lunes, 5 de septiembre de 2016

Entrevista

Martha Sanz: “Escribo siempre
de las cosas que me duelen”



La española, novelista, poeta y ensayista, habla sobre sus intereses a la hora de escribir y reflexionar sobre la literatura.


María José Ferrel

Continuando con la serie de entrevistas a los autores extranjeros invitados al  Feria Internacional del Libro de La Paz, el turno ahora es de la española Martha Sanz, autora, entre otros libros, de la celebrada novela Farándula.

-   ¿Cómo describiría el momento en que se encuentra en su carrera? Y en la misma línea, ¿cambio Martha Sanz desde que inició su carrera académica y a publicar ficción hasta el día de hoy?
- Creo que estoy en un momento bueno. Después de 20 años de dedicarme al oficio de escribir, me doy cuenta de que los lectores no son un espejismo, una construcción imaginaria, están ahí, me leen y yo puedo establecer un diálogo con ellos... Para mí, ha sido importante no haber tenido una carrera meteórica, sino un reconocimiento progresivo que ha sido fruto del esfuerzo. Cuando empecé yo era muy ingenua. Con el paso del tiempo he ido aprendiendo cosas y cuando los escritores noveles me piden algún consejo solo se me ocurren un par: la persistencia, y la capacidad para conciliar la vanidad y la intrepidez de los proyectos personales con las críticas constructivas y destructivas que pueden ir llegando. Y mirar. Mirar mucho. Y contar sin tener una visión estereotipada del lenguaje literario.

-  ¿Cómo definiría la actualidad literaria-editorial en España?
- El mundo editorial no puede inhibirse al momento de crisis que vive el país. Pese a los “repuntes” económicos y los “brotes verdes”, que a mí me cuesta mucho reconocer en la realidad española actual, lo cierto es que las industrias y proyectos culturales de toda índole han sido los más damnificados, porque desde las altas instancias se considera que la cultura es algo accesorio y espectacular. Pan y circo. Pero la cultura también es educación, se cuela en nuestra sentimentalidad y en nuestras vidas y probablemente por esa razón los dictadores queman libros.
Por otra parte, no creo que los libros se puedan vender como una mercancía cualquiera ni creo que a los lectores se les pueda tratar como clientes. Los editores no pueden estar solo atentos a los beneficios económicos inmediatos: deben saber que a veces la “rentabilización” de algo en términos culturales no tiene solo que ver con el dinero inmediato. Eso lo saben muy bien algunos sabios editores independientes. 
En cuanto a autores españoles veo, en los últimos años, una inquietud creativa mayor. Me encantan mis compañeros en La Paz: Sara Mesa y Antonio Orejudo. Me gusta mucho Luisgé Martín, José Ovejero, Fernando Royuela, Isaac Rosa, Pilar Adón, Nuria Barrios, Carlos Pardo, Rafael Reig, Javier Azpeitia, etc...

-  Ha escrito en diferentes géneros, narrativa, poesía, ensayo, etc. ¿Es la temática la que manda o es que usted planifica diversificar su producción en los distintos géneros?
- Creo que cada historia ha de encontrar su propio lenguaje. De modo que a veces una pregunta me lleva a escribir un poema, un dolor me conduce a escribir una novela, una tesis me lleva a escribir un ensayo. Y a mezclar: a veces necesito ir contra la ortodoxia del género porque esa hibridación o esa violencia saca a los lectores de su espacio de confort, de lo que esperan o pueden prever de un libro. Y sacar al lector de su zona de confort es un acto a la vez literario y político, que está hablando de la cultura como acción, y como necesidad.

-  Quisiera hablar acerca de su proceso de trabajo, ¿cuál es el detonador de sus libros o cómo encuentra la voz narrativa?
- Yo escribo siempre de las cosas que me duelen y las cosas que duelen se encuentran dentro del ámbito de lo que el filósofo esloveno Zizek llama “ideología invisible”, es decir, esas creencias y valores que ya tenemos tan asimilados, tan naturalizados, que ya no nos parecen ideológicos. Sin embargo, lo son y suelen coincidir con la ideología dominante.
Yo escribo libros para elucidar esos valores ideológicos naturalizados que nos hacen infelices. Hablo de lo que podríamos cambiar, de tabúes, de frases hechas, de asuntos que parece que ya no nos suscitan preguntas...

-  ¿Cuáles son sus intereses en otros lenguajes artísticos en la actualidad? Con esto me refiero a que considero que su obra dialoga con otras artes como la pintura, el cine, series de TV, etc.
- Mi obra dialoga sobre todo con el cine y con la pintura. Daniela Astor y la caja negra es una novela que se contrapuntea con un falso documental en torno a un periodo muy significativo de la cinematografía española: el destape durante la transición, justo después de la muerte de Franco.
Utilizo mucho la ecfrásis como recurso retórico y me interesa contar cómo se relaciona la realidad con sus representaciones, sobre todo en el caso de las mujeres. Por eso, en mis libros el asunto del desnudo es importante y por eso escribí un libro autobiográfico titulado La lección de anatomía que acaba con un desnudo integral delante de un espejo. Un desnudo no sexualizado ni maternizado: un desnudo sin grandilocuencia. Mi cuerpo solo es el texto donde se me quedó escrita la vida. 
La televisión solo me interesa como “contraejemplo”. No sigo las series y me parece que se sobrevaloran esas nuevas formas de narratividad. No me interesan las historias centradas sobre todo en la peripecia, el suspense o la intriga. Me interesan los lenguajes. Viejos y nuevos. Los que sirven para proponer nuevas miradas sobre el mundo en que vivimos. Mi última novela, Farándula, se centra en el mundo del teatro que, para mí, es el último reducto de una cultura física, material, próxima y analógica que reivindico por encima de cualquier virtualidad, velocidad o superficialidad. 

-  ¿Cuáles son sus expectativas para la FIL La Paz ?
Divertirme, aprender, establecer vínculos.

-  ¿Cuáles son sus referencias sobre la literatura de Bolivia?

- Conozco a algunos escritores bolivianos que me interesan mucho, como por ejemplo Giovanna Rivero. Y quiero conocer el país de primera mano porque me parece muy interesante el proceso político y social que está viviendo.

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