domingo, 15 de enero de 2017

La vida fluida

La vida fluida #1

Eso nomás… la vida, y fluida. Crónicas, ficciones, historias así, de corrido, como suceden, como quisiéramos que sucedan, sin mayúsculas ni minúsculas, sin pausas ni signos de puntuación.




Aldo Medinaceli 


/camino tres pasos antes de atravesar la plaza que se pone fría no quiero cruzarme con la anciana que delira ni con los comerciantes quienes en un instante desaparecerán por una de las esquinas la más luminosa veo gente que regresa a sus hogares es la hora en que todo se cierra comienzan a salir los habitantes más contradictorios los que transforman a la ciudad los que viven el reverso de la realidad cotidiana allí donde inventan sus experiencias cuando todos duermen incluidos tú y yo tras la avenida principal se ven a tres policías muriendo de frío aparecen carros que van despacio hay gritos de despedida vendedoras de anticuchos permanecen bajo faroles riendo en medio del fuego intento trazar un recorrido imaginario entre una casa y el lugar donde me encuentro entre líneas de un mapa mental una ruta que me lleve sin darle demasiadas vueltas hasta puedo ver aparecer la casa en una esquina con las paredes blancas siete o nueve palomas reposan sobre sus muros pero la casa no es mía allí vive alguien más tal vez un compañero de trabajo o un antiguo amigo de la escuela alguien cercano que cuando yo llegue abrirá la puerta con una sonrisa tal vez sorprendida por la hora o por la apariencia por el paso del tiempo me recibirá con los brazos abiertos entraré en su sala me sentaré no le pediré nada de beber a pesar de la sed a pesar a pesar del frío pero esa persona enseguida aparecerá con un café soltando el vapor hablaremos de qué hemos hecho los últimos años de nuestra familia entiendo que no es un pariente sino alguien con lazos de amistad atribuiré los silencios a una confianza forjada durante décadas no me preguntará por qué aparezco a esa hora tan tarde sin avisar tampoco querrá saber si me quedo a dormir o si mi visita es temporal o si algo grave ha sucedido los muros verdes las palomas caminando tras el vidrio de la ventana es en verdad un sueño quizás una memoria hablaremos de lo extraño que se ha puesto el tiempo de la belleza de las mariposas ingresaré al baño me miraré en el espejo sin reconocerme pensando que yo no soy el que está parado frente a ese espejo sino aquel otro quien me espera sentado en el sillón de la sala y que en realidad soy otro precisamente aquel por quien espero que ahora se mira en el espejo las siguientes frases las olvidaré en pocos minutos serán parte de una escena extraña en la mente de alguien más saldré sin despedirme apareceré nuevamente en la plaza cubierto con un abrigo que me llega hasta las rodillas viendo cómo la vendedora de sombreros mete su mercancía en un profundo saco azul que parece no tener fondo al pasar a mi lado se despide con una sonrisa más grande que la plaza entera observaré a los policías que se acercan hacia donde estoy no dejaré que me pregunten qué hago ni dejaré que me digan que no puedo quedarme en la banca con el abrigo cubriéndome la mitad del cuerpo saldré caminando viendo a las aves de la noche preguntándome a quién pertenece aquel extraño pero confortable abrigo o si acaso no estaré yo lejos allá en una casa a punto de abrir la puerta a alguien que viene a visitarme después de mucho tiempo/

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