Sobre la edición digital de Ser gay en tiempos de Evo
Apuntes leídos por la autora en la presentación, en Santa Cruz, de la reedición de la obra más conocida de Edson Hurtado.
Marcela
Araúz
Me opongo rotundamente a darle tan sólo una condición reivindicativa a una obra que aporta, tanto a nivel periodístico como narrativo, a las vertientes no suficientemente fértiles de propuestas sobre la temática de diversidades sexuales.
Es
que desde su primera edición, Ser gay en
tiempos de Evo se asienta como una referencia inapelable en Bolivia para
tener un acercamiento fidedigno al escenario GLBT del país. Y soy cuidadosa al
elegir ese término, el de “referencia”, ya que no hay una publicación previa
que contenga tal contundencia y claridad en esas aguas.
Una
obra bien dicha, una obra cuya primera cualidad es haber sido dicha, así sin
maquillaje. Es una obra que abarca con desnudez y sin condescendencias los
diferentes rostros del ser gay: los paradigmas discriminatorios que se heredan
aún, la cuestionada “aprobación” familiar, las traiciones a diferentes niveles
políticos que funden a este tema en pocos avances sociales, aunque no se puede
negar que los hay; los amores en lo oscurito, los trapitos al sol.
Fueron
dos libros más que Edson ofrendó desde esa primera edición en 2011 hasta la
segunda, y el lanzamiento de la versión digital, que va de la mano de vivirenBolivia.net, oportunidad que abre
puertas en mercados diversos no sólo a este libro sino que puede generar el
impulso suficiente para otros autores. De eso no me queda la menor duda, ahora
queda a esos creadores aprovechar este camino labrado.
Este
libro ganó un espacio más gracias a su reciente presentación en un país
hermano, México, que no es poca cosa si consideramos que un escenario mejicano
más lo acogerá, con una presentación en Guadalajara en estos días.
La
versión digital aporta al creciente reconocimiento que sigue adquiriendo esta
publicación en tres años, pero también se aclara el panorama para visibilizar a
Bolivia mediante su producción, y más si hablamos de un panorama con nebulosas
como lo es aún el del ámbito GLBT.
A
los textos que Edson ofrece en la primera edición, se suma una quincena de
nuevos relatos en esta nueva edición y en la versión digital, pero sin perder
el horizonte de la narración fluida e investigación solvente que caracterizó a
la publicación de 2011.
Esas
nuevas historias se suman al cúmulo de relatos de innegable veta croniquera que
contienen situaciones e historias que eran desconocidas por completo, calladas
por miedo y a partir de este libro, dadas a conocer con la convicción de quien
sabe lo que es.
Como
no puedo hacer a un lado a mi óptica periodística, destaco por supuesto la
recolección de historias, el acercamiento a fuentes que antes no habían
considerado siquiera abrir la boca. Destaco la recolección de datos y
documentos que nutren y blindan de credibilidad este trabajo.
También
destaco la inclusión de hechos y de aspectos históricos –sobre todo de la
última década- que nos regresan y advierten capítulos que son basamento para la
cancha en la que hoy nos movemos respecto a diversidades sexuales.
Es
justamente la firmeza de esa primera palabra de Edson Hurtado uno de los
motivos que fecundaron los vínculos con sostengo con este autor. Aunque, claro,
el primer y fundamental vínculo es que ambos amamos a los hombres.
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