sábado, 21 de febrero de 2015

La palabra teleférica

Ecos del Pocomani

“Mando esta nota –dice el autor- con la esperanza de que mientras la revisan, los lectores puedan acceder al YouTube”. La Anata, el otro lado del carnaval en Bolivia.



Juan Pablo Piñeiro

Alvis continental, un continente musical. Me maravilla esa frase. Se la puede leer en algunos videos que circulan en la red.
Y es que a veces quisiera que el que me está leyendo pudiese ver los videos que estoy mirando, sobre todo ahora en carnaval, que en vez de festejar estoy escribiendo esto. Así sería mucho más fácil describir algunas imágenes que se encuentran escondidas en videos subidos al YouTube y dialogar con ellas.
Para lograr esto tendría que escribir una especie de columna con pauteo virtual, algo que parece muy complicado y además le quita tiempo al lector. Sin embargo, conozco a tanta gente que le gusta lo complicado, sobre todo si le quita tiempo, que pienso que no sería mala idea hacer un experimento. Además solo puedo quedar mal al tratar de describir la música de los fabulosos Ecos del Pocomani, cuando el lector la puede escuchar.
Es verdad que internet en nuestro país es restrictivo pero también es verdad que siempre aparece una oportunidad para entrar a la red. Yo mismo tengo que esperar un montón para cargar los videos, así que no tengo por qué no intentar escribir este texto con pauteo virtual.
Ecos del Pocomani es la tarqueada que proviene de Santiago de Huayllamarca, capital de Nor Carangas en Oruro, más propiamente del ayllu Pampa Parco. Huaylla significa pradera, pero su significado está cargado del color verde. En algunos videos se reconoce al lugar como “Jardín Botánico del Altiplano”. Naturalmente en un lugar donde el verde cobra semejante preponderancia la fiesta de la Anata se la vive a plenitud.
Muchos nunca entenderemos la Anata porque no hemos nacido con la tierra en nuestras manos. En Pampa Parco así han nacido, por eso la papa escarbada por el yapuchiri es prueba suficiente de que el mundo está naciendo de nuevo. Esto es la Anata, es el tiempo previo a la cosecha y coincide agrícola y litúrgicamente con el carnaval.
Con banderas blancas e hipnóticos bailes se visita a toda la comunidad al ritmo de la tarqueada recibida por el maestro mayor por parte del Sereno, en alguna laguna de la montaña. Se bendicen los alimentos y los animales, se agradece a la tierra y se incentiva a los jóvenes a que bailen en pareja.
En esa bandera blanca está la pureza de la tierra. Pero veamos y escuchemos un poco a los famosos Ecos del Pocomani, que naturalmente llevan ese nombre en honor a los silenciosos ecos que se producen en la montaña que cuida el lugar, el Pocomani.
Si buscan en YouTube el siguiente video “tarqueada huayllamarca (nor carangas) Oruro Bolivia (parte 5)” descubrirán más allá de las imágenes que se filman en la ciudad, retazos de la alegría y de la misteriosa sintonía que tienen los pobladores del lugar con las fuerzas renovadoras de la naturaleza.
Están conectados. ¿De qué otra manera podemos describir sino el rostro de la mamita que aparece bailando en el minuto 2:49, y que posteriormente sale del medio de la banda en el 3:12? Eso es estar conectado.
O cómo podríamos nombrar entonces la mirada lejana y misteriosa de los soldados que aparecen en el 4:15, o la simpatía del personaje de celeste, que muy alegre, aparece saludando encima de todos, en el 0:45. A este señor nos referiremos más adelante.
Viendo este video seguramente me darán la razón cuando digo que la banda Ecos del Pocomani tiene mucha fuerza, y acompaña con maestría la ceremonia antigua que se lleva a cabo con la alegría uniformada en los trajes de las mujeres y de los músicos.
Pero, por qué no conocemos un poco mejor a estos fabulosos intérpretes. Si buscan en el YouTube la dirección que les sugerí anteriormente, solamente que poniendo parte 6 en lugar de parte 5, encontrarán un video donde se describe mejor el talante de estos músicos.
Cabe recordar aquí que otra manera de acceder a estos videos es buscar la cuenta de Cholanko, que al parecer es un arquitecto que a la vez se dedica a filmar los rituales de su comunidad y en especial las actividades de los poderosos Ecos del Pocomani.
Una vez me dijeron que la mejor manera de conocer a un músico es verlo cruzar un puente, por eso nada mejor que ver a los integrantes de la banda cruzando de a uno por un pequeño puente colgante. Para esto observe todo lo que sucede a partir del 0:27, en especial preste atención al alegre personaje que pasa en el 0:55. Es notorio por la forma en que sonríe y que camina, el orgullo que siente por ser parte de los Ecos de Pocomani.
La Anata es poderosa porque por breves instantes parece que el mundo estuviera ahí para poseerlo todo. La energía telúrica muchas veces desborda y en ciertos momentos manda a sentar a cualquiera como manda a sentar al hombre que aparece agarrando una ofrenda en el 1:58.
Ahora aquí se toma con cerveza, se toma con alcohol,  hay lugares, sin embargo, en los que todavía se conectan con chicha, chicha de la tierra. En el fondo quizás lo único que se repite es que como antes todos toman lo mismo, nadie se corre. Si no mire la celeridad con que la mamita toma lo que le ofrecen en el 3:43.
Nunca falta el alegre que aprovecha para repetirse, en este caso nuestro compañero de celeste que apareció en en el primer video y que en este segundo ejecuta su cordial saludo en el 5:17.
Esa es la magia de la Anata, dicen que significa juego, pero está claro que hay algo más, algo que no debería pasar tan desapercibido, esa Anata está conectada a la tierra, a la lluvia y a la comunidad. Es un juego místico.
Antes de terminar este viaje por la red es mi deber mostrarles uno de los temas emblemáticos de los Ecos del Pocomani. Está dedicado a todos los residentes bolivianos en Chile, Argentina, Brasil, Perú y España. Está inspirado en el vehículo que reemplaza a la ancestral chicha.
Para buscarlo deben ingresar en el YouTube: “Ecos del Pocomani cerveza”. “Cerveza, cerveza, otra vez cerveza” son las primeras líneas de esta alegre composición dedicada también a los propios integrantes de la banda. Por eso son muy lindos los gestos de los músicos que toman un traguito en el 0:41, en el 0:50 y en el 1:53.

Les dejo con el video, pidiéndoles que cuando lleguen al 3:28, cuando lleguen a esos arenales, sientan esa sed, ese chaqui, el chaqui de un continente musical que ha festejado un carnaval más.

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