LetraSiete, el porqué
El gran Gatsby, una de las grandes novelas estadounidenses
del siglo XX, no lleva el nombre que su autor, Scott Fitzgerald, había elegido:
Trimalción en el West Egg. Por
suerte.
En cuanto a historias sobre cómo titular novelas, hay de
todo: Baudelaire quiso llamar Las
lesbianas a su bella Las flores del
mal, George Orwell barajó el pésimo El
último hombre libre de Europa para 1984,
y -lo peor- la inconmensurable Guerra y
paz iba a llamarse Bien está lo que
bien acaba… ¿Qué pasaba por la cabeza de Tolstoi?
En fin, ¿cómo elegir un nombre, un título para algo que
quedará sino para siempre, al menos para mucho? ¿Cómo llamar a un suplemento
literario, que ya no a un libro?
Para Leila Guerriero un título es el alma del libro; para
Umberto Eco, lo es todo. Para unos, el nombre debe resumir y destacar el
contenido; para otros, apenas debe dar una referencia o idea; y para algunos,
simplemente debe sonar bien y atraer, por más que no lleve relación con la
obra.
Pero seguimos en el dilema ¿cómo llamar a un suplemento
literario? Es más, ¿cómo llamar a uno que, aunque fundamentalmente buscará
difundir, reflexionar y promover la literatura, se abrirá además a otras artes:
cine, teatro, música, plástica, cómic, etc.?
No sirve acá la fórmula del contenido… que valga pues entonces
la de lo referencial: la letra, el signo, la runa, el caracter que llenará cada
una de estas páginas, cada siete días. LetraSiete. Así de simple. LetraSiete,
por las letras, por semanario y claro, por Página Siete, el diario de
circulación nacional que nos acoge.
Cada jueves, cada siete días, estimado lector, tendrá en sus
manos un esfuerzo, una propuesta… un intento. Un intento por abordar, acercar,
interpretar y desentrañar lo que escritores, cineastas, músicos, pintores,
escultores, creadores bolivianos -sobre todo- y del mundo lancen a nuestra
consideración.
Para esta difícil empresa contaremos con la valiosísima participación
de un staff de colaboradores fijos que aportarán con columnas quincenales y
mensuales.
Ramón Rocha Monroy, Gabriel Chávez Casazola, Sebastián
Antezana, Manuel Vargas, Pablo Mendieta, Edwin Guzmán, Carlos Decker-Molina y
Alan Castro escribirán periódicamente en estas páginas.
A ellos se sumarán Wilmer Urrelo, Lupe Cajías, Rodolfo Ortiz,
Pedro Querejazu, Vicky Aillón, Omar Rocha, Adriana Lanza, Juan Pablo Piñeiro, Juan
Cristóbal MacLean y Aldo Medinaceli.
Esperemos que el equipo vaya creciendo -así como las páginas
de esta separata- y que a la actual alineación se sumen colaboradores
ocasionales para cuyos trabajos LetraSiete estará siempre abierta, previa
aprobación de su consejo editorial.
En sus últimos años, cuando aún creó apasionantes textos,
Juan Carlos Onetti tenía una especie de ritual para empezar a escribir un
libro: se aprovisionaba de docenas de botellas de vino y las acomodaba en una
enorme cómoda-escritorio que había hecho instalar en su cuarto, del que ya casi
no salía y al que apenas dejaba entrar a algunos pocos.
En los mismos afanes, Hemingway iba a hacerse un chequeo
médico cada que le daba por emprender una nueva aventura literaria, pues tenía
la costumbre de escribir horas y horas parado, tecleando la máquina acomodada
en una especie de pedestal.
Sin tanto aspaviento -aunque quizás sí brindando o challando
con una buena cerveza- LetraSiete arranca su aventura por el mundo.
Acompáñennos y que sea enhorabuena.
Martín Zelaya Sánchez
Editor
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