sábado, 26 de agosto de 2017

Toda la poesía de Zamudio

Poesía de Adela Zamudio


Vicky Ayllón, que junto a Mónica Velásquez trabajó en el estudio introductorio de la obra poética de la “Alondra del Tunari”, resume los elementos y rasgos centrales de esta crucial recuperación para nuestra literatura



Virginia Ayllón

La colección Letras Fundacionales de Plural editores, dirigida por Leonardo García Pabón, ha dedicado parte de sus esfuerzos a la recuperación y estudio de la obra de Adela Zamudio.
Este recorrido se inició en 1999 con la publicación de su novela Íntimas y continuó en 2011 con sus Cuentos completos. Ahora publica su Poesía, completando con ello lo principal de la obra de la “Alondra del Tunari”. De este modo, en la obra de esta autora solo restan los ensayos, algunas obras de teatro y otras didácticas.
El volumen de Poesía de Adela Zamudio fue trabajado conjuntamente con la poeta y crítica literaria Mónica Velásquez, lo que redundó en la calidad del trabajo, cuyo criterio fundamental fue centrarnos en los tres libros de poesía publicados en vida de la autora, considerando que ella seleccionó sus poemas a ser publicados:

·                    El Misionero (poema religioso). Cochabamba: Imprenta de El Heraldo, 1879.
·                    Ensayos poéticos: de Adela Zamudio (boliviana). Buenos Aires: Jabobo Peuser, 1887.
·                    Ráfagas (poesías). Paris: Ollendorf, 1914.

En total, 39 poemas aparecieron en estos tres libros, los que conforman el núcleo de la poesía de Zamudio. En las siguientes y póstumas antologías se incluyeron diez poemas más atribuidos a la autora:

·                    Peregrinando: (poesías). Editorial La Paz, 1942.
·                    Poetisa, educadora, polemista. Cochabamba: Honorable Alcaldía Municipal; Editorial Canelas, 1977. Este libro, además, fue la base para la edición venezolana de la poesía de Zamudio en 2006.

Hemos prestado especial atención a estos diez poemas atribuidos a la autora debido a dudas sobre al menos alguno de ellos. En ese sentido, la búsqueda de originales nos llevó al Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia y al archivo de José Torrico Laserna, descendiente de Adela Zamudio. Ambos archivos guardan originales manuscritos de poemas o partes de poemas publicados y, además, de seis poemas inéditos. De cualquier modo, el volumen mantiene un apartado de “poemas atribuidos” que consigna aquellos de los que no hemos encontrado los originales. El volumen también incluye algunos poemas encontrados en revistas.
En este mismo orden, un aporte central del volumen es la publicación íntegra del poema religioso El Misionero, publicado en 1879, pero firmado por Soledad con fecha de enero de 1878. El poema consta de cinco cantos, de los cuales los cantos primero, segundo y quinto fueron publicados en Ensayos poéticos (1887) y luego en 1977 en Poetisa, educadora, polemista. Ello quiere decir que los cantos tercero y cuarto ya no se difundieron y este poema llegó fragmentado a los lectores hasta hoy ya que, además, no hay noticia de la reedición del poemario.
El estudio introductorio de la obra poética de Zamudio se divide en dos partes; la primera aborda la contradictoria recepción de esta obra que vacila entre el persistente homenaje a la autora a la vez que la escasa lectura de su obra. Asimismo, analiza los acercamientos de la crítica literaria a su escritura. La segunda incide en algunos sentidos de su poesía: naturaleza y paisaje, anhelo de muerte, poesía religiosa, poemas narrativos, feminismo, etc.
El análisis detallado de este conjunto poético indica que algunos sentidos comunes se asientan en la lectura de fragmentos de la obra lo que parece corresponder a la fruición de buscar una veta social en la poesía zamudiana. Así, por ejemplo, el anticlericalismo de Zamudio, expresado en su poema Quo Vadis, oculta el profundo enfrentamiento de la autora, más que con la institución religiosa, con el cristianismo mismo, expresado en varios poemas religiosos, sin duda poco leídos. Lo mismo, los poemas específicamente feministas son solo cuatro, y aunque han producido mucha letra, buena y mala, a favor y en contra, es bueno indicar que la poesía de Zamudio que bien se puede calificar de feminista porque alude a ese pensamiento, es más compleja que la sola denuncia de vulneración de los derechos de la mujer y se extiende, por ejemplo, a la imputación a la ideología del amor romántico.

Finalmente, Adela Zamudio es sin duda uno de nuestros iconos culturales más importantes y es una poeta referente en la historia de la poesía boliviana. Su legado en cuanto actitud es importante: el poeta como lucidez de su tiempo, como crítica de su sociedad y como lector de sus circunstancias. Su poesía inaugura lo que será luego la poesía social; su manera de configurar el mundo femenino, en relación con el masculino, abrió puertas para que escritoras como Yolanda Bedregal, María Virginia Estenssoro o Hilda Mundy transgredieran luego ciertos arquetipos, hasta heredarnos otro sitio para lo femenino en nuestro imaginario. Si por sus temas esta poética deja oír una época y una sensibilidad; por su manejo de lo lírico y lo narrativo permite explorar variadas formas poéticas. Alejarla de los homenajes para leerla y situarla en nuestro mapa literario es el deseo de esta re-edición de su obra poética, quede en los ojos lectores recibir la posta.

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