jueves, 21 de agosto de 2014

Ensayo

Nanny


Historia del “enorme y maravilloso culo” que lideró la lucha de los esclavos negros jamaiquinos contra el colonialismo inglés.


Virginia Ayllón

Revisando revistas bolivianas antiguas me encontré con una nota de pie singularísima que refería a una diosa jamaiquina, llamada Nanny. La nota en cuestión decía:
“De Nanny se sabe poco. Se sabe que era sacerdotisa además de ser jefa de esclavos liberados y fugitivos. Peleó contra los soldados ingleses y de ella se cuentan historias muy hermosas (…) Se dice de Nanny que se arrojaba desnuda al centro de la batalla donde estaban los negros peleando con los soldados ingleses en Jamaica, desnuda, solo vestida con dos collares de dientes humanos. Entonces se ponía de culo contra los soldados enemigos. Entonces los enemigos disparaban y Nanny tenía un culo tan inmenso y maravilloso que recibía todas las balas y las convertía en copos de algodón”. ([1])
Eduardo Galeano recoge este mito en el volumen II de su Memoria del fuego, ubicando una de las batallas en las que participó Nanny en 1739:
“Nadie la ve, todos la ven. Dicen que ha muerto, pero ella se arroja desnuda, negra ráfaga, al centro del tiroteo. Se agacha, de espaldas al enemigo, y su culo magnífico atrae las balas y las atrapa. A veces las devuelve, multiplicadas, y a veces las convierte en copos de algodón”.
Lo que llamó mi atención de este mito es el arma atribuida a esta diosa, su culo. Las diosas que ostentan armas, en general, corresponden a las usadas por los pueblos que las crearon, como el arco y la flecha de Artemisa. Las hay también que exhiben otro tipo de elementos característicos, como el trigo que simboliza a Démeter o el olivo a la también griega Atenea.
El personaje del relato es una esclava negra, personaje real del siglo XVII en Jamaica, que era una lideresa de los esclavos y, por extensión de los cimarrones. Las investigaciones han determinado su origen en Ghana así como sus conocimientos de medicina y artes rituales, posiblemente asentados en la religión Obeha, de origen africano y practicada en El Caribe.
También se ha documentado su liderazgo en las batallas contra la esclavitud y posterior afianzamiento de los cimarrones de Barlovento, su papel en la construcción de comunidades libres y sus lides para liberar esclavos de las plantaciones. Y también se ha demostrado la maestría de Nanny en la organización de guerra de guerrillas que provocó varias bajas en las fuerzas británicas.
Hay quienes dicen que atrapar las balas con las manos fue una práctica, casi un arte, desarrollado por varios pueblos africanos en sus combates contra los colonizadores. Pero es distinto atraparlas con las manos que con el culo, y este es el elemento que quiero analizar.
Además, llevar los dientes del enemigo como trofeo, es una práctica muy generalizada en varias partes del mundo y en varios momentos históricos. Se dice que Nanny llevaba brazaletes con dientes humanos en las muñecas y los tobillos.
Pareciera, finalmente, que por su muerte fue recompensado algún capitán nativo aunque hay versiones de que ella vivió hasta anciana y murió de forma natural.
En la década de los 70, el Gobierno jamaiquino elevó a  Nanny a categoría de heroína nacional y emplazó una estatua en su memoria.
Vale decir, entonces, que la vida de Nanny ha provocado al menos tres versiones; la primera, la oficial que la reconoce como heroína; la segunda como heroína popular de los esclavos y cimarrones en su lucha contra el colonialismo inglés y, la tercera un mito que hace de su culo su identidad.
En el imaginario popular, se le dota de una identidad de sacerdotisa, es decir, una mujer dedicada a ofrecer culto a ciertas deidades, mediar en la comunicación entre mortales y dioses y, eventualmente, cuidar de los templos de los dioses. En esta identidad puede percibirse a una Nany pasiva aunque con mayor poder que cualquier mortal.
Posiblemente este carácter de ser una mortal pero con poderes y/o características particulares y diferentes al resto de mortales la hizo hábil para pasar de un papel pasivo (sacerdotisa) a uno activo (líder en la batalla). Es posible que en ambos papeles -el pasivo y el activo- el imaginario haya resaltado su papel de intercesora de los intereses de los mortales ante los dioses.
En su identidad de lideresa militar, Nanny desarrolla su arte combinando la táctica propiamente militar, sus conocimientos de la vegetación (camuflaba a su guerreros con y como plantas y se dice que usaba plantas sicotrópicas destinadas a los ingleses) y la sabiduría ancestral de su comunidad.
Debido a esta efectividad en el combate los ingleses solían llamarla “la bruja negra” y seguramente le atribuían maléficos poderes asimilados a las brujas de las literaturas religiosas y profanas que circulaban de la Europa de los siglos XVII y XVIII.
La desnudez, se recordará, era también atribuida a las mujeres que participaban en los aquellare de las brujas europeas, así como la preparación de ponzoñosas pócimas, elementos que junto a otros, se sabe ya, demonizaron los saberes de las mujeres europeas de esa época y justificaron el primer feminicidio masivo de la historia.
Por  otra parte, en ese período, el simbolismo de la vagina ya había asentado su doble acepción en la ideología patriarcal: por una parte la de regazo de la maternidad y, por otra, la del objeto de peligro (la lujuria y la “vagina dentada”).
Esta representación, en su doble signo, asentó tanto la noción del poder femenino como la de control masculino sobre la vagina. El culo, en tanto, estaba más bien relacionado con la no-maternidad y, sobre todo con la sodomización.
De ahí que el mito del “enorme y maravilloso” culo de Nanny, parece estar relacionado más con la lógica inglesa de ese momento que con el nacimiento de un nuevo mito en Barlovento. Es razonable pensar que para los ingleses, Nanny adquiera la forma de una sangrienta bruja negra, por lo tanto desnuda, alejada de la sagrada maternidad y más cercana a la sodomía.
En todo este panorama queda suelta, sin embargo, la imagen de balas transformadas en copos de algodón. Lo contundente de ese mito resultaría que el culo “enorme y maravilloso” de Nanny actuaba como escudo protector de sus hermanos negros. Un escudo con el doble sentido de ser totalmente efectivo en la batalla porque detiene las balas y, a la vez, deconstructor del sentido de la guerra al transformar las balas en suaves copos de algodón. Algodón blanco y suave que fue el símbolo de la colonización (la producción de algodón para los países europeos). De este modo, el atacado, el colonizado, devolvía en flores a quien lo atacaba con balas.
En Jamaica, las palabras Puu Nani, Punaany, Punany y Punannes se consideran “malas palabras” y refieren a los órganos genitales femeninos, por lo que parece que el mito permanece en el lenguaje. Pero creo que el mito tiene raíces más del colonizador que del colonizado y aunque la imagen que proyecta puede ser hermosa, es fácil advertir rasgos que van en contra de la personaje más que intensificar, o al menos mostrar las virtudes individuales, sociales e históricas que evidentemente tuvo Nanny, la reina de los cimarrones.




[1] “Hay que recuperar la memoria histórica de América Latina”. Entrevista de Andrés Solís Rada, Gonzalo Ruiz Paz y Eduardo Paz Rada a Eduardo Galeano. En: Patria Grande. I, 4. La Paz, 1986: 45-60.

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