin ceder al gran poder del
capital”.
--
Razones, rasgos y motivos
Pablo Osorio
1. Yo diría que es muy cierto que Santa Cruz “respira”
poesía como nunca. En los últimos dos años han aumentado las publicaciones,
lecturas, eventos, talleres, encuentros y otras actividades relacionadas con la
poesía como pocas veces he visto en el país. Escucha poesía 2.0, La Calleja,
Poetangas, Poetas Bolivianos, Rosas místicas, Poetas express… son algunos
nombres de grupos o actividades de poetas que hoy son parte de un escenario
prometedor para la poesía.
2. Creo que tenemos una variedad de discursos, por ejemplo
Gabriel Chávez propone una poesía menos hermética y más cerca de los lectores,
por el mismo camino transita Oscar Gutiérrez; por otro lado tenemos a Paola
Senseve experimentando con la poesía visual; Víctor Paz propone una poesía
política, y así existe una variedad de voces y estilos.
Si podemos encontrar un común denominador, es que en esta
región la poesía apunta a una propuesta más celebratoria de la vida, menos
oscura y encriptada. Lejos está la poesía folklórica y costumbrista que hace
poco se pensaba como única.
3. Creo que en literatura, lo geográfico es útil para fines
referenciales, no tanto como juicio de valor. Si bien es cierto que el discurso
poético se nutre de la realidad social, económica y cultural de cada
generación, no significa que esté condicionada a límites geográficos. Hay
muchos escritores en Santa Cruz que nacieron en una ciudad, crecieron en otra y
hoy viven aquí. Estoy convencido que las migraciones, todas en el mundo y en
este caso del interior del país, han enriquecido la cultura de los pueblos y la
producción de los artistas.
Alex
Aillón (poeta chuquisaqueño)
“No
hay que entrar en la discusión gris y ociosa”
-
Muchos otros poetas que viven en Santa Cruz consideran que actualmente ésta es
la “capital poética” de Bolivia porque allí hay mayor cantidad de autores,
movimientos y actividades, e incluso iniciativas académicas ligadas al tema...
Como poeta que no vive en Santa Cruz, ¿cuál es tu apreciación al respecto...?
-
Si considerarse la “capital poética” de Bolivia sirve a actores y promotores
culturales cruceños para consolidar no sólo festivales de poesía, sino más
lectura y consumo de arte en general, pues, está muy bien, me parece un recurso
válido que no hace daño a nadie y que no debería generar mayor debate.
El
resto: si hay o no hay mayor cantidad de autores, actividades etc…, o si los
hay mejores o peores en esta u otra ciudad de Bolivia, es un campo muy
relativo, gris y ocioso de discutir.
-¿Cuán
válido es hacer referencias o encasillamientos geográficos, regionales,
sociales, cuando se habla de literatura?
-
La literatura se ha pensado y leído siempre en términos espaciales. En América
Latina, se constituyó en un discurso que logró generar cohesiones identitarias
a partir de la articulación de Comunidades Imaginadas (a decir del ya tan
mentado Benedict Anderson), desde la lengua, las formas de ser (costumbres,
tradiciones (d)escritas), formas de leer(se), etc.
Y
si uno pasa revista a la historia de nuestras literaturas, esto ha ido
desarrollándose desde múltiples perspectivas (literaturas nacionales,
regionales, indígenas, etc.). Así que no es raro pensar a la literatura desde
este tipo de referencias (que no encasillamientos, que ya es un término algo
agresivo).
Gary Daher lee su texto de presentación del poemario de Matilde Casazola. |
--
Gary
Daher (poeta residente en Santa Cruz)
“La
poesía no es cuantitativa”
-
Se habla del concepto de Santa Cruz poética. ¿Hasta qué punto es posible decir
que la capital cruceña concentra actualmente, y como nunca, a buena parte del
movimiento poético nacional?
-
Me parece que hay un importante movimiento en la ciudad de Santa Cruz que busca
difundir la poesía, no solamente la que se hace en Bolivia, sino la poesía
universal. Y si consideramos el pasado de la ciudad, no cabe duda que Santa
Cruz está viviendo un importante despertar en lo que a la actividad poética se
refiere.
No
obstante, como se sabe, la poesía no es cuantitativa sino cualitativa. Y todo
proceso de esta naturaleza toma su tiempo para decantar. Tengo la impresión que
lo que sucede en Santa Cruz va por buen camino.
-
¿Qué rasgos y cualidades diferentes tiene la poética que se genera y practica
actualmente en esta urbe, tanto en lo conceptual como en lo estilístico?
-
Como es conocido, la migración ha reunido en Santa Cruz no solamente a toda
Bolivia, sino también a gente de países vecinos que, cautivados por el
crecimiento, han decidido aterrizar con todo en estas tierras.
Y
por este motivo poetas como Nicomedes Suárez, Gustavo Cárdenas, Gary Daher,
Gabriel Chávez, Homero Carvalho, Paura Rodríguez, Oscar “Puky” Gutiérrez,
Aníbal Crespo, Claudia Peña, Oscar Barbery, Gigia Talarico, Luis Andrade, y una
pléyade de jóvenes y prometedores poetas, coexisten en este lugar en encuentros
y desencuentros haciendo el caldo de cultivo de lo que vendrá.
Así,
las líneas poéticas más fuertes de esta reunión coexisten y traen propuestas
que llevan a pensar en el día antes que en la noche, en lo sagrado antes que en
lo cotidiano decadente, en la celebración de la vida antes que los oscuros
arañazos de la muerte.
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Un
momento de confluencia
Gabriel Chávez Casazola
Creo
que podríamos hablar de un momento de confluencia de voces poéticas en Santa
Cruz, ya que en esta ciudad residimos ahora numerosos poetas, tanto nacidos en
este departamento, como llegados de otras regiones del país y también de otras
naciones, y que ya nos hemos hecho cruceños; o poetas que han vivido en varias
ciudades y tienen una pertenencia difícil de fijar. Y esto sin olvidar a poetas
cruceños que viven en otras ciudades.
Pero,
además, Santa Cruz es ahora un lugar “donde las cosas suceden”, un agitado
centro de actividad en diversos ámbitos, también en el arte y la vida cultural,
y la poesía no puede ser ajena a ese acontecer. Esta es una ciudad que nunca
cesa, que siempre se agita y se transforma, y esa vitalidad incesante
posiblemente nos contagia a todos quienes vivimos envueltos entre sus anillos.
Como
suelo repetir, no creo en la existencia de una poesía condicionada por las
delimitaciones arbitrarias -fronteras, marcas divisorias- que hemos trazado los
hombres en el espacio y el tiempo, pero es innegable que el ambiente influye,
de manera más o menos decisiva, en el espíritu de los creadores.
Mientras
en La Paz la poesía sucede bajo el signo del frío, las tonalidades ocres y los
espacios cerrados, y suele ser intimista, malditista, nocturnal, frecuentadora
de los márgenes, en Santa Cruz la poesía se escribe bajo el signo abierto y
espontáneo, extenso y cálido del trópico.
Esto
no quiere decir, desde luego, que todos los poetas que vivimos en Santa Cruz escribamos
de la misma manera. Habrá, tal vez, algunos aspectos o betas poéticas comunes a
nuestras voces -cierta luminosidad, cierta emocionalidad-, pero cada quien hace
su trabajo creador en silencio y a su modo.
Eso
sí, existe una suerte de gesto común expansivo, abierto, cuando de difundir y
compartir nuestras creaciones se trata. Aquí las lecturas son en una plaza bajo
los árboles, no en el inolvidable y diminuto Avesol de los años 90, donde
muchos comenzamos nuestra andadura.
Por
una parte, pues, está la creación individual de cada poeta, y aquí podemos
encontrar las voces más diversas coexistiendo en Santa Cruz. Y por otra, la
actividad que se realiza en torno a la poesía; lecturas, encuentros, etc.
Pero
además, hay otros espacios valiosos, como la Semana del Libro, que realiza el
Centro Patiño; o el Postítulo de Escritura Creativa de la UPSA, dirigido por la
narradora Magela Baudoin, donde se han hecho presentes algunos poetas de otras
naciones entre 2013 y la fecha, y que está convirtiéndose en un semillero de
nuevos creadores en poesía y narrativa.
Este
es un aspecto muy importante, pues el ‘movimiento’ poético en Santa Cruz
todavía tiene algunas limitaciones que es preciso superar, en especial entre
las generaciones más recientes: voluntarismo; cierta falta de rigor en el
trabajo de escritura; poco conocimiento de la tradición poética boliviana y de
la poesía contemporánea escrita en nuestro idioma y en otras lenguas;
inexistencia de espacios formativos permanentes; ausencia de espacios donde se
ejerzan la crítica y la reflexión sobre la poesía.
Todo
esto debe irse remontando paso a paso, sin falsos optimismos, pero también con
la alegría de saber que vivimos en una ciudad donde todo se renueva y cada
semilla encuentra floración.
Como escribí en alguna
ocasión, aquí los tajibos florecen una y otra vez, como la poesía, siempre
arcana y siempre nueva. Ella es capaz de nombrarnos y de perdernos y de
salvarnos entre sus manos de árbol y luz.
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