jueves, 19 de junio de 2014

Cafetín con gramófono

Gesta Bárbara (II)


Segunda y última parte de la semblanza de una de las más importantes revistas literarias de Bolivia.



Omar Rocha Velasco

El colectivo de una revista actúa como una jauría: la naturaleza grupal los caracteriza, la jauría es un devenir constante, allí cada miembro conoce su misión, su rol, sin necesidad de previa asignación, midiendo sus capacidades y propias fuerzas.
Para fundirse en la jauría es necesario seguir un impulso irracional, eso explica los ímpetus juveniles que llevaron a muchos escritores a participar apasionadamente en revistas literarias antes de emprender el camino solitario de la escritura.
La revista Gesta Bárbara estuvo compuesta por una jauría guiada por Gamaliel Churata y Carlos Medinaceli; permitió canalizar cuestionamientos estéticos, políticos y éticos a su entorno, surgió y se desenvolvió como una oposición constante, una negación de la “ignorancia de los filisteos”.
Muchas revistas literarias en el continente se constituyeron en espacios de expresión de “sensibilidades nuevas”, no sólo en lo literario, sino también en lo político. Los bárbaros buscaron inventarse un nacimiento, intentaron fundar un nuevo espacio, por eso el primer texto que publicaron fue una especie de manifiesto de José Ingenieros en el que resalta la siguiente frase: “el Idealismo decapitará a la Mediocridad”.
Una de las aristas del barbarismo fue la transformación social y la rebeldía. Los artículos hablaron constantemente de la apatía, la ineficacia y la ignorancia de un medio que no dejaba desplegar sus ímpetus y/o talentos.
La tarea de transformación sólo es posible a través del arte, decían, además intentaron que ese ideal asumido no expresase sólo el interés de unos jóvenes trasnochados, sino que involucre a toda la sociedad: “Gesta Bárbara no representa el corolario de entusiasmos aislados, nace por la colaboración de toda la sociedad potosina. He aquí la razón porque ya es considerada como la única revista que Potosí edita. ¿Programa? ¡Arte!”.
Los bárbaros intentaron seguir ese programa con mucha versatilidad y variedad, en términos de Deleuze diríamos que utilizaron un fuerte coeficiente de “desterritorialización”, es decir, de aquello que no se sujeta a la seguridad de las determinaciones de la integridad, unidad y oficiales.
Muchas veces las lenguas están sujetas a utilizaciones normalizadas, determinadas por abstracciones trascendentes y sujetas a funciones institucionales: las lenguas del
Estado, las lenguas legales, las lenguas académicas, las lenguas del saber. Esta revista, sin embargo, rompe con estas determinaciones y otorga un panorama diferente: poemas, reflexiones, ensayos, reseñas, notas al pie, notas musicales, etc.
Otro gesto de desterritorialización fue la incorporación de cierta sensibilidad femenina expresada, por ejemplo, en delegar la dirección de la revista a María G. Gutiérrez en ausencia de Carlos Medinaceli o en la pregunta que los bárbaros hacían a sus colaboradores “¿usted qué prefiere amar sin ser amado o ser amado si amar?”, estos ejemplos muestran el grado de cuestionamiento a determinantes sociales predominantes en la época.
Las revistas literarias permiten ver “el sentido inmediato de la literatura y de la cultura” en un momento dado, por tanto, permiten explorar zonas de “cruce” de ideologías y proyectos  previos a su consolidación. En el caso de Gesta Bárbara, encontramos no sólo una preocupación por la sociedad potosina del momento, sino una preocupación más abarcadora: “la patria”.
Así, el cuarto número dedica sus páginas al “amor a la patria”. La concepción de patria que los bárbaros tenían estuvo cimentada en la siguiente metáfora: “templo de esperanzas y glorias”; los bárbaros se pensaron como sacerdotes de ese templo. Posiblemente esa concepción hizo que su barbarie no llegue realmente a la “profanación” para lograr trasgredir realmente.
A diferencia de otras revistas bolivianas mucho más endogámicas, o con preocupaciones que no pretendían ir más allá de sus fronteras, los bárbaros intentaron desde el principio tener una mirada más amplia, no es casual que hayan iniciado la serie con un texto de José Ingenieros o que tengan un número íntegro dedicado a Manuel Gonzales Prada, uno de sus “maestros”.
Así, su visión se plantea también americanista, adscribiéndose al ideal de la unión continental, como lo plantean en el número cinco: “antes que el estrecho patriotismo ‘nacional’, los americanos estamos obligados a amar a América y estrechar cada vez con más sólidos vínculos de unión, las naciones del continente (…)”.  

Gesta Bárbara fue, sin duda, una de las revistas literarias más importantes que se produjeron en Bolivia, su impacto fue determinante, su barbarismo, su paso de jauría y su rebeldía contagiaron a toda una generación, casi todos los participantes fueron importantes escritores, editores, historiadores y cuidadores de textos, cultivaron una sensibilidad que produjo las mejores ofrendas de la literatura boliviana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario