domingo, 28 de mayo de 2017

Entrevista

Almudena Grandes: Mi primer libro me
regaló la vida que siempre quise vivir



La narradora española, una de las principales invitadas a la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz que se inaugurará el miércoles, habla en esta entrevista sobre la importancia de Las edades de Lulú, su primer libro, a lo largo de su carrera.


Martín Zelaya Sánchez

Casi cada semana entre las recomendaciones de la “línea de tiempo” del Twitter, se cuela la columna de Almudena Grandes, férrea comentarista de la coyuntura política y social española, europea e internacional, ante todo, pero también, de cuando en cuando, solvente crítica y reseñista de literatura y otras artes.
Y es que la reconocida autora española -una de las grandes invitadas a la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz que se efectuará entre el 31 de mayo y el 11 de junio- conocida ante todo como novelista, tiene además otras interesantes facetas: su compromiso con la sociedad desde el periodismo de opinión, su apego al cine como lenguaje complementario a la narrativa y, claro, la activa participación en el ámbito literario artístico español, desde el reconocido grupo de “poetas líricos”, en el que junto a su esposo Luis García Montero -también invitado a la FIL- y los escritores Benjamín Pardo y Felipe Benítez, además del fallecido Ángel González, convergen desde hace ya un par de décadas en largas sesiones de tertulia y camaradería, tal como lo cuenta en cada ocasión que puede el último integrante, el cantautor Joaquín Sabina.
Grandes accedió amablemente a contestarnos un cuestionario a pocos días de su arribo a Santa Cruz.

- Las edades de Lulú, su opera prima, es uno de sus libros más vendidos y reeditados. Es, sin duda, el primero o uno de los primeros que se asocian a su nombre aún hoy, a casi 30 años. ¿Cómo la marca positiva y negativamente un libro tan exitoso, y más siendo el primero, en su trayectoria como escritora?, ¿cómo se supera ese episodio para pasar página? ¿Llegó a ser víctima de un encasillamiento, o temer que “nadie” más leyera el resto de su obra y siguieran señalándola por aquélla?
- Las edades de Lulú fue durante muchos años, en efecto, mi libro más reeditado. Ahora sigue siendo el que acumula más traducciones, pero El corazón helado se reedita y se vende más. En cualquier caso fue un libro determinante para mí, en muchos sentidos. En primer lugar, porque su éxito me permitió dedicarme a escribir, me regaló la vida que yo había querido vivir siempre. Por otro lado, estuvo a punto de acabar conmigo, es cierto, aunque al final la literatura me salvó la vida, me la ha salvado varias veces.
Yo tenía muy claro que quería ser escritora, y me dediqué a escribir. No fue fácil y recuerdo el proceso de mi segunda novela como una tortura, porque sentía que todos me miraban, que estaban al acecho de mi fracaso. Pero ese libro cumplió su papel y seguí escribiendo, y así he llegado hasta hoy.

- Esta y otras novelas suyas fueron adaptadas al cine y no pocas veces con participación suya en las adaptaciones. Primero, ¿qué se experimenta al ver el universo narrativo que uno creó para ser leído, trasladado a otro lenguaje, en este caso, cinematográfico?, y segundo ¿qué tipo de experiencia es “reescribir” sus obras según las necesidades de esa otra manera de narrar?
- A mí me parece injusto hablar de cine y literatura. Prefiero hablar de libros y películas, porque los resultados de mis adaptaciones son muy dispares. Algunas películas me gustan, otras no, una me parece espantosa. Pero solo colaboré directamente en la primera, escribiendo un guion que no llegó a rodarse porque Bigas Luna y yo, aunque nos hicimos muy amigos, no nos pusimos de acuerdo. Él me mantuvo en los créditos y a mí me pareció bien. Luego he colaborado en dos adaptaciones -Aunque tú no lo sepas y Atlas de geografía humana- por amistad con sus directores, pero ellos fueron los guionistas.
En realidad solo he escrito un guión, una adaptación de Inés y la alegría que no llegó a producirse. Partiendo de esa experiencia, lo que sí puedo decir es que pasar de la novela al guion es como pasar de un Rolls Royce a un diminuto coche japonés. La novela permite crear mundos completos, sin limitaciones de ninguna clase. Un guion ni siquiera es una obra acabada, sino una herramienta con la que luego el director hace lo que quiere, y está sujeto siempre a la férrea limitación del presupuesto. A partir de ahí, todo es distinto y, para mí, peor.

- Es una experimentada columnista de prensa. ¿Cuán necesario es para un escritor de ficción tener un pie sumergido en la realidad, lo mundano, lo que como persona no se puede evitar? ¿No hay momentos, por ejemplo, en que le den ganas de apagar la TV, internet, dejar de leer los diarios y sumergirse en lecturas, y en escribir su proyecto de turno?
- Por fortuna para mí, escribo dos columnas a la semana. Cuando no estoy trabajando en una novela, parece poco, y hasta me gusta hacerlas, porque me dan la ocasión de sentarme a escribir. Cuando estoy inmersa en una novela, son una maldición, aunque no puedo renunciar a ellas porque soy consciente del privilegio que implican, no solo por la oportunidad de expresar mi opinión en público, sino por permitirme mantener el contacto con mis lectores.
Por desgracia para España y suerte para sus columnistas, desde hace unos años es muy fácil escribir columnas, primero por la crisis, ahora por los escándalos incesantes de corrupción y la descomposición de los partidos clásicos. En cualquier caso, como soy más lista por las mañanas, escribo las columnas por la tarde, y reservo para los libros las horas de mayor lucidez.

- Cuéntenos sobre el grupo que conformó hace ya varios años con Luis García Montero, Ángel González, Joaquín Sabina, Benjamín Prado… Se conoce que es una amistad labrada en el amor por los libros, ante todo, pero ¿hay algo más allá, por ejemplo el desarrollo de alguna estética o propuesta particular, o al menos una intención de ello? ¿O tal vez el interés, debate y planteamiento público de algunas ideas?
- Bueno, que yo sepa, ese grupo sigue siendo el de mis amigos, con la única excepción de Ángel, al que todos seguimos echando de menos. No nos une solo el amor por los libros, sino también la pura amistad, el cariño y la alegría que nos depara estar juntos. En invierno nos reunimos con frecuencia, en verano, casi todos los días, porque veraneamos en el mismo pueblo de la bahía de Cádiz. Por eso, hay quien nos llama “el grupo de Rota”.
Naturalmente, también tenemos afinidades literarias, no podríamos ser tan amigos si no compartiéramos convicciones estéticas sobre nuestro oficio común. Tampoco si nuestras ideas políticas no fueran afines. Yo, al menos, no puedo querer a alguien si no lo admiro, y la admiración mutua es la clave, tal vez, de nuestro vínculo. Pero Joaquín siempre habla de nosotros, incluyéndose a sí mismo, como “los poetas líricos”. La poesía es el género aglutinador de un grupo donde casi todos son poetas. Yo, narradora en exclusiva, soy una especie de outsider, y voy más por libre. Creo que cualquiera de ellos podría responder a esta pregunta mejor que yo.

- ¿Con qué expectativas aguarda su visita a Bolivia, y qué acercamientos tiene a la literatura boliviana?
- Es la primera vez que viajo a Bolivia pero tengo amigos que se me han adelantado y, por lo que me cuentan, espero conocer un país muy bello y muy interesante, que no se parece a ningún otro. Me hace mucha ilusión estar allí, porque es uno de los pocos países de Latinoamérica que me faltan por conocer.
Respecto a la literatura boliviana, conozco sobre todo la obra de Edmundo Paz Soldán, un narrador admirable. Espero tener la ocasión de descubrir a otros escritores en este viaje.
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Un libro que desnudó la ansiedad de una generación

Giovanna Rivero

Estaban a punto de comenzar los dorados año 90 cuando la escritora española Almudena Grandes publicó la novela que la catapultaría definitivamente a la fama y al reconocimiento. Todavía recuerdo que una compañera de mi primer año en la universidad me prestó el libro forrado en papel cuché rojo, entre el pudor y el morbo, como quien trafica algún psicotrópico. Era 1989 y Las edades de Lulú desnudaba literal y literariamente las fantasías sexuales de una adolescente a modo, también, de desnudar la natural ansiedad de una generación que asumía un nuevo momento histórico en España, esta vez bajo la impronta de la democracia y en plena participación de la modernidad europea.
Era, es, efectivamente, una novela de desahogo y crecimiento a través del cuerpo. Toda una provocación que generó distintas posturas críticas. Algunos dijeron que se trataba de un texto pornográfico en el que volvía a objetualizarse a la mujer. Sin embargo, la desinhibición y el hambre de mundo de la joven protagonista removieron el piso sobre el que las dictaduras -la de Franco y la de las ideologías controladoras- habían instalado la cárcel de los “valores femeninos”. Podría decirse que la Lolita de Nabokov se atrevía ahora, en la pluma de Almudena, a pasar de la fantasía a la acción, del sujeto observado al sujeto que desea y transgrede. Lulú descubre las verdades retorcidas del mudo a través de la experiencia, ese método infalible que nos lleva, entre el gozo y el dolor, al conocimiento y a la madurez.
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Tres encuentros de narradores y poetas en la FIL

La XVIII Feria Internacional del Libro de Santa Cruz de la Sierra, se inaugurará este miércoles 31 y hasta el sábado 11 de junio ofrecerá en los ambientes de la Fexpocruz una amplia agenda cultural con presentaciones de libros, conversatorios y encuentros.
Tres actividades sobresalen en la oferta.
El primer fin de semana, sábado 3 y domingo 4, se efectuará el primer Encuentro Internacional de Narrativa “Escritores al descubierto: Secretos y delitos literarios” que, reunirá a 16 autores de varios países con un objetivo central, según señalaron las organizadoras, Magela Baudoin, Giovanna Rivero y Liliana Colanzi: “descubrir el laboratorio creativo de los escritores: sus obsesiones, manías, delitos, formas de resolución de problemas y circunstancias al momento de la escritura”.
La primera mesa “Nuevos flaneurs: contar la ciudad en estos tiempos”, será el sábado a las 18:00, tendrá como moderadora a Baudoin y como panelistas a Fernanda Trías (Uruguay), Adhemar Manjón y Sebastián Antezana (Bolivia). A las 20:00 inicia la segunda mesa que tendrá por tema “La creación de nuevos mundos”. Esta mesa estará moderada por Wilmer Urrelo (Bolivia) y contará con la presencia de Edmundo Paz Soldán (Bolivia), Gisbert Haefs (Alemania) y Carlos Arámbulo (Perú).
El domingo a las 18:00, el tema será “El universo bajo el microscopio”, con la moderación de Colanzi y de panelistas Alejandra Costamagna (Chile), Isabel Suárez (Bolivia) y Saúl Montaño (Bolivia). La segunda mesa abre a horas 19.30 a cargo de Giovanna Rivero (Bolivia) y participarán en ella Andrea Jeftanovic (Chile), Natalia Chávez (Bolivia) y Alejandro Suárez (Bolivia).
El mismo domingo 4, arrancará el Encuentro Internacional de Poesía en la Ciudad de los Anillos que se realizará por cuarto año consecutivo, esta vez con la participación de 50 poetas, entre invitados internacionales y nacionales. Hasta el viernes 9, las sesiones de lectura y debate poético se efectuarán en el Salón “Emma Villazón”. 
Los invitados internacionales serán los españoles Luis García Montero y José María Muñoz Quirós, Mario Bojórquez (México), Amanda Pedrozo (Paraguay), Edel Morales (Cuba), los argentinos Enrique Solinas y Ernesto Rojas, Dennis Ávila (Honduras), María Palitachi (República Dominicana) y Paola Valverde Alier (Costa Rica), junto a la poeta y cantautora colombiana Martha Elena Hoyos.
Los tres vates bolivianos serán Mónica Velásquez Guzmán, Vilma Tapia Anaya y Omar Alarcón.  Junto a ellos, leerán su poesía 33 poetas anfitriones, nacidos o residentes en Santa Cruz de la Sierra.
La FIL también acogerá el primer Encuentro de microficción en Bolivia, en el que participarán reconocidos escritores bolivianos que cultivan este género como Teresa Constanza Rodríguez, Gonzalo Llanos, Sisinia Anze y Felipe Parejas, cuyos microcuentos han sido incluidos en antologías internacionales y traducidos a otros idiomas. El evento organizado el escritor Homero Carvalho, se realizará el viernes 2 en el salón Sebastián Molina. “Este género se está desarrollando en Bolivia -afirma Carvalho- y, si bien varios de los narradores nacionales incluyen uno que otro microcuento en sus libros pocos son los que han publicado libros exclusivamente con microficciones”. Carvalho también aclaró que, ahora, con las redes sociales es, cada vez mayor el número de narradores que se anima a publicar o postear un microcuento en Facebook o Twitter.


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