Ecos del Pocomani
“Mando esta nota –dice el autor- con la esperanza de que mientras la revisan, los lectores puedan acceder al YouTube”. La Anata, el otro lado del carnaval en Bolivia.
Juan
Pablo Piñeiro
Alvis continental, un continente
musical. Me
maravilla esa frase. Se la puede leer en algunos videos que circulan en la red.
Y
es que a veces quisiera que el que me está leyendo pudiese ver los videos que
estoy mirando, sobre todo ahora en carnaval, que en vez de festejar estoy
escribiendo esto. Así sería mucho más fácil describir algunas imágenes que se
encuentran escondidas en videos subidos al YouTube y dialogar con ellas.
Para
lograr esto tendría que escribir una especie de columna con pauteo virtual,
algo que parece muy complicado y además le quita tiempo al lector. Sin embargo,
conozco a tanta gente que le gusta lo complicado, sobre todo si le quita
tiempo, que pienso que no sería mala idea hacer un experimento. Además solo
puedo quedar mal al tratar de describir la música de los fabulosos Ecos del
Pocomani, cuando el lector la puede escuchar.
Es
verdad que internet en nuestro país es restrictivo pero también es verdad que
siempre aparece una oportunidad para entrar a la red. Yo mismo tengo que
esperar un montón para cargar los videos, así que no tengo por qué no intentar
escribir este texto con pauteo virtual.
Ecos
del Pocomani es la tarqueada que proviene de Santiago de Huayllamarca, capital
de Nor Carangas en Oruro, más propiamente del ayllu Pampa Parco. Huaylla
significa pradera, pero su significado está cargado del color verde. En algunos
videos se reconoce al lugar como “Jardín Botánico del Altiplano”. Naturalmente
en un lugar donde el verde cobra semejante preponderancia la fiesta de la Anata
se la vive a plenitud.
Muchos
nunca entenderemos la Anata porque no hemos nacido con la tierra en nuestras
manos. En Pampa Parco así han nacido, por eso la papa escarbada por el
yapuchiri es prueba suficiente de que el mundo está naciendo de nuevo. Esto es
la Anata, es el tiempo previo a la cosecha y coincide agrícola y litúrgicamente
con el carnaval.
Con
banderas blancas e hipnóticos bailes se visita a toda la comunidad al ritmo de
la tarqueada recibida por el maestro mayor por parte del Sereno, en alguna
laguna de la montaña. Se bendicen los alimentos y los animales, se agradece a
la tierra y se incentiva a los jóvenes a que bailen en pareja.
En
esa bandera blanca está la pureza de la tierra. Pero veamos y escuchemos un
poco a los famosos Ecos del Pocomani, que naturalmente llevan ese nombre en
honor a los silenciosos ecos que se producen en la montaña que cuida el lugar,
el Pocomani.
Si
buscan en YouTube el siguiente video “tarqueada huayllamarca (nor carangas)
Oruro Bolivia (parte 5)” descubrirán más allá de las imágenes que se filman en
la ciudad, retazos de la alegría y de la misteriosa sintonía que tienen los
pobladores del lugar con las fuerzas renovadoras de la naturaleza.
Están
conectados. ¿De qué otra manera podemos describir sino el rostro de la mamita
que aparece bailando en el minuto 2:49, y que posteriormente sale del medio de
la banda en el 3:12? Eso es estar conectado.
O
cómo podríamos nombrar entonces la mirada lejana y misteriosa de los soldados
que aparecen en el 4:15, o la simpatía del personaje de celeste, que muy
alegre, aparece saludando encima de todos, en el 0:45. A este señor nos
referiremos más adelante.
Viendo
este video seguramente me darán la razón cuando digo que la banda Ecos del
Pocomani tiene mucha fuerza, y acompaña con maestría la ceremonia antigua que
se lleva a cabo con la alegría uniformada en los trajes de las mujeres y de los
músicos.
Pero,
por qué no conocemos un poco mejor a estos fabulosos intérpretes. Si buscan en
el YouTube la dirección que les sugerí anteriormente, solamente que poniendo
parte 6 en lugar de parte 5, encontrarán un video donde se describe mejor el
talante de estos músicos.
Cabe
recordar aquí que otra manera de acceder a estos videos es buscar la cuenta de
Cholanko, que al parecer es un arquitecto que a la vez se dedica a filmar los
rituales de su comunidad y en especial las actividades de los poderosos Ecos
del Pocomani.
Una
vez me dijeron que la mejor manera de conocer a un músico es verlo cruzar un
puente, por eso nada mejor que ver a los integrantes de la banda cruzando de a
uno por un pequeño puente colgante. Para esto observe todo lo que sucede a
partir del 0:27, en especial preste atención al alegre personaje que pasa en el
0:55. Es notorio por la forma en que sonríe y que camina, el orgullo que siente
por ser parte de los Ecos de Pocomani.
La
Anata es poderosa porque por breves instantes parece que el mundo estuviera ahí
para poseerlo todo. La energía telúrica muchas veces desborda y en ciertos
momentos manda a sentar a cualquiera como manda a sentar al hombre que aparece
agarrando una ofrenda en el 1:58.
Ahora
aquí se toma con cerveza, se toma con alcohol,
hay lugares, sin embargo, en los que todavía se conectan con chicha,
chicha de la tierra. En el fondo quizás lo único que se repite es que como
antes todos toman lo mismo, nadie se corre. Si no mire la celeridad con que la
mamita toma lo que le ofrecen en el 3:43.
Nunca
falta el alegre que aprovecha para repetirse, en este caso nuestro compañero de
celeste que apareció en en el primer video y que en este segundo ejecuta su
cordial saludo en el 5:17.
Esa
es la magia de la Anata, dicen que significa juego, pero está claro que hay
algo más, algo que no debería pasar tan desapercibido, esa Anata está conectada
a la tierra, a la lluvia y a la comunidad. Es un juego místico.
Antes
de terminar este viaje por la red es mi deber mostrarles uno de los temas
emblemáticos de los Ecos del Pocomani. Está dedicado a todos los residentes
bolivianos en Chile, Argentina, Brasil, Perú y España. Está inspirado en el
vehículo que reemplaza a la ancestral chicha.
Para
buscarlo deben ingresar en el YouTube: “Ecos del Pocomani cerveza”. “Cerveza,
cerveza, otra vez cerveza” son las primeras líneas de esta alegre composición
dedicada también a los propios integrantes de la banda. Por eso son muy lindos
los gestos de los músicos que toman un traguito en el 0:41, en el 0:50 y en el
1:53.
Les
dejo con el video, pidiéndoles que cuando lleguen al 3:28, cuando lleguen a
esos arenales, sientan esa sed, ese chaqui, el chaqui de un continente musical
que ha festejado un carnaval más.
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