“Me llevo bien con el Edmundo de mi primera etapa de escritor”
Edmundo Paz Soldán llegó para la Feria del Libro de Santa Cruz, donde presentó dos libros y participó en un conversatorio.
Martín Zelaya Sánchez
Edmundo Paz Soldán llegó el viernes a Santa Cruz y, tarde
por la noche, visitó brevemente la Feria Internacional del Libro.
Luego de varios meses de estancia en Brasil –el autor
comparte mucho de su cotidianidad a través de Twitter- y antes de retornar a su
hogar –desde hace ya más de una década- en Ithaca, después de disfrutar de un
año sabático concedido por la Universidad de Cornell, programó una breve escala
en Bolivia para presentar ante el público cruceño su más reciente novela, Iris, y la reedición de su libro de
cuentos Desapariciones.
“Espero verte en La Paz para la feria… que seguro voy”, dice
el autor de Norte, al responder estas preguntas sobre novela, cuentos, el
universo de Iris y la actualidad de la literatura nacional.
- Presentas la reedición de tu libro de cuentos Desapariciones pocos meses después del
lanzamiento de tu novela Iris. ¿Cómo manejas los cambios de escribir novela a
cuentos, cómo compatibilizan el Edmundo cuentista con el Edmundo novelista?
- Me cuesta escribir cuentos y novelas a la vez. Me viene
por etapas, y durante un largo tiempo me dediqué a la novela. Ahora he vuelto
al cuento con muchas ganas. Me gusta que los libros de cuentos tengan cierta
unidad, formal o temática, que no sean solo un rejuntado de textos dispersos.
Ahora estoy escribiendo un libro de cuentos ambientados en
Iris. Hay varios temas que no terminé de explorar en la novela y ahora están
saliendo en los cuentos.
- ¿Qué se siente revisar y corregir un libro, en este caso Desapariciones, que ya fue publicado
hace varios años? Dependiendo de hasta dónde llegan los cambios, ¿no es como
deshacer un trabajo propio?
- Los mejores libros son los que no tienen que ser
corregidos, es como regalarte algo nuevo sin esfuerzo. Es como encontrarte con
un libro algo desconocido al que solo tienes que darle el visto bueno. A Desapariciones le cambié solo un par de
comas y eliminé un par de adjetivos. En general me llevo bien con los cuentos
breves de mi primera etapa. Es otro autor, pero le tengo simpatía.
- Contaste que a partir de Iris, estás inmerso en el
microuniverso de ciencia ficción que creaste, y que ya tienes varios cuentos en
ese tono. ¿Qué comparaciones y variaciones en el proceso creativo y en otros
planos identificas entre estos nuevos trabajos y tu anterior escritura?
- Siempre he sido un escritor de tramas. Mis primeros libros
de cuentos eran prácticamente solo tramas, el paisaje estaba desaparecido y tampoco
había mucha indagación sicológica en los personajes.
En mi último libro de cuentos, Billie Ruth, traté de
profundizar en la construcción de los personajes sin perder de vista la trama;
en los cuentos que estoy escribiendo ahora quiero que haya trama, personajes,
lugar y también una mayor carga poética.
Me están saliendo muy fluidos, y creo que tiene que ver con
el hecho de que en Iris ya construí el escenario, ya descubrí ese mundo; ahora
estoy explorando los rincones, los recovecos de ese mundo ya creado. Por
supuesto, al hacerlo, soy consciente de que también estoy alterando ese mundo,
completándolo de a poco.
- En la Feria del Libro de Santa Cruz participaste en un
conversatorio sobre literatura contemporánea. Háblanos un poco de tus
reflexiones, criterios e ideas sobre la literatura que se hace hoy en día,
tanto en Bolivia como en el mundo.
- Bueno, es una pregunta muy amplia. Yo solo quisiera
insistir en que estamos delante de una gran generación de narradores
bolivianos, la de escritores menores de 40 años, y que ojalá les podamos dar
todo el apoyo que se merecen.
Tenemos siete, ocho escritores que están publicando afuera,
en editoriales importantes en Argentina, Perú, España, etc.; eso es algo nuevo
en nuestra literatura, que siempre se manejó en base a excepciones, y hay que
celebrarlo.
El Primer Festival Internacional de las Letras que se
realizará en Santa Cruz en noviembre será un lindo momento para constatar la buena
salud de nuestra literatura.
- La Feria destacó ante todo por su encuentro poético, y una
vez más muchos autores y literatos refirmaron que Bolivia es un país de poetas.
¿Cómo es tu relación con la poesía, como escritor y como lector?
- Me interesa muchísimo incorporarla en mi escritura. Para
el imaginario de Iris me fue fundamental Jaime Saenz, hay conceptos poéticos
suyos (“sacarse el cuerpo”, “caer al cielo”) que fueron puntos de partida para
ciertos conceptos centrales en Iris.
Para el nuevo libro de cuentos he escrito un par de textos
que funcionan solo a partir de una sensación poética; es prosa que necesita de
la poesía para sobrevivir. Como lector, el último poeta del que he disfrutado
muchísimo ha sido Drummond de Andrade.
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