lunes, 5 de septiembre de 2016

Reportaje

Los 14 títulos imperdibles
de la Feria del Libro

Un repaso -reseñas, fragmentos y valoraciones mediante- a las más destacadas novedades nacionales que se presentarán y/o pondrán a la venta en la XXI FIL La Paz que arranca el miércoles.


Martín Zelaya Sánchez

La narrativa boliviana contemporánea y los principales premios nacionales de literatura se llevarán el foco de atención entre los libros más importantes y -esperemos- más buscados y comprados de la XXI Feria Internacional del Libro de La Paz, que arrancará este miércoles en Bajo Següencoma. Claro, estamos hablando, y lo haremos a lo largo de esta nota exclusivamente de la oferta de autores y editoriales nacionales.
La presentación de las obras ganadoras de las recientes versiones del Premio Nacional de Novela, La guerra del papel, de Osvaldo Calatayud, y del Concurso Nacional de Literatura Franz Tamayo, Pollo asado con naranjas, de Mikio Obuchi, garantizan el acceso a una novela y una colección de cuentos de calidad -al menos si confiamos, como debería ser, en el criterio de los jurados calificadores- y, por otro lado, para los ya numerosos seguidores de Rodrigo Hasbún y Liliana Colanzi, dos de los narradores más reconocidos fuera de nuestras fronteras, es una grata noticia que podrán no solo acceder a sus nuevas propuestas, sino tenerlos presentes en más de una mesa de debate y coloquio. En poesía, dos obras completas de dos de los referentes actuales: Matilde Casazola y Julio Barriga.
Antes de pasar a detallar 14 libros que consideramos “imperdibles” para los amantes de la lectura, quiero destacar algunas novedades más que por cuestión de espacio quedaron al margen de esta lista: Por la libertad y la cultura (Plural-Zofro), un ensayo biográfico de Mariano Baptista Gumucio, y Flujo continuo (3600), el libro memoria de las III Jornadas de Literatura Boliviana que se efectuarán durante el primer fin de semana de la feria.
Además, algunos libros que salieron hace algunos meses pero que no deberían desestimarse a la hora de aviarse de lecturas para el resto del año: Las visiones (Nuevo Milenio) de Edmundo Paz Soldán, Para comerte mejor (El Cuervo), de Giovanna Rivero, Desvelos (Perra Gráfica) de Saúl Montaño y Génesis 4:12 (Perra Gráfica) de Adhemar Manjón (Y, claro, todas las reciente novedades de la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia, reediciones aumentadas, corregidas y con valiosos estudios introductorios).

Cosechar tempestades. Poesía reunida (El Cuervo)
Julio Barriga
Fernando Barrientos, editor de El Cuervo y viejo amigo y seguidor de Barriga, comenta que “Salvo uno que otro poema, está casi toda la producción poética… de todas maneras, decidimos no llamarla poesía completa, sino poesía reunida”.
En esta edición -el segundo poemario de la larga trayectoria de El Cuervo, que debutó curiosamente con otro poemario… de Barriga, ¡claro!- se incluye un estudio introductorio de Benjamín Santiesteban.

Telón Lento. Una carta de Arturo Borda a Carlos Medinaceli (La Mariposa Mundial)
Arturo Borda

Escribe Omar Rocha: “la carta parte de una escena cultural (puesta en acto que sintetiza un momento determinado de la historia o incluso una época): el encuentro de Carlos Medinaceli y Arturo Borda, nada más y nada menos que a bordo de un tren a punto de partir. Es la reunión de dos tremendos escritores con proyectos destinados al ‘fracaso’, como dice Rodolfo Ortiz en el estudio introductorio, cuya potencia, sin embargo, está en la destinación futura de esa carta, mucho tiempo después de que ese tren partiera”.

La guerra de papel (3600)
Osvaldo Calatayud
Novela ganadora de la última versión del Premio Nacional de Novela. Un libro de escritura densa y presentación novedosa que sin duda se presenta como un reto estimulante para el lector.
Según el jurado, “se trata de una obra arriesgada en lo estilístico: un lenguaje denso y profundo que resulta en un código propio, original y bien logrado que va a contracorriente del minimalismo hiperrealista que domina la actual literatura hispanoamericana”, por un lado, y que también es “muy singular en lo temático, al proponer un entorno futurista en el que la deshumanización de una sociedad ultratecnificada sirve de escenario para contar una historia sobre la soledad y la extinción de lo afectivo, a partir de situaciones poco antes exploradas en nuestra literatura como la relación epistolar, la enfermedad o el deporte”.
Va un breve fragmento de la novela:
“A decir verdad, ni siquiera yo sé si estoy completamente solo -pese a las cercanías-, pero indudablemente mientras más gente haya en el mundo y mayor el hacinamiento, más aislado nuestro destino, interceptado por las máquinas y sin pero que valga.
Para mí, la gente que no ha experimentado la soledad aunque en contadas jornadas de clausura o en largas estancias en el policlínico, poco puede afirmar su identidad en otra medida que no sea aquella que el mundo imprime en sus dactilares. Hay un sinnúmero de personalidades que combatir para alcanzar la soledad, que es como un estado equipolente a nuestro ser, básico para catar la existencia…”.

Obra poética (volumen II, serie temática específica)(3600)
Matilde Casazola Mendoza
El tomo recoge seis libros (de 17 publicados), aglutinando poemas de acuerdo a temas específicos: el amor, el desamor, la religión, la naturaleza, etc. Si bien estos están separados en los distintos libros, también se los puede leer de manera transversal, presentes de distintas maneras en cada libro.

Nuestro mundo muerto (El Cuervo)
Liliana Colanzi

Por fin aparece el esperado tercer libro de la escritora cruceña, después de Vacaciones permanentes y La ola, que la catapultaron como una de las grandes narradoras jóvenes de América Latina. Esta edición, que recoge cuentos de La ola, publicado en Chile por Montacerdos, tiene también un par de relatos inéditos. “Liliana Colanzi me parece una enorme escritora, me atrevería a decir la mejor que he leído en los últimos años”, sostiene la argentina Selva Almada.
Va un pequeñísimo fragmento de uno de los cuentos, para antojarse:
“Un año después de mi relocalización, Tommy escribió para contarme que estaba saliendo con alguien y que iba a tener un hijo. Era un mensaje breve que aún destilaba los restos del antiguo rencor: ‘Te pido que ya no me escribás más. Hacé tu vida, yo ya hice la mía. Fuiste vos la que se fue. Tommy’”.

Los días más felices (El Cuervo)
Rodrigo Hasbún

Sobre este libro de cuentos, publicado hace un par de años en España, Javier Goñi escribió en el suplemento Babelia: “Hay espléndidos relatos a dos voces -él, ella-, o a tres, incluso, con el yo del narrador inmiscuyéndose, o contribuyendo. Hay historias de padres desorientados, y de hijos no menos desorientados, perplejos, unos, otros; vidas zarandeadas por las palabras y los silencios: palabras que sobresaltan al estallar, porque lo hacen de forma inesperada, casi a traición. Y cuando las palabras no estallan, abruma, estremece el silencio que lo envuelve todo como una neblina imprevista”.

Bambolla Bambolla [Cartas fotografías escritos] (La Mariposa Mundial)
Hilda Mundy
En el texto introductorio de este libro por él rescatado y editado, apunta Rodolfo Ortiz: “Hilda Mundy no se retrae a la transmutación colectiva, al contrario, imagina la eclosión de ‘mil fuerzas desencadenadas en la turbulencia post-operatoria de la guerra. Una ‘campanada final’ que trae una ola de tullidos, dementes, locos, paralíticos, que habrán de propagar una sensibilidad no netamente ‘bolivianista’, pero sí absolutamente nuestra. Y es con esa turbulencia post-operatoria que Hilda Mundy logra un reparto en sensible que encarna a su vez un arte crítico radical, cuya política, se advierte a leguas, radica en el rechazo abierto al posible maridaje entre literatura y proyecto utópico nacional”.


Pollo asado con naranjas (3600)
Mikio Obuchi
Cuento ganador de la última versión del Concurso Municipal de Cuento Franz Tamayo. El libro recoge la obra ganadora, el segundo lugar y menciones de honor.
Según Willy Camacho, el cuento ganador “es una inteligente crítica a la labor de ciertos escritores quienes, quizá por ganar el aplauso de la crítica, se esfuerzan por incluir en sus obras recursos narrativos “complejos” (cajas chinas, puesta en abismo, polifonía, etc.) y referencias literarias con las que hacen gala de su erudición, como si eso fuese una receta para escribir textos trascendentes aunque, en realidad, tanto alarde solo sirva para rellenar argumentos que no tienen sentido”.

Ricardo Pérez Alcalá, el gran ausente (Nuevo Milenio)
Marcelo Paz Soldán
Este es un libro dedicado a la vida y obra de Ricardo Pérez Alcalá (Potosí, 1939 – La Paz, 2013). Contiene textos inéditos de Pablo Pérez Ayala, Javier Fernández y Marcelo Paz Soldán.
Según Paz Soldán, “el libro contiene reproducciones de muchas de sus pinturas, realizadas en diversas técnicas como acuarelas, óleos, acrílicos, pasteles, tintas y carbón, y en diferentes soportes como papel, lienzo y madera. El lector también encontrará muestras de su arquitectura  y de sus esculturas y caricaturas”.
El título de este libro, El gran ausente, hace referencia al cuadro del mismo nombre que el maestro Pérez Alcalá pintara en México en 1990.

El conjuro juliano y la falsificación de Leonardo (Nuevo Milenio)
Raúl Rivero Adriázola
La segunda edición de esta primera novela del autor cochabambino, incorpora al texto 140 ilustraciones a tinta del talentoso pintor Joel Gallardo. “Escrita en la línea de los libros de aventuras que hicieron famoso a Alejandro Dumas y fueron resucitados en clave de oscuros complots por Dan Brown, pero dándole forma de divertimento histórico, la novela recorre diecisiete siglos de historia europea a través del hilo conductor de un conjuro que permite, a quien lo posea y descifre, el dominio de Europa”, se lee en una reseña facilitada por la editorial.
Sobre la obra dijo Juan de Recacoechea: “No sería una tarea fácil leer una narración en la que se descubren tantos hechos y, una variedad de personajes que por su prestigio y su rol histórico iluminaron una Europa que se moldeaba para convertirse en el faro del mundo; pero el talento de Raúl Rivero hace que esta narración histórica y novelesca se deslice sin pausas”.

Sueño de verano (3600)
Guillermo Ruiz Plaza
Sobre esta colección de 16 cuentos “que se adscriben a esa búsqueda, en la que los personajes son presas de la locura, del miedo de encontrarse a sí mismos”, Fernando Iturralde escribió: “el interés crítico de la obra de Ruiz, además de la excelencia narrativa y la indagación en los recovecos de la psique humana, se encontraría en la diferencia que representa con respecto a la corriente que romantiza la marginalidad, el hampa, la pobreza, el crimen, etc.”.

Caja de zapatos (Sobras selectas)
Isabel Suárez Maldonado

Debut por doble partida. Autora novel y editorial primeriza. Una interesante opera prima sobre la que Wilmer Urrelo opina, en el texto de epílogo de la edición: “algo complicado en un libro de cuentos es que tenga cierta unidad. En el caso de Caja de zapatos eso se cumple a cabalidad y con una precisión envidiable. Acá esa unidad parece ser la mirada crítica hacia el mundo, hacia el mundo que, en concreto, habitan las mujeres. Y esa unidad también está en esa clase de seres humanos demasiado sensible a su entorno”.
Así empieza Cebolla problema, el primer relato del libro:
“Sos una cebolla, una blanca. Yacés en el mesón de la cocina, rodeada de desorden y sumergida en la fría oscuridad, pero tranquila.
Encienden la luz. El gordo entra en la cocina y se dirige a la heladera, saca el pan molde, el táper con jamón y queso, y un tomate. A este lo conocés, lo viste cuando llegó del supermercado y ya lleva una semana viviendo en la heladera. Por alguna razón no te cae bien. Será porque es demasiado rojo, demasiado redondo, brillante... No. Solo sos una cebolla racista”.

La memoria invertebrada (3600)
Rodrigo Urquiola
Según la sinopsis facilitada por la editorial, “este libro recupera varios cuentos del joven autor, todos ellos premiados o finalistas en certámenes literarios nacionales e internacionales. Dividido en dos partes (Historias de familia y El monstruo) presenta un espacio (Santa Fe) siempre atravesado por lluvias y piedras, que sirve a los personajes de escenario cabal para atravesar los horrores de sus relaciones familiares, o los horrores privados, a partir de una persistente evocación de los hechos: la memoria es la que nos cuenta estas historias”.

Rodolfo el descreído (La Mariposa Mundial)
David Villazón
En el capítulo “El arco de la modernidad” de Hacia una historia crítica de la literatura en Bolivia, Blanca Wiethüchter señala: “El vaciamiento de sentidos que practica Hilda Mundy en Pirotecnia (1936), o el dialogismo frívolo de Rodolfo el descreído (1939) de David Villazón, novela en la que el autor se burla explícitamente desde las notas al pie de página del narrador, constituyen las rupturas que imaginan un mundo en ruinas”. Razón por demás valedera para leer esta singular novela reeditada hace pocos meses.
Un breve fragmento:
“Y fue otro beso, terrible, espantoso, que crispó el cuerpo de Regina en un etcétera fragante.
—¡Baja!
—¡Oh! las noches carnavalescas…
—¿Qué dices?
—Qué bellas son.
—No digas tonterías, ven, sube.
—Ya.
—¿Te gusta?
—¿Tu saloncete?
—Sí.
—¿Quieres un “camel”?
—Dame un “benedictine”.
—Quítate el antifaz Regina.
—No puedo (y se quitó el dominó).
—Quiero besar tus ojos profundos como abismos de perdición.
—Quítamelo tú.

(…)”.

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