Literatura,
gastronomía e indigenismo.
Los próximos nueve libros de la
Biblioteca del Bicentenario
Dos libros sobre pueblos andinos, un compendio de cartas históricas. Un tomo “doble” sobre el auge del caucho y la ganadería beniana y las obras poéticas de Franz Tamayo y Roberto Echazú destacan en la oferta de la colección estatal para 2016.
Portadas provisionales en las que el equipo de diseño gráfico de la BBB trabaja para algunos de los próximos libros a publicarse.
Martín Zelaya Sánchez
“Hombres / que la patria fertilizó / en las cóleras, /
indiferencia / y barro de un placer / sin reflejos, / más débil con la miseria
/ ennegrecida / de fealdad, más fuerte / en el fondo / de las masas”.
Este es uno de los
versos con los que Roberto Echazú inició su transitar poético. Es parte de 1879, su primer libro, editado en los
años 60. Desde entonces el poeta tarijeño forjó una sólida e impecable obra que
aunque se traduce en más de 10 poemarios, como bien lo saben sus fervientes lectores,
se resume tan solo en unos cuantos puñados de versos y estrofas pues si algo
caracteriza la poética de Echazú, es su admirable capacidad de silencio, de
decir más con lo que se calla, entrelíneas, que con lo que suelta.
Por eso el autor de Morada del olvido es uno de los 16
escritores nacionales que merecieron la inclusión de su Poesía reunida (completa o escogida) en la Biblioteca del
Bicentenario de Bolivia (BBB), la colección literaria, historiográfica y de
ciencias sociales más ambiciosa ideada nunca desde el Estado.
Una vez presentados
en días pasados los dos primeros títulos de esta biblioteca –Antología de documentos fundamentales de la
historia de Bolivia, compilada por José Roberto Arze, y Antología de literatura infantil y juvenil
de Bolivia, a cargo de Isabel Mesa- la Coordinación General de la BBB
-dependiente del Centro de Investigaciones Sociales de la Vicepresidencia- anunció
que ya se encuentran en diferentes etapas de gestión editorial nueve títulos
más que se presentarán en los primeros meses de 2016.
Además de la Poesía reunida de Echazú, en la serie Letras
y artes se prepara la edición de la obra poética de Franz Tamayo, uno de los
escritores emblemáticos del país y de quien, valga recordar, el Comité
Editorial de la BBB aprobó de manera excepcional dos títulos, incluyendo
también su Prosa reunida, que vendrá
más adelante. Valga recordar que hasta 2025, año en que Bolivia celebra los 200
años de su independencia, se pretenden tener editados los 200 libros
seleccionados.
Los amantes de la
literatura tendrán además la opción de acercarse al relato breve a través de la
Antología del cuento boliviano y a la
novela, con Cuando vibraba la entraña de
plata, de José Enrique Viaña.
Cartas para comprender la historia de Bolivia, de Mariano Baptista Gumucio y el tomo
fusionado que contiene las obras Siringa,
de Juan Coímbra y Arreando desde Moxos,
de Rodolfo Pinto Parada, son la oferta de la serie Historias y geografías para
este paquete inicial de la Biblioteca del Bicentenario.
Y para la serie
Sociedades, se proyectó tres libros: El
katarismo, de Javier Hurtado; Estado
boliviano y ayllu andino: tierra y tributo en el norte de Potosí, de
Tristan Platt, que serán gestionados y editados por Plural Editores; y la Antología de gastronomía boliviana, que
está a cargo de la historiadora chuquisaqueña Beatriz Rossells.
Recapitulaciones
El 4 de abril de
1825, a escasos cuatro meses de que la libertad reine finalmente sobre este
territorio, el Mariscal Antonio José de Sucre envió desde Potosí una emotiva
misiva al Libertad Simón Bolívar:
“Mi General:
Hace una hora que recibí la carta de usted de 21 de
febrero. Ella me ha dado un gran disgusto, pero no con usted, sino conmigo
mismo que soy tan simple que doy lugar a tales sentimientos. Este disgusto es de
lo que usted me habla en cuanto a las provincias del Alto Perú, respecto de las
cuales he cometido un error tan involuntario; pero mi objeto fue cumplir las
intenciones de usted. Mil veces he pedido a usted instrucciones respecto del
Alto Perú y se me han negado dejándome abandonado; en este estado yo tuve
presente que en una conversación en Yacan (pueblo cerca de Yanahuanca) me dijo
usted que su intención para salir de las dificultades del Alto Perú era
convocar una Asamblea de estas provincias…”.
Así, sugestivas y
reveladoras son la mayoría de las piezas de Cartas
para comprender la historia de Bolivia, uno más de los tantos compendios y
recuperaciones de Baptista Gumucio. Fue publicado hace no más de cinco años, pero
se agotó tan pronto que la Coordinación General de la BBB, a la cabeza de Marco
Montellano, no dudó en incluirlo entre los primeros textos a reeditarse.
Además de abarcar todo
el espectro histórico temporal -desde los relatos de adelantados o criollos que
recogían historias sobre el periodo prehispánico, hasta las más destacadas
obras literarias de los últimos años- la colección de la BBB también contempla
la inclusión y equilibrio regional, por eso en el primer lote de publicaciones
estará un texto “fusionado” -dos obras de dos autores en un solo libro- que traza
un completo panorama histórico, etnográfico y sociológico de Beni.
Va un extracto de Siringa, y a continuación otro de Arreando desde Moxos:
“No recibimos en esta población el deslumbramiento que
nos habíamos imaginado. Nada tenía de extraordinario que no fuera el movimiento
febril de mercachifles. Diariamente y de toda procedencia llegaban las
embarcaciones cargadas hasta el tope de goma, víveres del interior y
mercaderías del exterior del país.
Como el andén de las pequeñas estaciones ferroviarias,
el puerto congregaba siempre un enorme gentío, a la llegada o a la salida de
las tripulaciones. No tenían reposo los empleados de la aduana. Grandes
depósitos de carga con distintos destinos esperaban ser inscritos en las
planillas arancelarias. En el entrevero de tanta gente, se advertía a
desconocidos con cara de expresión expectante. Sin embargo, muchos de los
foráneos –como ocurrió con nosotros- encontraban allí amigos, viejos
compañeros, que se habían anticipado en Villa Bella con los mismos fantásticos
sueños”. (Juan B. Coímbra)
“La torrencial lluvia no permite continuar viaje muy
temprano, recién después del almuerzo sale Alfredo de Los Puentes apurando a su
cabalgadura a fin de recuperar la mañana perdida. Tiene el plan de ir a dormir
a Dolores, estancia muy grande y bien instalada a orillas del río Sénero sobre
una loma artificial de las muchas que hay en esa región. Aunque esta estancia
queda a un lado de la ruta normal a San Ignacio, le interesa llegar hasta allí
a visitar a su tía y de paso ver si se puede notificar a algunos peones para
que se enrolen en el ejército que viajará hasta el Chaco a defender a la patria
en Guerra…”. (Rodolfo Pinto Parada)
Sociedades
En esta serie se optó
por dos textos que, aunque se centran en similar temática, la desarrollan e
indagan desde diferentes enfoques y situaciones.
Sobre El katarismo, de Javier Hurtado, y en
cuyo estudio introductorio trabaja ya el reconocido indigenista Esteban Ticona,
el politólogo Christian Jiménez Kanahuaty escribió hace algunos años en un
artículo:
“El katarismo es una obra explicativa, expositiva y abarcadora. Una
mirada radicalmente nutritiva para todos aquellos que nos sentimos en la
necesidad, mucho tiempo antes del 2005, de buscar la raíz de la formación social
abigarrada de nuestro país en el ‘tema’ indígena”.
Y sobre el ahora
inhallable libro de Platt –pues su única edición es peruana y data de 1982-
Carlos Crespo sostiene en una publicación de los años 90: “Según Tristan Platt,
los ayllus y comunidades establecieron un pacto de reciprocidad con el Estado
colonial, aunque cuyos orígenes se hallan ya en su relación con el Estado inca,
que establecía ‘la obligación de los indios de pagar el antiguo tributo (o
tasa) y la obligación correspondiente del estado criollo a reconocer los
derechos de los ayllus a disponer colectivamente de sus terrenos
tradicionales’. Tal pacto se ha reproducido a lo largo del Estado republicano,
y su ruptura ha sido motivo de múltiples formas de resistencia indígena,
incluyendo la revuelta”.
El Estudio
introductorio de la edición de la BBB de Estado
boliviano y ayllu andino: tierra y tributo en el norte de Potosí, estará a
cargo de la prestigiosa socióloga Silvia Rivera.
El tercer libro de la
serie Sociedades, la Antología de gastronomía
boliviana, como sostiene la compiladora Beatriz Rossells, es un intento por
“lograr que el lector comprenda la importancia y la riqueza de la cocina
boliviana, componente esencial del patrimonio cultural del país, y al mismo
tiempo difundir la historia de la compleja conformación de la comida en sus
variedades regionales y en la multiplicidad de productos de extraordinario
valor”.
Esta obra, como manda
el reglamento interno de la BBB para toda antología, fue conformada con la
participación de un Comité Asesor que ayudó a Rossells a diseñar el índice
general, y que estuvo compuesto por Rita del Solar, Gonzalo Portugal y Ramón
Rocha Monroy.
Va un extracto del
libro Lo que se come en Bolivia, de
Luis Téllez Herrero, incluido en la Antología
de gastronomía boliviana:
“El qalapari –sigue explicando–, se lo hace en los
días nublados o muy fríos, y como usted ve, es una lawa de maíz, hecha en la
forma usual, pero que tiene particularidades exclusivas. Mire esto –me dice
sacando con un cucharón, una piedra redonda, de la olla–. Al qalapari ya cocido
se le pone algunas piedras redondas, de las que se hallan en el cauce de los
ríos y que han sido calentadas previamente al rojo blanco. De esta manera la
lawa adquiere un especialísimo gusto, sobre todo la chalona que se pega a las
piedras. Esta chalona se la raspa con la cuchara y tiene un sabor tostado tan
rico, que sabe a delicia. Es por estas razones pétreas que el qalapari se lo
sirve en la olla. Comparando una lawa de
maíz cualquiera con ésta, en que se han echado las piedras, se distingue el
sabor enteramente distinto, por supuesto, mejor, que tiene el qalapari. En
otras casas se lo suele servir en otra forma: recién en la lawa servida en cada
plato, se pone la piedra calentada y sobre ella se parte un huevo, que queda en
seguida deliciosamente tostado”.
Un poco de ficción
Y claro, entra tanta
y tan importante revisión histórica, etnográfica, antropológica, cae muy bien
la ficción literaria, que en este caso tiene dos libros de poesía y dos de
narrativa.
Arrancamos esta nota con
versos de Roberto Echazú, uno de los mejores bardos bolivianos de la segunda
mitad del siglo XX, cuya Poesía reunida
está en proceso de gestión editorial a cargo de la editorial cochabambina,
Nuevo Milenio, que junto a la Coordinación de la BBB designó a Vilma Tapia para
que se encargue del estudio introductorio.
También en el primer
semestre de 2016 se podrá leer la clásica lírica de Franz Tamayo, una de las
cimas del modernismo. Copiamos el fragmento de una pieza de Scherzos que, seguramente, quedará en la
selección de la obra poética que está a cargo de Carlos Condarco Santillán,
también autor del estudio introductorio:
L’allegro
“Como hecha del alba rosa / y un canto de ave, / toda
alegría es suave / y primorosa. / Gorjeo y vuelo, / toda en ella es pájaro /
que bebe cielo. // Cual da el metal su nota / y el vino un dejo, / a su tacto
un reflejo / de todo brota. / Visten las cosas / de luz, o se disfrazan / de
mariposas…”.
La narrativa llega
con una novela: Cuando vibraba la entraña
de plata, de José Enrique Viaña, una obra que retrata al Potosí del siglo
XVII, y cuyo estudio introductorio y edición correrán por cuenta de Alba María
Paz Soldán. Este libro empieza así:
“Nicolás, con el rostro arrebatado y apretados los
puños, levantóse de su asiento mirando la puerta por donde acababa de salir su
madre; sacudió, altanero, la cabeza para echarse hacia atrás la cabellera y,
con voz alterada, interrogó al anciano que, sentado en un sillón de brazos,
calentaba las manos sobre un brasero de bronce, en medio de la habitación.
Decí, tío: ¿no he derecho de nombrar a mi padre?
—Sí, le has, hijo; sí, le has..., —y la voz del
anciano denotaba una profunda emoción—, mas, también le ha tu madre para
ocultar su duelo, pero...
—¿Qué os detiene? ¿Por qué dudáis?
—Ven acá hijo mío... Ven acá, que muy graves cosas he
de revelarte agora... Bien hubiese querido que las ignorases aún, aunque...”.
Finalmente, para el
primer semestre de 2016 la BBB propone otra compilación, la Antología del cuento boliviano, para la
que el Consejo Editorial eligió a Manuel Vargas como antologador y encargado
del estudio introductorio y a Edmundo Paz Soldán, Giovanna Rivero y Adolfo
Cárdenas como miembros del Comité Asesor que coadyuvarán en la definición del
índice.
Nueve libros por
venir. Nueve facetas, variadas, valiosas de diferentes áreas del conocimiento y
las letras bolivianas.
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